Eficiencia y calidad a prueba de crisis
demora media para la atención en urgencias sigue siendo inferior a los 30 minutos a pesar del ligero repunte del tiempo medio de asistencia médica, según se desprende del análisis de 4,1 millones de intervenciones.
El tiempo de respuesta solo se ve incrementado de forma significativa en las consultas con el especialista, una situación que los autores del informe achacan al fuerte incremento de la actividad ambulatoria registrado por el sector privado durante los últimos años -el 55 por ciento de las intervenciones son ya ambulatorias- y que, en cualquier caso, se sitúa en torno a las dos semanas, 18 días en el caso de dermatología, subrayan.
El informe no compara los indicadores de accesibilidad de la privada con la pública para no subrayar quizás lo obvio y lo sangrante de un SNS a dos velocidades, que abren una enorme brecha entre la atención pública y privada. Hay que recordar, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, que el tiempo medio de espera quirúrgica en los centros públicos se situaba en los 115 días, mientras que la demora para la consulta especializada superaba los 52 días en diciembre de 2016.
Los hospitales privados sí miden, en cambio, sus resultados con los dos principales observatorios de la salud del sistema público en procesos asistenciales más o menos graves, en eficiencia, resolución asistencial o calidad y seguridad del paciente.
Un ejemplo es el reingreso hospitalario de enfermos de Epoc a 30 días del alta, que es especialmente elevado por la complejidad de esta enfermedad pulmonar y que en la privada se encuentra en el 12 por ciento de los casos, frente a niveles del 16 por ciento en el caso del Servicio Madrileño de Salud. Otros procesos como los ingresos por insuficiencia cardiaca se encuentran en los mismos niveles registrados que en los centros públicos.
También resulta relevante comparar la tasa de mortalidad o de supervivencia, como prefiere abordarla el estudio Resa. Tanto los pacientes de la pública como de la privada disfrutan de una atención puntera de gran calidad y las tasas registradas en síndrome coronario agudo o en insuficiencia cardiaca están en línea en ambas redes asistenciales. En el caso del tratamiento del ictus es incluso mejor el dato agregado de los centros privados que los arrojados por el sistema público de Madrid, así como en cirugía de prótesis de cadera dentro de 48 horas al ingreso. El indicador de sepsis postquirúrgica -0,36 por ciento- se encuentra también alineado con los de las principales redes asistenciales del país. Estos indicadores sirven también para retratar otro de los mantra contra la privada de que solo se ocupa de procesos de salud banales. A la sanidad privada muchas veces la eficiencia se le presupone. Los datos del informe Resa 2017 no hacen sino confirmar los altos niveles de eficiencia con los que operan los centros privados y su margen de mejora. La estancia media en el centro hospitalario, ajustada por casuística, se mantiene así en 3,38 días -siendo Oncología y Medicina Interna las especialidades con ingresos más largos y Cirugía General, Traumatología y Urología, las de estancias menos prolongadas. El número de días/horas que el paciente está ingresado antes de la cirugía se reduce hasta las 8 horas, con un 90 por ciento de pacientes que ingresan entre las 6 y las 12 horas previas a la intervención, lo que permite la preparación sin causar estancias adicionales. “En esta edición, el valor es incluso inferior al de las anteriores - en los últimos 4 años se ha mantenido entre los 0,31 días y los 0,41 de 2015-, siendo por tanto un dato de eficiencia claro”, asegura el director general del Idis, Manuel Vilches. Y, por último, el nivel de ambulatorización existente en la cirugía, un indicador en el que este año se observa un incremento del 7 por ciento con respecto a la edición anterior, superando el 55 por ciento. “Se trata de un dato excelente, sobre todo teniendo en cuenta que en la sanidad privada un gran número de cirugías se realiza por la tarde, lo que hace que, en muchas ocasiones, los pacientes tengan que pernoctar en el centro sanitario”, añade el doctor Vilches. Una vez medidos los resultados, la sanidad privada está en condiciones de mejorar estos indicadores, el principal objetivo que se marcó el Idis al elaborar un informe que, sin embargo, no permite todavía al ciudadano elegir entre centros privados, ya que recoge los datos agrupados de los 148 hospitales y clínicas que representan a los principales grupos hospitalarios, además de 136 centros ambulatorios.