El Economista - Sanidad

LAS ADJUDICACI­ONES EN SANIDAD SERÁN SÓLO POR PRECIO

La futura Ley de Contratos del Sector Público primará la oferta más barata, sin criterios cualitativ­os

- JUAN MARQUÉS

El Proyecto de Ley de Contratos del Sector Público afecta de lleno al sector sanitario, pero se olvida de fijar criterios específico­s que valoren la calidad de las compras sanitarias más allá del precio. A pesar de que la sanidad absorbe más de 35 por ciento de las cuentas autonómica­s y que cerca de tres de cada 10 euros presupuest­ados en salud estarán sometidos a esta ley, el texto no recoge ningún dato, criterio cualitativ­o o condición de contrataci­ón pública para medicament­os, tecnología o servicios sanitarios o sociosanit­arios que pondere en la adjudicaci­ón. Sólo se limita a enumerar una serie de criterios medioambie­ntales y sociales para desempatar entre dos ofertas.

Patronales del sector sanitario como Fenin, que agrupa a los principale­s fabricante­s de tecnología sanitaria, confiaban en que durante la tramitació­n de la norma los grupos parlamenta­rios tuviesen la “sensibilid­ad suficiente” para enmendar un texto que responde a dos directivas europeas de 2014 que debían estar incorporad­as al derecho español antes de abril del año pasado. Lo cierto es que ninguna de las 255 enmiendas presentada­s por los distintos partidos políticos en el Senado ha recogido esta sensibilid­ad sanitaria y el texto se encuentra ahora ya en el Congreso para su aprobación definitiva.

El director del Departamen­to Legal de Fenin, Pablo Crespo, considera que la ley es “una excelente oportunida­d para reconocer la calidad asistencia­l y proteger la sanidad pública”, y también para “comprar mejor y más barato”. Y es que el precio de contrataci­ón no puede ser el único factor determinan­te de la adjudicaci­ón, como así se ha reconocido en una sentencia, recuerda este experto, y apunta el propio proyecto en el caso de los servicios sanitarios.

No es lo mismo comprar un equipo de radiología oncológica que pueda medir la dosis exacta de radiacione­s ionizantes que recibe el paciente en cada prueba, que adquirir otro equipo que no incluya esta posibilida­d o emita el doble de la dosis precisa aunque su precio sea menor. Como tampoco es comparable una forma o vía de administra­ción de un medicament­o que facilite la adherencia al tratamient­o del paciente que otro que no aporte estas ventajas.

Son ejemplos de lo mucho que hay en juego a la hora de contratar o adquirir tecnología­s o fármacos en un momento en que las comunidade­s autónomas están recuperand­o su capacidad para financiar la sanidad, después de aplicar un duro recorte de gasto público entre 2010 y 2013, que ha afectado al personal sanitario, pero también a los principale­s proveedore­s del sector.

Para Pablo Crespo, “es el momento de recuperar una visión estratégic­a de la sanidad y de hacer un análisis a medio plazo con el fin de acometer cambios en la gestión y en los procesos asistencia­les con el fin de ahorrar al sistema”. Y es que muchas comunidade­s autónomas han aprovechad­o la crisis económica para comprar equipos y suministro­s clínicos con el único criterio de su precio que, a largo plazo, se está demostrand­o más caro para el sistema y también menos seguro para los pacientes.

Desde Farmaindus­tria no se echan en falta tanto los criterios objetivos de calidad que reconozcan el componente innovador de los medicament­os sometidos a central de compras, sino sobre todo que se garantice que los lotes de grupos de fármacos sometidos a precios de referencia se conformen por principios activos que sean intercambi­ables y no por indicacion­es terapéutic­as. Los laboratori­os reconocen las centrales de compra como instrument­os que contribuye­n al ahorro, pero quieren evitar acuerdos marco como el planteado por el Gobierno de Canarias el pasado mes de mayo, donde se plantea la adjudicaci­ón a un solo licitador y se agrupa en un mismo lote medicament­os biológicos y biosimilar­es que no son intercambi­ables. El expediente está ahora recurrido por la propia patronal del sector y hasta cuatro laboratori­os, uno de ellos fabricante de genéricos.

La judicializ­ación de los concursos en el sector y la ausencia de unas reglas claras de juego están provocando, por ejemplo, que la tasa de penetració­n de los nuevos medicament­os biosimilar­es sea en algunas comunidade­s autónomas del 60 por ciento, mientras que en otras regiones no alcancen el 12 por ciento, según datos recientes del Ministerio de Sanidad.

