‘Benchmarking’ en la sanidad: asignatura pendiente
Cualquier gestor sanitario, trabaje en la sanidad pública o privada, es consciente de que el benchmarking es una de las herramientas más eficientes para mejorar los resultados sanitarios, reducir riesgos para la seguridad del paciente y lograr un mejor control y aprovechamiento del presupuesto disponible. Gracias al intenso desarrollo de la informática y la inteligencia empresarial ligada al ámbito sanitario, tanto gerentes, como directores e incluso jefes de servicio y responsables de proyectos, pueden implementar herramientas tecnológicas de fácil uso que facilitan la toma de decisiones en este aspecto.
Ha sido gracias a las tecnologías de la información y la comunicación que hemos podido dotarnos de herramientas de inteligencia empresarial que permiten a las personas que toman decisiones analizar la información disponible en una entidad, aprovechar todo el conocimiento disponible en una organización y adoptar las medidas necesarias para la sincronización de los procesos.
Estas herramientas informáticas tienen cualidades como la integración de datos heterogéneos, sistemas de análisis, reporte y toma de decisiones, conectividad con sistemas de comunicación internos y externos e interfaces que facilitan al máximo el acceso a los resultados. Y más importante que lo anterior, permiten saber qué dicen esos datos.
Las tecnologías por sí solas no suponen el cambio. Es necesario que las personas que toman decisiones encuentren en dónde y en qué se desperdicia el tiempo, dónde se forman cuellos de botella que ralentizan los procesos asistenciales, y busquen las mejores soluciones a cada problema concreto. Una solución nueva a un problema viejo gracias a una mejor -y más fácil- comprensión del mismo.
El benchmarking tiene como gran fortaleza la posibilidad de ser aplicado a cualquier nivel. Lo mismo vale para comparar los resultados de distintos servicios de un hospital, que los logros de distintos hospitales de una misma Comunidad Autónoma, hospitales de diversas Comunidades, o distintos grupos de trabajo dentro de una misma red temática de investigación. E incluso puede servir para comparar resultados de la sanidad pública y la privada si alguna vez llega a conseguirse la tan deseable interoperabilidad. En los próximos años veremos, asimismo, benchmarking entre distintos médicos de una misma especialidad mediante la comparación de resultados clínicos auditados.