FÁRMACOS DE HOSPITAL: LA ‘PELEA’ ES MILLONARIA
Las regiones tendrán que asumir una elevada factura si devuelven los fármacos biológicos de diagnóstico hospitalario al canal de farmacia para acercar los tratamientos a los pacientes
El mismo alto cargo de la sanidad madrileña que hace casi dos años dijo en un foro farmacéutico que los medicamentos dispensados en el hospital no iban a retornar a la farmacia fue el encargado de anunciar el primer acuerdo autonómico para devolver a las boticas de la región tres fármacos restringidos hasta ahora a los servicios de farmacia de hospital.
La decisión avanzada por el director de Coordinación de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, César Pascual, en el curso organizado por la Fundación Cofares en Santander afecta a los principios activos pegvisomant, anagrelida y deferasirox. Si bien su impacto presupuestario es limitado -la facturación de estos tres fármacos apenas supera los 360.000 euros al año-, se trata del primer paso, según confía el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, para recuperar otros medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) sin cupón precinto que salieron del canal de farmacia por razón de ahorro y que se pueden administrar a pacientes ambulatorios. Una Comisión de expertos de la Consejería y del propio Colegio examina desde hace meses la situación de dispensación de 269 medicamentos que se clasificaron como fármacos con reservas singulares para restringir su dispensación a los hospitales y que podrían volver a la farmacia dentro de una estrategia que tendrá un coste para las arcas madrileñas.
QuintilesIMS ha sido la primera consultora en cifrar el coste y los ahorros que implica la dispensación hospitalaria de 20 medicamentos biológicos. Y el resultado es que solo gana la Administración. El resto de agentes implicados -boticas, laboratorios, distribuidores y los propios ciudadanos- pierden por una decisión que ha sido tachada de economicista y carente de razón clínica.
El hecho de que los ciudadanos hayan salido perdiendo es una de las principales razones para que la Administración esté estudiando el retorno de estos fármacos a la farmacia. Y eso que ahora no tienen que asumir ningún copago en la dispensación de medicamentos a pacientes ambulatorios en los hospitales, que representa cerca del 80 por ciento del gasto hospitalario farmacéutico. En la farmacia su aportación será mínima en la mayoría de ocasiones, ya que se trata de tratamientos de aportación reducida limitada a 4,24 euros. Pero pesa más el ahorro en costes de tiempo y de dinero de desplazarse a los hospitales y en las molestias que causa esta medida. Un copago oculto, como han denunciado desde la empresarial de farmacéuticos Fefe. La misma Consejería de Sanidad ha reconocido haber recibido numerosas quejas por parte de los ciudadanos por el hecho de ir al hospital
para retirar la medicación en lugar de a su farmacia cercana.
Según el informe de QuintilesIMS encargado por la distribuidora Cofares, el mercado de esta veintena de medicamentos DH que disputa ahora la farmacia asciende a 897 millones de euros valorados a PVL y representa un total de 2,3 millones de unidades. Entre estos fármacos se encuentran terapias autoinmunes, contra el virus de la hepatitis Cy B, vacuna del papiloma virus, productos de hipercolesterolemia, oncología, asma o antitrombóticos, entre otros.
El paso de retornar a la situación anterior, donde las farmacias dispensaban los medicamentos DH retirados de este canal, supondría un coste para la Administración de no menos de 58 millones de euros, que es lo que se habría ahorrado al modificar el lugar de dispensación de estos fármacos. Se trata de un cálculo aproximado de la consultora que tiene en cuenta el impacto de facturar a PVP o a PVL, como ocurre ahora con su dispensación en el hospital de los productos clasificados DH sin cupón precinto, ya que se eliminan así los márgenes de la distribución, de la farmacia o el IVA, y tampoco se rentabilizan los descuentos obtenidos de los laboratorios en la negociación del precio de los contratos de suministro, que la consultora calcula en una media del 3 por ciento adicional al descuento obligatorio del 7,5-15 por ciento aplicados en la farmacia. Hay otras implicaciones que también se cuantifican en el estudio y que la directora de QuintilesIMS, Concha Almarza, presentó recientemente en Santander. La dispensación en farmacia supone también un mayor ingreso para las administraciones por la aplicación el sistema de deducciones que grava las ventas de las boticas y un recorte de los gastos asociados al incremento de plantilla en la farmacia hospitalaria para atender la medicación de los pacientes ambulatorios. No obstatnte, el propio sector farmacéutico es escéptico ante la posibilidad de recuperar las ventas de los medicamentos DH. El presidente de Cofares, Juan Ignacio Güenechea, fue explícito al apuntar que “pensar que podemos recuperar en crudo lo perdido es muy difícil”. No obstante, también advirtió que “nos estamos jugando el papel de la farmacia como agente de dispensación de medicamentos en el futuro”, ya que la composición de las ventas del mercado farmacéutico ha cambiado en los últimos años hasta el punto de casi igualarse lo facturado en la farmacia y en el hospital. En cualquier caso, es la dirección en la que trabaja también el Ministerio de Sanidad. Encarnación Cruz, directora general de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud, destacó que su departamento “está en vías de alcanzar un acuerdo que permita conjugar los distintos intereses -pacientes, sostenibilidad del sistema sanitario y sector farmacéutico- para la vuelta a la dispensación en farmacias comunitarias de parte de los medicamentos de dispensación hospitalaria sin cupón precinto”. Por lo menos en la Comunidad de Madrid ya han comenzado a andar este camino. Ahora falta que Sanidad apruebe una nueva Resolución para que estos fármacos sean finalmente de ida y vuelta para la farmacia y los pacientes.