La salud laboral, una prioridad empresarial
Las veinte mutuas que existen en España atienden en contingencias profesionales a más de 13 millones de trabajadores, que supone el 96,25 por ciento del total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social
El accidente laboral afecta, a diario, a un número importante de trabajadores. Solo hay que mirar las cifras de siniestralidad de nuestro país para darse cuenta de ello. Desde 1995, existe una Ley de Prevención de Riesgos Laborales que señala que los poderes públicos velarán por la seguridad y salud en el trabajo, previniendo así cualquier tipo de riesgo derivado del trabajo. Las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social viven, de primera mano, toda la problemática que afecta a la salud del trabajador. Las 20 mutuas que existen en España atienden en contingencias profesionales a un colectivo de más de 13 millones de trabajadores, que supone el 96,25 por ciento del total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social (SS). El 79,75 por ciento hace referencia a las contingencias comunes.
Estas cifras ponen de manifiesto el estimable valor que tienen las mutuas en nuestra sociedad y, muy especialmente, para los trabajadores que hacen uso de ellas. Pero también resulta preocupante saber que hay miles de trabajadores que, a lo largo del año, sufren accidentes laborales o enfermedades profesionales que afectan a sus capacidades físicas. No podemos ni debemos olvidar a todos aquellos trabajadores que pierden la vida en un accidente laboral, algo realmente lamentable, y la penosa situación por la que atraviesan sus familiares. Para las mutuas es imprescindible dar la mejor y mayor asistencia sanitaria a estos trabajadores, como también es relevante atender debidamente a los familiares de ese ser querido que pierde la vida en cumplimiento de sus obligaciones laborales. En las mutuas somos testigos directos de gran variedad de accidentes. Afortunadamente la mayoría son leves y, por lo general, las personas accidentadas se recuperan satisfactoriamente. Pero, lamentablemente, también hay un grupo importante de trabajadores, anónimos dentro de la sociedad, que acaban con secuelas que les dejan algún tipo de incapacidad. También hay trabajadores que no volverán a trabajar debido a esa incapacidad. Puede, incluso, que un trabajador acabe con una gran invalidez y pase a ser dependiente, por lo general de un familiar.
También las mutuas somos plenamente conscientes de qué representa el accidente laboral en la vida de un trabajador. Tras ese accidente aparece la incertidumbre, y como no, numerosas dudas: ¿qué pasará ahora?, ¿qué tratamiento voy a recibir?, ¿podré volver a trabajar?, ¿tendré problemas con el contrato de trabajo?, ¿qué voy a percibir económicamente? Por ese motivo, es trabajo de las mutuas ofrecer una rápida y eficiente atención médica, sin olvidarnos de dotar al trabajador y a la familia de la máxima información durante todo el proceso.
El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra 28 de abril de cada año no debe quedar en una mera
celebración. Debe ser mucho más que eso. Tiene que convertirse en un día para la reflexión sincera, para la concienciación por parte de todos, debe ser la antesala de la actuación conjunta de todos los intervinientes, y todo ello con el fin de evitar los accidentes laborales. No debemos olvidar cómo de importante es la salud de cualquier trabajador, y tiene que estar en la voluntad de todos mejorar las cifras de accidentes laborales, cuando no desterrar esa cifras. Seguro que todos estamos de acuerdo en que el trabajador siempre tiene que ser recompensado con un salario digno, pero también deberíamos insistir en la necesidad de que sea protegido en su lugar de trabajo, para evitar los accidentes laborales. Y, para ello, resulta obligatorio adoptar todas las medidas preventivas necesarias. No hay que decirlo, hay que hacerlo.
Y obviamente, las mutuas participamos de la importancia del apoyo psicológico a los trabajadores tras un accidente, y de la excelente labor que llevan a cabo los trabajadores sociales, siempre atentos a las necesidades de los accidentados. Son servicios y prestaciones, ofrecidos por las mutuas, que pasan desapercibidos para la sociedad y que solo conocen aquellos que han tenido la ocasión de acceder a ellos.
Es importante señalar a estos efectos que en las mutuas existen unos órganos llamados Comisión de Prestaciones Especiales, conformados por representantes de los sindicatos y de los empresarios, de carácter paritario, que se reúnen, estudian y conceden ayudas sociales a trabajadores y familiares, en casos de necesidad acreditada y siempre como consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad profesional. Son ayudas generalmente económicas, no retornables, complementarias a las de la SS, que se conceden con cargo a la reserva de Asistencia Social que está dotada con un 10 por ciento del excedente que haya podido generar la mutua en cada año en la gestión de las contingencias profesionales.
Desconociendo a esta fecha lo que haya podido conceder el conjunto de las 20 mutuas, sí se puede decir que en el pasado año y por lo que hace referencia a Mutua Asepeyo, se concedieron por la Comisión de Prestaciones Especiales un total de 6.004 ayudas, por un importe de casi 12.7 millones de euros, ayudas que abarcan un amplio conjunto de supuestos predeterminados por dicha Comisión, pero no limitativos. A título de ejemplo citar las ayudas para adaptar la vivienda del trabajador accidentado, para formación profesional, para compensar los gastos del sepelio, becas de estudio para hijos, para tratamientos no reglados, para compensar la reducción de ingresos en relación con lo percibido cuando se trabajaba, para grandes dependientes, para el cuidador o acompañante, etc.
Estas ayudas no se conceden sin más. Es evidente que el solicitante debe acreditar varios requisitos, y obviamente el de haber padecido un accidente de trabajo o enfermedad profesional, y al mismo tiempo la necesidad que se deriva de dicho accidente. Las decisiones adoptadas por la referida Comisión no son objeto de recurso. Y quien debe atender esa ayuda o necesidad será la mutua que haya asumido las consecuencias del citado accidente.
Es una labor de la que todos cuantos podemos intervenir, en lo que supone a ese proceso, desde generar los excedentes, hasta proponer casos justificados que el mismo personal de la mutua conoce del trato diario, como estudiarlos por los componentes de la Comisión, nos sentimos especialmente orgullosos de esta labor y esperamos poder seguir haciéndolo en el futuro. De ello se benefician muchos trabajadores.