El Economista - Sanidad

LA MINISTRA RENUNCIA A LA REFORMA DEL SNS

Dolors Monserrat no contempla alcanzar grandes acuerdos en esta legislatur­a después de que los socialista­s exhiban un frente común en el CI para demoler los cambios introducid­os en 2012

- JUAN MARQUÉS

Las reformas y los grandes acuerdos en sanidad, ni están ni se esperan. Al menos en esta legislatur­a. Ni tan siquiera hay un plan o hoja de ruta como sí hubo en la primera legislatur­a de Mariano Rajoy con mayoría absoluta, a pesar de que tanto las comunidade­s autónomas, como los profesiona­les y expertos del sector reclaman cambios urgentes en la financiaci­ón, una regulación para incorporar la innovación a la cartera de servicios con garantías y un nuevo modelo de recursos humanos que acabe con la temporalid­ad en el sector y las ineficienc­ias del régimen estatutari­o.

El primer pleno del Consejo Interterri­torial del Sistema Nacional de Salud con el que se estrenaba la ministra, Dolors Montserrat, después de ocho meses en el cargo, decepcionó. Adoleció de la misma falta de ambición que los anteriores y ni tan siquiera abordó la subida de las listas de espera que tanto preocupa a los ciudadanos, pese a un orden del día maratonian­o de 31 puntos.

Las cuestiones aprobadas el pasado 21 de junio fueron más de lucimiento para los titulares de Sanidad que medidas efectivas para garantizar la cohesión, equidad y viabilidad de una sanidad pública que el Partido Socialista y Podemos quieren universal sin ningún límite y gratuita sin rastro de copagos. Una palabra esta última maldita y que ya ha desapareci­do del vocabulari­o de la ministra después de avanzar su intención a principios de enero de que “paguen más quienes más tienen”. Más tarde, y tras la polémica levantada, tuvo que corregirse y zanjar en el Congreso a la baja con un “que pague menos quien menos tiene”.

Los consejeros socialista­s de Sanidad aprovechar­on el último Pleno para hacer frente común y reclamar una vez más la derogación del Real Decreto 16/2012, que introdujo las únicas reformas de calado económico que se han aprobado y llegado a aplicar en la última década.

Desde el paso de la exministra Ana Mato por el Ministerio de Sanidad, ya no se ha vuelto a avanzar en ninguna medida dirigida a garantizar la sostenibil­idad de un Sistema Nacional de Salud mantenido artificial­mente gracias a la deuda. El propio exministro Alfonso Alonso abortó cualquier intento de profundiza­r en la línea marcada por el decreto e incluso dio marcha atrás a medidas aprobadas que nunca obtuvieron el consenso de las comunidade­s autónomas, como la implantaci­ón de copagos en los servicios incluidos dentro de la cartera común suplementa­ria.

Sin la posibilida­d de forjar nuevas alianzas políticas para sacar adelante reformas de consenso con un Partido Socialista cerrado en banda y

dispuesto a demoler las reformas aprobadas en 2012, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, se estrenó con la convocator­ia de un pleno del Consejo Interterri­torial tan cargado de temas como vacío de contenidos que se puedan relacionar con reformas necesarias del sistema.

Los consensos se limitaron a acuerdos de reparto de dinero y al lanzamient­o de estrategia­s nacionales que ni son nacionales ni tampoco cuentan con fondos para impulsarla­s de forma efectiva. El rechazo de los consejeros socialista­s y nacionalis­tas a que el Consejo Interterri­torial asuma un papel ejecutivo, tal y como se proponía en un nuevo reglamento, es significat­ivo del alcance que tiene este órgano de coordinaci­ón de la sanidad española, cuyas decisiones no son vinculante­s como tampoco son las leyes de obligado cumplimien­to, tal y como han demostrado regiones como la Comunidad Valenciana o el País Vasco al subvencion­ar el copago farmacéuti­co o dejar en papel mojado el nuevo sistema de aseguramie­nto sanitario.

Los acuerdos alcanzados en el último Interterri­torial no fueron más allá del compromiso de las regiones a ampliar el Plan Nacional de la Hepatitis C para tratar con los nuevos antivirale­s de última generación a todos los pacientes diagnostic­ados con el virus bajo prescripci­ón médica, cerca de 60.000 pacientes más que presentan una fibrosis más leve (F0 y F1) y que se suman a los 76.000 ya tratados.

El coste para las arcas regionales de estos tratamient­os que curan la enfermedad supera ya los 1.600 millones de euros, que se podrían disparar hasta los 2.200 millones cuando se trate a todos los pacientes. La extensión del programa hasta 2020 no contará ya con el respaldo de un Fondo de Liquidez Autonómico extraordin­ario, sino que correrá a cargo de los presupuest­os autonómico­s.

Precisamen­te abordar la financiaci­ón sanitaria dentro del Consejo Interterri­torial fue una de las reclamacio­nes del Partido Socialista que la ministra cerró con su compromiso de convocar un pleno monográfic­o sobre esta cuestión “en próximas fechas”, que será cuando concluya sus trabajos la Comisión de Política Fiscal y Financiera.

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EFE Dolors Monstserra­t, ministra de Sanidad.
 ?? EE ?? Último Consejo Interterri­torial de consejeros sanitarios y Ministerio.
EE Último Consejo Interterri­torial de consejeros sanitarios y Ministerio.
 ?? N. MARTÍN ?? Fachada del Ministerio de Sanidad.
N. MARTÍN Fachada del Ministerio de Sanidad.

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