LA SANIDAD PÚBLICA DUPLICA SUS TIEMPOS DE ESPERA
Canarias, con 187 días y Cataluña, con 143, las regiones con más retrasos para una operación
Los planes de choque autonómicos para reducir las listas de espera se estrellan y no resultan creíbles después de que las demoras quirúrgicas se dupliquen y alcancen máximos en la última década
La sanidad española ahonda en sus diferencias y ofrece velocidades de atención muy distintas para los ciudadanos, no solo según su capacidad de elección entre centros públicos y privados, sino también dependiendo de su comunidad autónoma de residencia. El tiempo medio de espera quirúrgica en el Sistema Nacional de Salud se disparó un 38,5 por ciento en seis meses y se sitúa ya en los 115 días, según los últimos datos de diciembre de 2016. Son casi cuatro meses los que deben aguardar de media los 614.101 pacientes incluidos en lista de espera el año pasado (44.000 más que en junio de 2016) para someterse a una operación programada no urgente en la sanidad pública.
La atención al 18 por ciento de estos pacientes se demora además más de seis meses, frente al 8 por ciento que se encontraba en esta situación en junio de 2016, lo que supone un deterioro de la salud y calidad de vida difícilmente justificables.
Durante los últimos seis años, este indicador clave del funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y de la satisfacción de los ciudadanos se ha deteriorado hasta tal punto que el tiempo medio de espera de la atención quirúrgica de 2016 casi duplica los 65 días registrados en 2010, sin que los
responsables sanitarios de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad ofrecieran ninguna explicación en el último Consejo Interterritorial del SNS del pasado mes de junio.
Las diferencias entre comunidades autónomas son además abismales y difíciles de explicar si se atiende al gasto per capita invertido en salud, plantillas de profesionales, población atendida o al incremento de los presupuestos sanitarios de los tres últimos años que, a la vista de los datos, parece que no se han invertido en recortar las listas. Las prioridades de gasto se han dirigido a otros capítulos y la atención que reciben los ciudadanos en la sanidad autonómica es, en consecuencia, muy desigual.
Los pacientes de Canarias son los que soportan mayores esperas quirúrgicas, con un tiempo medio de espera de 187 días. El nuevo consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, ya ha lanzado un plan de choque para reducir estas demoras que recogen incrementos de la actividad asistencial por la tarde y fuera del horario habitual, tal y como hizo la Comunidad de Madrid en 2016. Los resultados del plan son por ahora discretos al reducirse las esperas hasta los 177 días en una región que presenta la mayor tasa de precariedad laboral de la sanidad española y una de las tasa de médicos y enfermeras de atención especializada más bajas de España, junto con Andalucía.
Después de Canarias, los ciudadanos en Cataluña son los pacientes más atribulados de la sanidad pública al hacer frente a 143 días de espera media. Más de 157.000 enfermos se encuentran en esta situación. El responsable de la gestión sanitaria, Antoni Comín, pactó hace un año con la CUP un plan de choque de 96 millones de euros para reducir las demoras que en los presupuestos de este año se ha reducido a una partida de 35 millones. El consejero achacó las dilatadas esperas a la “infrafinanciación” de Cataluña y al “gran déficit fiscal que sólo arreglaremos con una república”, según aseguró en noviembre de 2016.
Otras comunidades que exceden de largo la media de espera del SNS son Castilla-La Mancha (139 días), Extremadura (124 días) o Castilla y León (122 días). A pesar de que todas las regiones han anunciado políticas para reducir sus listas, el deterioro que han sufrido los tiempos de espera en todas las especialidades, salvo cirugía cardiaca y torácica, durante el último año evidencian el fracaso de la gestión.
El exgerente del Servicio Murciano de Salud, Francisco Agulló, achacó el incremento de las listas de espera a los problemas de financiación que atraviesa la sanidad regional y a la falta de inversión en la estabilidad laboral de las plantillas de profesionales. Un extremo este último que sí se cumple en el caso canario -el 48 por ciento son temporales- pero no en el catalán, región que presenta una tasa de temporalidad del 17 por ciento, la más baja del SNS . El número de profesionales médicos en activo se ha incrementado además durante los últimos tres años y la plantilla asciende ya a los 113.173
médicos en 2015, según datos del Ministerio de Sanidad.
Por el contrario, la regiones más virtuosas son La Rioja (56 días) y País Vasco (58 días), seguidas de Madrid (63 días), una de las comunidades que más presión política ha sufrido por sus listas en el Parlamento regional a pesar de comprometer una inversión de 80 millones durante la legislatura y contar con los mejores indicadores de gestión si se compara con las otras dos autonomías más pobladas y que mayor carga asistencial tienen.
Otro tanto cabe decir de las demoras para consultas de especialista, que han subido de 51 días de media a 72 días después de que se incluyan los datos de Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Carril rápido en la privada
Contrastan los registros de la sanidad pública con los arrojados por la sanidad privada o por los hospitales de colaboración público-privada. Los cinco hospitales concertados de la Comunidad Valenciana presentan demoras quirúrgicas que oscilan entre los 33 días de Torrevieja y los 53 días de Denia, frente a la espera de 83 días del conjunto de centros de la región.
La espera media quirúrgica de la atención sanitaria privada se encuentra en 29 días y el 90 por ciento de los pacientes es intervenido antes de un mes, según los últimos datos recabados por el Idis de 2015, mientras que el tiempo medio de citación para consultas de especialista no llega a las dos semanas en las cuatro especialidades más frecuentadas -oftalmología, dermatología, traumatología y ginecología y obstetricia-. En el caso de las esperas de citación de pruebas complementarias, como mamografías, resonancias magnéticas o TAC, las demoras oscilan entre los 4 y los días. Está claro que la privada tiene más reflejos, flexibilidad y menos presión asistencial que la pública a la hora de atender a los pacientes.
Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), ha aprovechado los datos de las listas públicas para reclamar un aprovechamiento de los recursos disponibles y también de las estrategias de cooperación público-privada, que “han demostrado con datos irrefutables mejorar la accesibilidad al sistema y reducir las listas de espera”. Vilches se lamenta de que “no se está trabajando en esa línea en absoluto, sino más bien en la contraria en base a una politización creciente y preocupante de la sanidad que contradice la búsqueda del bien común de los ciudadanos”, según denuncia el Idis en un comunicado.
A pesar de este clima político hostil a cualquier fórmula de colaboración privada, las comunidades autónomas han seguido invirtiendo en conciertos con centros privados en los últimos años. En 2015, último ejercicio disponible en la estadística de gasto sanitario público, las regiones destinaron 5.734,7 millones de euros a concertar actividad asistencial y quirúrgica con hospitales y centros privados, un 9,6 por ciento del gasto público total. Cuatro años antes, en 2011, las comunidades invertían 5.800 millones de euros en este fin, un 9,4 por ciento de su gasto sanitario total.
Desde la Alianza de la Sanidad Privada Española se reclama una renovación de los conciertos para la prestación de tratamientos con la sanidad privada, una colaboración que “no sólo descongestionaría considerablemente las listas de espera, sino que los precios de los tratamientos en los conciertos con la sanidad privada supondrían un ahorro, ya que son de media un 30 por ciento más económicos que si se realizan en la sanidad pública”.