¿HASTA CUÁNDO ES SOSTENIBLE UNA SANIDAD ENDEUDADA?
El economista Félix Lobo advierte que el SNS “pagaría muy cara una nueva crisis” ante el nivel de endeudamiento que acumula y la falta de financiación que todavía no ha resuelto
El profesor Guillem López-Casasnovas ha descrito gráficamente el reto al que se enfrentan los sistemas de salud, incluido el español: hay 400 nuevos medicamentos oncológicos que están pidiendo pista para aterrizar y no sabemos quién se sienta en la torre de control, ni dónde está el radar para prever o anticipar esta situación que no se resuelve con la construcción de nuevas terminales, como así se ha hecho con el fondo creado para financiar los nuevos antivirales contra la hepatitis C y que en dos años y medio ha requerido una inversión de 1.750 millones de euros.
Se refería de esta forma el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra a la solvencia del Sistema Nacional de Salud, pero en su capacidad para resolver situaciones nuevas, según precisó durante la presentación del libro de Funcas La economía, la innovación y el futuro del Sistema Nacional de Salud en España, escrito por Félix Lobo, catedrático de Economía y director del Seminario de Estudios Sociales de la Salud y los Medicamentos de la Universidad Carlos III de Madrid. La financiación de la innovación es, sin duda, uno de los grandes
desafíos que los gobiernos tienen por delante y que requiere, en primer lugar, determinar qué es innovación, porque “hay algunos medicamentos que sólo han sido disruptivos en el precio, no en el valor”, advirtió José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud en la Escuela Nacional de Sanidad durante el mismo acto de presentación.
Hay que tener en cuenta que el coste de un robot quirúrgico Da Vinci asciende a dos millones de euros y que el tratamiento para la hepatitis C con Sovaldi (sofosbuvir) salió al mercado por 84.000 dólares y la nueva terapia para la atrofia muscular espinal cuesta 625.000 dólares al año.
Pero antes de plantear el dilema entre elevar la presión fiscal o recurrir a más recortes para costear el SNS como parte del Estado del bienestar que Félix Lobo resuelve a favor del aumento de los impuestos, el economista detecta un problema de falta de gobierno y de liderazgo en la sanidad. “No sabemos dónde queremos ir”, asegura este experto, por lo que también resulta difícil aprender lecciones del pasado para prevenir. “Lo peor que le podría pasar al Sistema Nacional de Salud es que España tuviera en el futuro otra crisis de gran magnitud”, alertó durante la presentación del libro.
La financiación de la sanidad sigue siendo, por tanto, un problema pendiente en España, que el recurso a la deuda a través de los diferentes mecanismos de liquidez dispuestos por el Estado a partir de 2012 no puede ocultar. Por eso, Lobo advierte también que “la vía del déficit y la deuda es una vía muerta que no debemos volver a recorrer, si queremos escarmentar de nuestros errores, cumplir nuestros compromisos y ser solidarios con nuestros jóvenes y generaciones venideras”.
Precisamente poner el contador a cero de la deuda ha sido el mecanismo utilizado por el Estado desde 2002, cuando se transfirieron las competencias sanitarias al conjunto de las regiones, para resolver los problemas de financiación de la sanidad. Un instrumento al que ya no se puede recurrir, una vez que el gasto público en sanidad está constreñido por el orden fiscal europeo de estabilidad y crecimiento, advierte Félix Lobo.
Y es que desde los años ochenta, el sistema sanitario público ha gastado más que lo establecido en el presupuesto, contribuyendo al déficit público de manera notable, recuerda Lobo. Aún en los años de bonanza económica había deuda sanitaria por valor de 5.574 millones de euros, según datos de la Intervención General del Estado para 2005. Un montante que se incrementó hasta los 16.000 millones de euros de 2011 en facturas de proveedores cuyo pago se retrasa o se guarda en los cajones.
Se estimaba que, sobre el presupuesto total, la deuda a proveedores sanitarios suponía en torno al 20 por ciento para el conjunto de las regiones. “Ya no se trataba solo de una crisis de sostenibilidad a largo plazo, sino de una auténtica crisis de solvencia del sistema sanitario a corto plazo”, según señala López-Casanovas en una cita recogida en el libro. “Ahora las deudas afloran a la luz, pero su financiación se traslada al prestamista en última instancia, el BCE, quien compra buena parte de la deuda española”, asegura el autor del libro en referencia a los distintos planes de pagos a proveedores.