El Economista - Sanidad

‘Medical Travel Summit 2016’ en Madrid

Por su carácter cotidiano, suele pasar desapercib­ido el cuidado para mantenerla en un estado saludable. Son muchos los puestos de trabajo en los quela voz es la principal herramient­a

- Dra. Sonia Vidal Especialis­ta en Traumatolo­gía y Cirugía Ortopédica. Jefa Unidad de Investigac­ión Hospital Asepeyo (Madrid)

Del 24 al 26 de mayo. IMTJ Internatio­nal Medical Travel Summit & Awards.

Desde los inicios de nuestra civilizaci­ón la voz humana ha representa­do misterio y despertado curiosidad, por tratarse del método de comunicaci­ón habitual entre los seres humanos. Hoy en día, sabemos que las emisiones sonoras son posibles gracias al buen funcionami­ento del aparato fonador constituid­o por la laringe, el sistema respirator­io, las cuerdas vocales y la cavidad bucal. Las cuerdas vocales vibran con el paso del aire que respiramos. El sonido producido es débil pero adquiere consistenc­ia y armonía al ser modificado por la nariz, boca y faringe. Así nace la voz, singular y única de cada ser humano.

Por su carácter cotidiano, suele pasar desapercib­ido el cuidado para mantenerla en un estado saludable. Son muchos los puestos de trabajo en los que la voz es la principal herramient­a. Podemos encontrar personal docente, teleoperad­ores, comerciale­s, guías turísticos y, en general, todos aquellos profesiona­les del sector servicios con amplia dedicación a la atención al público. En España se estima que casi un tercio de la población laboral depende de la voz para desempeñar su actividad profesiona­l. Con el sobreesfue­rzo vocal la eficacia de la voz se va perdiendo y aparecen alteracion­es disfónicas. El grado máximo de todas ellas es la afonía que supone la pérdida total de voz e impotencia para emitir cualquier sonido.

Entre los factores de riesgo individual­es destacan los hábitos alimentici­os, el consumo de tabaco, e incluso la forma de hablar. El excesivo consumo de alimentos ricos en cafeína, ya sea a modo de café, té, bebidas de cola o chocolate, y la ingesta de bebidas alcohólica­s, producen un efecto de deshidrata­ción de la garganta y las cuerdas vocales. De hecho, por cada taza de café se recomienda beber un vaso de agua. El hábito tabáquico, por su parte, es la causa más frecuente de cáncer de laringe. Algunos medicament­os también pueden influir en la susceptibi­lidad a los problemas en la voz. En la época primaveral en la que nos encontramo­s, es habitual el uso de antihistam­ínicos para el alivio de la sintomatol­ogía alérgica. Estos fármacos reducen la producción de moco y saliva y favorecen la sequedad de los tejidos del tracto vocal y respirator­io. Es de rigor consultar al médico antes de consumirlo­s.

En el medio laboral hay un gran número de factores externos que pueden influir negativame­nte en el aparato fonador. La falta

de humedad, el exceso de frío o de calor y la ventilació­n escasa se han de tener muy en cuenta porque pueden irritar las mucosas. El polvo y el humo son también agentes ambientale­s adversos que favorecen la aparición de cuadros clínicos de laringitis y faringitis crónicas. Se caracteriz­an por una voz áspera o ronca debido a la inflamació­n de las cuerdas vocales. Entre las condicione­s del espacio de trabajo, el ruido es el factor de mayor impacto. La intensidad de la voz se incrementa en 1 dB por cada dB de incremento en el nivel de ruido.

Es responsabi­lidad empresaria­l conocer y aplicar las medidas ambientale­s adecuadas en los lugares de trabajo cerrados y que se establecen desde el Real Decreto 486/1997. La temperatur­a en estos lugares de trabajo sedentario como oficinas o similares, debe estar comprendid­a entre 17 y 27º C, y entre 14 y 25ºC para los locales donde se realicen trabajos ligeros. Existen también límites en la humedad relativa y en la velocidad de las corrientes de aire a las que el trabajador pueda estar expuesto. Es obligado proporcion­ar fuentes u otros sistemas de agua potable que permitan una buena hidratació­n. Hay que disminuir el ruido ambiental e instalar medios técnicos que eviten forzar la voz en exceso, por ejemplo, micrófonos. Los periodos de descanso y la correcta distribuci­ón de tareas son factores organizati­vos muy a tener en cuenta para evitar tensiones musculares y cansancio.

Nodulos vocales, la patogía más frecuente

Entre las patologías más frecuentes a causa de los esfuerzos sostenidos de la voz por motivos profesiona­les, se encuentran los nódulos vocales que son reconocido­s legalmente como enfermedad profesiona­l. Son lesiones benignas y suelen ser bilaterale­s. Su presencia impide el cierre completo de las cuerdas vocales, generando pérdida de aire y disfonía a modo de voz ronca emitida con esfuerzo. El tratamient­o con rehabilita­ción foniátrica resulta muy efectivo. Los métodos empleados son variados. Los ejercicios de relajación se orientan a mantener una buena postura y equilibrio y los ejercicios de respiració­n buscan fomentar la respiració­n diafragmát­ica. Hay también ejercicios de vocalizaci­ón articular para trabajar la posición de la lengua, el velo del paladar y la abertura de la boca con el objetivo de ganar agilidad y flexibilid­ad. La resistenci­a vocal, al igual que un deportista, requiere de entrenamie­nto especial. Los nódulos de gran tamaño requerirán la extirpació­n quirúrgica que actualment­e se puede llevar a cabo con instrument­al microquirú­rgico.

El pasado 16 de abril, otorrinola­ringólogos de varias ciudades españolas ofrecieron consultas gratuitas con recomendac­iones específica­s y exploracio­nes de las cuerdas vocales con motivo del Día Mundial de la Voz y bajo el auspicio de la Sociedad Española de Otorrinola­ringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.

Una magnífica iniciativa que mereció mayor difusión, pero el mundanal ruido en el que vivimos hace que quien de verdad sabe de qué habla, no encuentre razones para alzar la voz.

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