XVII Encuentro de la Industria Farmacéutica Española
Un -excelente- manejo de los datos no sólo agrega valor a un negocio, sino que reduce sus riesgos y por ello, cada vez más, empresas y mercados van integrando soluciones de inteligencia en sus organizaciones
Farmaindustria organiza este encuentro tradicional del sector que se celebrará en septiembre en la UIMP de Santander.
Alo largo de toda la Historia, los avances han transformado nuestro modo de vida, los lugares que habitamos, los trabajos que realizamos e, incluso, nuestra propia fisionomía. Esta evolución permanente y necesaria se ha disparado en los últimos 20 años, en los que el mundo ha cambiado más que en cualquier otro período anterior. El petróleo, en la base de todas las estructuras socioeconómicas del siglo XX, ha ido perdiendo fuerza en favor de otros mercados. A día de hoy, los indicadores comienzan a ratificar una tendencia: los centros de explotación de datos son las nuevas refinerías petrolíferas, los actuales impulsores del profundo cambio social y económico al que estamos asistiendo. La semana pasada, la prestigiosa revista The Economist aseguraba en un artículo que los datos ya son “el recurso más valioso del mundo”.
El fuerte avance de la tecnología, los nuevos modelos de negocio y la necesidad de monitorizar el entorno han facilitado el inicio de un cambio de paradigma en la toma de decisiones. Actualmente, la posibilidad de acceder a cantidades ingentes de datos abre la puerta a un liderazgo cada vez más medido, más consciente, con un conocimiento más profundo de los factores a tener en cuenta. Un - excelente- manejo de los datos no sólo agrega valor a un negocio, sino que reduce sus riesgos y por ello, cada vez más, empresas y mercados van integrando soluciones de inteligencia.
Prueba de ello es que, sólo en Estados Unidos, se calcula que el próximo año habrá una demanda de perfiles con habilidades analíticas de datos -los llamados data scientists- de entre cuatro y cinco millones de personas. En España, la figura de director/a de datos cobra peso, y algunas de las principales compañías del país -como Telefónica o BBVA- han creado la posición de Head of Data o Chief Data Officer (CDO) al máximo nivel de la organización; tradicionalmente, este puesto habría dependido de dirección de marketing o de tecnología.
El ámbito sanitario ha sido tradicionalmente uno de los pioneros en este campo. A día de hoy, el 73 por ciento de los CEOs de este sector estima que la forma en que su negocio maneja los datos constituye un valor diferenciador positivo que se convertirá en una ventaja competitiva ( 20th Annual
Global CEO Survey, PwC, 2017). Dispositivos de hábitos saludables, médicos online, Internet de las cosas, aplicaciones para comprar fármacos… Datos en tiempo real que proporciona el usuario/paciente, información cuyo manejo y explotación contribuyen directamente a la mejora de la salud de las personas. Se calcula que una persona puede generar un millón de gigabytes -unos 300 millones de libros- en datos relacionados con su salud durante toda su vida. ¿Cuántas mejoras en productos y servicios de salud se pueden implementar con ellos?
Para conseguirlo, la precisión en la extracción de datos es uno de los retos permanentes de este sector. Nunca podemos relajarnos en la generación de nuevas estrategias para hacer acopio de información de una forma cada vez más responsable, fiable e indolora. Contar con las herramientas necesarias, transparentes y optimizadas, para la recogida de datos en farmacias, en centros sanitarios, en dispositivos
-wearables-, etc., implica la realización de un constante esfuerzo en innovación; sólo los que estén a la altura de los tiempos e inviertan lo suficiente en I+D sobrevivirán en este negocio.
Los datos, el petróleo de nuestro siglo, no funcionan por sí mismos, sino que hay que saber domesticarlos para generar conclusiones. Esto me lleva al segundo desafío que me gustaría resaltar: el talento. El auténtico negocio de los datos consiste en generar valor para los clientes; para ello, es imprescindible contar con un equipo humano excepcional, que leyendo resultados construya estrategias, soluciones, mejoras de negocio. La brecha entre la oferta y la demanda de habilidades analíticas se calcula que está en Estados Unidos entre el 40 y el 50 por ciento. Se nos hace imprescindible contar con personas extraordinarias que integren equipos talentosos, que a su vez contagien a nuevos equipos. Seguir reteniendo y alimentando esos talentos ha de ser uno los principales objetivos de las refinerías de datos.
Hoy sabemos que se necesitaron décadas para que el negocio del petróleo funcionara bien. A medida que avanza la economía de datos, tenemos que ir superando esta serie de retos y afrontando otros nuevos. Los que llevamos muchos años en este sector nos vemos en la obligación moral -y empresarial- de mantenernos vigilantes: debemos asegurarnos de que se mantienen los estándares -de calidad, de responsabilidad, de innovación- para conseguir que esta nueva construcción socioeconómica datista se base en las decisiones más informadas e inteligentes.