Listas de espera: el gran agujero negro del Sistema Nacional de Salud
Las promesas y planes de choque autonómicos se han mostrado ineficaces para reducir unos tiempos de demora que son fuente de incertidumbre y angustia para los pacientes
Lo recordaba Manuel Vilches, el viernes pasado, en el foro de Nueva Economía. “No podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo”. El director general del Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (Idis) se refería con estas palabras a los decepcionantes datos de listas de espera registrados por las comunidades autónomas, donde más de 600.000 ciudadanos siguen a la espera de una intervención quirúrgica programada en la sanidad pública.
A la vista de estas cifras, cabe preguntarse si nuestras autoridades sanitarias se toman en serio este auténtico agujero negro del Sistema Nacional de Salud. Desde luego que su gestión en este ámbito, que es el que más preocupa a los españoles según el Barómetro Sanitario, es deficiente. Sus promesas y planes de choque varios, que se resumen en más peonadas para abrir los quirófanos por las tardes y los fines de semana, se han mostrado ineficaces para reducir unos tiempos de demora que son fuente de incertidumbre y angustia para los pacientes.
Más difícil de explicar es el vacío que los responsables de la sanidad autonómica han hecho a la propuesta del Idis de dejar el contador de las listas a cero en pocos meses a través de la colaboración público-privada. Ningún consejero de Sanidad ha defendido el incremento de la partida de conciertos privados para este fin durante el avance de los presupuestos del año que viene. El coste de la propuesta asciende a 1.500 millones de euros, una cantidad que se aproximará bastante al montante que se invertirá en los distintos planes y estrategias regionales pero que, desde luego, no está teniendo ninguna eficiencia ni efectividad. Es evidente la falta de voluntad política porque cuando ha sido necesario allegar recursos para resolver un problema de financiación como el que planteaban los nuevos medicamentos antivirales contra la hepatitis C, las Administraciones han acabado poniendo encima de la mesa 1.600 millones de euros en dos años.
Bien es cierto que no se puede generalizar con las listas de espera y ya se puede evaluar la gestión autonómica. Las diferencias son abismales y harán bien los ciudadanos en pedir cuentas a sus gestores de por qué los vascos y madrileños esperan solo 48 días de media para ser operados, mientras que canarios (179 días), castellanomanchegos (177 días) o catalanes superan los 149 días de media.