Tecnología sanitaria no invasiva para el paciente
Ya hay ejemplos reales en la UCI de un hospital de sistemas de medición de temperatura corporal central no invasivos y alternativos a las tradicionales sondas que siempre conllevan asociado un potencial riesgo bacteriano
Mientras muchas compañías miran cómo reducir costes -disminuyendo principalmente las partidas dedicadas a las inversiones en I+D+i-, las empresas del sector de la tecnología sanitaria han incrementado su apuesta por la innovación y el desarrollo. Muestra de este esfuerzo es que el sector de la tecnología sanitaria lidera el incremento de solicitudes de registro de patentes en Europa, con un 11 por ciento según el último informe anual de la EPOOficina Europea de Patentes.
Que la salud es una prioridad en la sociedad actual y que la tecnología es la piedra angular es una realidad que apreciamos cada día. Las cifras además lo corroboran, pues el sector de la eSalud en el mundo se estima que crecerá unos 13.300 millones de euros en 2016.
Sin embargo, dado que los sistemas de salud se enfrentan a presiones crecientes originadas por el envejecimiento de la población -según la estimación que hace Ametic, la patronal de las empresas españolas dedicadas a la tecnología de la información y la comunicación (TIC)-, en España la población mayor de 65 años es superior al 25 por ciento de la población y podría llegar a superar el 30 por ciento en 2020 -según estimaciones del INE- y cercana al 40 por ciento en el 2050. Este envejecimiento conlleva asociado un inevitable aumento de unas enfermedades crónicas que ya suponen cerca del 75 por ciento del gasto sanitario español, lo que obliga a evaluar de forma rigurosa la tecnología sanitaria en términos de resultados.
La innovación en el campo de la salud no puede venir marcada sólo por el ahorro de costes desde un mero punto de vista financiero, si no que se debe buscar también la mejora de procesos y la optimización de recursos y, sobre todo, apostar firmemente por soluciones tecnológicas no invasivas para el paciente que mejoren su calidad de vida tanto en la fase de hospitalización como fuera.
Sólo bajo este prisma podemos encontrar ya hoy ejemplos reales en la UCI de un hospital de sistemas de medición de temperatura corporal central no invasivos menos complejos y alternativos a las tradicionales sondas o los catéteres que siempre conllevan asociado un potencial riesgo bacteriano.
Gracias a una tecnología térmica de flujo de calor con sensor doble, hoy se puede calcular la temperatura corporal de manera continua y con máxima precisión tan sólo colocando un electrodo autoadhesivo en la frente del paciente. Manteniendo la temperatura adecuada para el paciente con sistemas como este, se reduce la posibilidad de padecer infecciones y complicaciones, así como también se reduce el coste total del tratamiento ya que según diversos estudios un paciente con hipotermia requiere de media un coste adicional de 3.000 euros y 48 horas más de hospitalización que los pacientes que han mantenido una temperatura central normal.
Otro ejemplo de tecnología no invasiva serían los avances en monitorización de la ventilación pulmonar. Hasta ahora no era posible hacer un seguimiento continuado de la distribución de aire en el pulmón y aplicar terapias de protección pulmonar al mismo tiempo. Hoy es posible visualizar la ventilación en el pulmón y evitar efectos secundarios para el paciente ya que a diferencia de otros sistemas como los rayos X o los TAC, con este sistema no se aplica una radiación ionizante.
En el ámbito de la neonatología también se ha avanzado en el desarrollo y utilización de tecnología no invasiva para evitar el dolor. Hay estudios realizados a bebés prematuros de 24 semanas que muestran que múltiples estímulos de dolor pueden afectar a la maduración de las estructuras neuronales, causando daño cerebral.
Hoy ya es posible evitar por ejemplo el dolor que causa a un recién nacido la toma de muestra de sangre para el diagnóstico de la ictericia neonatal. Así, en lugar de tomar una muestra de sangre del talón se pueden utilizar mediciones de forma no invasiva con ayuda de un sensor, para ello basta con presionar suavemente un sensor, incorporado en un pequeño equipo, directamente sobre la piel en la frente o el esternón del bebé.
La innovación es necesaria para avanzar en la mejora de la gestión del sistema sanitario pero sobre todo para mejorar la calidad de vida del paciente. Tras cada investigación debemos ver una historia humana y por eso en Dräger hemos registrado durante el último año 147 patentes, lo que ha supuesto para la compañía una inversión en I+D superior a los 230 millones de euros. Hemos investigado 130 nuevos desarrollos tecnológicos en 27 áreas distintas que abarcan desde entornos clínicos a servicios de emergencias. Un esfuerzo y compromiso que no es puntual. Hoy contamos con más de 5.300 patentes registradas en todo el mundo.
Creemos que la innovación es el único camino para avanzar y por eso ponemos a disposición de los profesionales de la salud y las emergencias las innovaciones que han ayudado a los médicos a ampliar fronteras terapéuticas y han proporcionado a los hospitales soluciones eficientes, económicas y duraderas para los retos que plantea la medicina de cuidados críticos.
La innovación y la tecnología por sí solas no tienen sentido si no las aplicamos a solucionar problemas concretos. Al menos así lo creemos en Dräger, donde llevamos más de 125 años mejorando la tecnología para salvar vidas.
Hoy ya es posible evitar el dolor que causa a un recién nacido la toma de muestra de sangre para el diagnóstico de la ictericia neonatal. Así, en lugar de tomar una muestra de sangre del talón se pueden utilizar mediciones de forma no invasiva