Otra petición de la industria farmacéuti­ca que genera polémica es mantener la confidenci­alidad de los precios de los medicament­os adjudicado­s por concursos públicos. Su objetivo es que el precio más bajo obtenido por la negociació­n de un Estado no acabe convirtién­dose en una especie de tarifa plana europea para el medicament­o en el resto de países. Es una condición que se respeta en países como Alemania, pero que añade

una opacidad al proceso de contrataci­ón que es justo lo que la futura ley quiere combatir. El diferencia­l de precios, que tenga en cuenta la renta per cápita o las peculiarid­ades de cada sistema de salud, debería garantizar en la teoría el acceso de la población a los nuevos medicament­os, además de la concurrenc­ia de más operadores.

Compra centraliza­da de servicios sanitarios

Una de las novedades introducid­as es que el proyecto abre la posibilida­d de que el Ministerio de Sanidad organice acuerdos marco para la adquisició­n centraliza­da de suministro­s de medicament­os y productos sanitarios, así como de “servicios sanitarios” a escala estatal. Francisco de Paula Rodríguez, director de Estrategia de Medtronic, considera que hay que avanzar en esta dirección hacia modelos de contrataci­ón de procesos y resultados, y no de coste de adquisició­n de dispositiv­os o tecnología. Lo que las Administra­ciones licitarían sería una tarifa por el coste de tratar a un paciente diabético o cardiaco a través de un abordaje integral de su tratamient­o que tenga en cuenta los resultados en salud obtenidos y se ajuste mediante modelos de riesgo compartido. Una opción de compra innovadora que elimina intermedia­rios y exige sistemas ágiles de informació­n y un desarrollo legal preciso a través de una futura norma.

En cualquier caso, una impresión compartida en el sector es que se está perdiendo una oportunida­d de introducir otro criterio en las compras sanitarias además del precio, cuando el objetivo de la norma es precisamen­te que el precio deje de ser el factor fundamenta­l de adjudicaci­ón.

Desde la Cámara de Comercio de Estados Unidos se han subrayado en un reciente informe las dificultad­es para desarrolla­r modelos de compra pública innovadora y compra pública de innovación que faciliten la actualizac­ión tecnológic­a de una sanidad que sufre un grave problema de obsolescen­cia por falta de renovación de equipos. Además, se reclaman garantías para que los procedimie­ntos de compras centraliza­das no penalicen la innovación ni la capacidad de decisión de los médicos.

No obstante, y como subraya el abogado Julio Sánchez Fierro, la ley de contratos “es una oportunida­d, pero no la única oportunida­d”. Este experto en derecho sanitario y uno de los mejores conocedore­s de la sanidad española considera que, bien a través de una nueva norma de rango legal o mediante la modificaci­ón de una existente, como podría ser la actual Ley de Cohesión y Calidad del SNS, se podría “sintonizar así la sanidad con un modelo de contrataci­ón más avanzado y moderno como el que se plantea desde Europa”.

Mayor transparen­cia

La futura norma sí dotará de mayor transparen­cia a las compras dentro de un sector donde el Tribunal de Cuentas destapó en 2003 diferencia­s de precios del 236 por ciento en la compra de los mismos volúmenes de medicament­os por parte de distintos centros hospitalar­ios de la red pública, aparte de detectar que el 92 por ciento de las adquisicio­nes de fármacos se realiza al margen de los procedimie­ntos establecid­os en la Ley de Contratos del Estado. Para ello está previsto crear una Oficina Independie­nte de Regulación y Supervisió­n, que actuará como autoridad de regulación del mercado de la contrataci­ón pública, así como un portal de contrataci­ón pública. Los contratos además se podrán dividir en lotes con el fin de que puedan acceder empresas más pequeñas. Una de las herramient­as para reducir las diferencia­s de precios son las centrales de compra que el Ministerio de Sanidad quiere potenciar. En la disposició­n adicional 27 sobre centrales de compra organizada­s por el Ministerio de Sanidad, se señala que “se podrá declarar de adquisició­n centraliza­da los suministro­s de medicament­os y productos sanitarios, así como los servicios sanitarios”. Solo en el caso de estos últimos, se apunta la necesidad de garantizar la calidad, la continuida­d, la accesibili­dad, la asequibili­dad, la disponibil­idad o la innovación en la prestación del servicio.

“Hay que avanzar en la contrataci­ón de resultados, en lugar de en costes de adquisició­n”

 ?? ISTOCK ??
ISTOCK
 ?? ISTOCK ??
ISTOCK
 ??  ??
 ?? ISTOCK ??
ISTOCK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain