El diseño de los hospitales también ayuda a curar
Estamos en un momento en que jardines terapéuticos, luz natural, una señalización clara y comprensible, un control del ruido…. son los nuevos retos de los hospitales arquitectónicamente curativos
Cuando enfermamos, una de las frases más escuchadas en los hospitales es ésta de “le envío a casa porque allí estará mejor, y se recuperará más rápido”; ¿por qué nos reponemos más rápidamente en nuestra casa que en el hospital? Lo cierto es que cuando estamos en un entorno conocido, amigable, que controlamos, la mejoría se hace notar. Con lo cual, llegamos a la conclusión de que no sólo sanan los medicamentos, también el entorno puede contribuir a curar, es decir, la experiencia del paciente en el hospital es tan importante como el tratamiento.
Es una tendencia que cobra cada vez más fuerza, el hecho de que los hospitales sean diseñados especialmente con espacios, formas y colores que contribuyen a mejorar la salud de los enfermos. Sin embargo, si hablamos de la participación de los arquitectos en el diseño y planificación de edificios para la salud, tenemos que remontarnos a los inicios de la época colonial. En este periodo se planificaron obras para ser usadas especificamente como hospitales. Así surgió, por ejemplo, el hospital de La Concepción, o de Nuestra Señora, fundado por el conquistador Hernán Cortés en 1524.
Desde el inicio de los tiempos, los arquitectos usaron la luz natural y la ventilación para ayudar a tratar a todos los tipos de enfermos. Además, diseñaron edificios con áreas verdes, y espacios al aire libre, que contribuían a mejorar los estados de ánimo.
Estamos en un momento en que elementos a los que no se les daba ninguna importancia, pasan ahora a un primer plano: jardines terapéuticos, luz natural, una señalización clara y comprensible, un control del ruido… son los nuevos retos de los hospitales arquitectónicamente curativos.
Además, ya sabemos que la arquitectura puede provocar una respuesta emocional de gran alcance, y también sabemos que los hospitales pueden ser una fuente muy concreta de tensión para muchos. Los pacientes, familias, cuidadores y personal médico se pueden encontrar frente a las situaciones más sensibles de su vida, lo que convierte a los hospitales en los candidatos perfectos para demostrar que se puede mejorar la experiencia de los pacientes y familiares. No sólo sanan las medicinas, también el entorno puede contribuir, y mucho, a curar o mejorar una enfermedad que está siendo tratada en un centro médico.