LAS LISTAS DE ESPERA NO BAJAN PESE A SUBIR EL GASTO EN SANIDAD
Las autonomías se ven incapaces de acortar la demora para operaciones, que ya llega a 104 días de media
Reducir la lista de espera quirúrgica será de nuevo la principal promesa sanitaria de las comunidades autónomas para 2018. Todos los consejeros de Sanidad, sin excepción, han incidido en este objetivo en el avance de las cuentas sanitarias del próximo año, a la vista del alarmante deterioro de la situación de demora quirúrgica y diagnóstica de la sanidad autonómica.
Nada importa que, desde 2014, los tiempos de espera se hayan incrementado semestre a semestre, que es el periodo que el Ministerio de Sanidad utiliza para computar y publicar los datos autonómicos, con la excepción del último. 604.103 pacientes siguen así en una lista quirúrgica que acumulaba una demora media de 104 días para ser intervenidos en una operación programada, según el último dato disponible de 30 de junio de 2017, 93.000 más que en 2014. Especialmente gravosa es la situación que arrastran los pacientes de Canarias, con 179 días de espera media; Castilla-La Mancha -177 días-; Cataluña -149 días- o Extremadura -125 días-.
A pesar del fracaso en la gestión de las listas, ninguno de los responsables sanitarios ha defendido el uso de los conciertos privados para reducir las esperas, ni se han acogido al plan de choque de 1.500 millones de euros que costaría dejar la lista quirúrgica a cero antes de fin de año, según la propuesta presentada por el Instituto de Desarrollo e Integración de la Sanidad, que agrupa a los principales grupos hospitalarios del país. Es más, la presidenta de la Alianza de la Sanidad Privada Española, Cristina Contel, admitió la semana pasada que “nos encontramos con el momento más bajo de la concertación y, lejos de que esta tendencia mejore, creemos que se va a estancar”, según aseguró en la presentación de una encuesta, donde un 30 por ciento de los centros sanitarios privados reconoció que su negocio de conciertos con la sanidad pública siguió cayendo en 2017.
Las regiones prefieren confiar en el uso de recursos propios. Es el caso de Madrid, que aumentará un 19,4 por ciento el gasto destinado a reducir las esperas que ya ha situado en 48 días de media para un total de 58.331 pacientes, según el registro de junio. En total, contará con un presupuesto de 51,5 millones de euros para este fin, dentro de un plan diseñado hace dos años que ha permitido a la comunidad lucir el mejor tiempo de espera, igualando al registro del País Vasco. El proyecto de presupuestos presentado incluye un incremento del tres por ciento en la partida sanitaria, que habilitará también una inversión de 140 millones más -un 84 por ciento más que en 2017- para sostener su Plan de Renovación de Infraestructuras Sanitarias.
Andalucía también tiene previsto incrementar su presupuesto para sanidad
Madrid aumentará un 19,4% el gasto destinado a reducir las esperas de 48 días de media
en un 5,4 por ciento respecto a este ejercicio, con la vista también puesta en las listas de espera y el capítulo de personal. El Gobierno andaluz se ha comprometido a sacar una nueva Oferta de Empleo Público ordinario (OPE) con 2.500 plazas, además de atender la Oferta de Empleo Pública Extraordinaria de Consolidación, que prevé consolidar 18.620 plazas temporales o de interinos que sitúan a esta región con el récord de empleo precario en la sanidad española.
País Vasco también se ha propuesto mejorar sus registros en listas de espera a través del incremento de la actividad quirúrgica, que ha elevado en torno a un 4 por ciento anual en los últimos dos años, y la mejora de organización de los procesos, políticas que le han permitido obtener buenos resultados en los últimos años. Para ello destinará 36 millones de euros a
mejorar las listas, la mitad para financiar derivaciones a centros concertados en picos de actividad, según admitió el consejero Jon Darpon. Los conciertos sanitarios representan menos del 7 por ciento de su gasto sanitario.
Castilla y León ha habilitado una partida de cinco millones de euros en sus cuentas de 2018 para contratar a más profesionales sanitarios con el fin de abrir los quirófanos en horario de tarde. Castilla-La Mancha, sin embargo, planea legislar para garantizar que se atiende “en tiempo y forma a todos los pacientes”. Llevará así a trámite parlamentario en el segundo semestre de 2018 la Ley de Garantía de Tiempos Máximos, una vez que contabiliza el tercer peor registro del SNS, con 162 días de espera media. Misma fórmula que la utilizada por Baleares, que pondrá en marcha de nuevo el Decreto de Garantía de Demora para que ningún paciente espere más de dos meses para una consulta con el especialista, ni más de seis meses para una intervención quirúrgica.
Por su parte, Canarias destinará 45 millones de euros en exclusiva a recortar sus listas de espera. Es el objetivo número uno de su consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, que contará con un presupuesto que crecerá un 8,5 por ciento más respecto a este ejercicio. Su plan de choque contra las esperas incluye el incremento de la actividad ordinaria y de la cirugía ambulatoria. También prevé cuidar mejor a sus profesionales al presupuestar 105 millones más en un capítulo que absorbe la mitad de las cuentas.
Una de las comunidades que dedicará un mayor esfuerzo económico a la sanidad sobre el papel será la valenciana. Hasta 306 millones de euros más que en 2017 destinará a financiar, entre otras, partidas tan atípicas como las ayudas de 89,6 millones previstos -35 millones más que en 2017- para hacer frente a los copagos farmacéuticos y ortoprotésicos de pacientes en situación de “pobreza farmacológica”, en la terminología de la consejera de Sanidad, Carmen Montón. Su batalla política para revertir las concesiones sanitaria del departamento de Alzira también ha sido presupuestada dentro del capítulo de gastos de personal, que se elevará hasta los 2.611 millones de euros -139,3 millones más- para asumir, entre otras dotaciones, la integración del personal del departamento sanitario de La Ribera a partir del próximo 31 de marzo, la gestión de la red pública de diagnóstico por imagen mediante resonancia magnética o financiar el nuevo modelo de prestación farmacéutica centralizada para las residencias de mayores. Valencia también invertirá 98,8 millones -un 32,9 por ciento másen infraestructuras y dotación de equipamientos y nueva tecnología. Garantizar la estabilidad en el empleo a través de OPE consumirá buena parte también del incremento de recursos de Galicia. La comunidad presidida por Alberto Núñez Feijóo se ha planteado publicar una nueva OPE de 1.616 plazas este año y crear 365 nuevas plazas en el Servicio Gallego de Salud en 2018, dentro del objetivo de estabilidad laboral. Con el horizonte de 2020, hasta 5.000 profesionales podrán acceder a una plaza estable a través de nuevas ofertas. El País Vasco también se centrará en estabilizar el empleo. Casi el 70 por ciento de su presupuesto sanitario -2.783 millones de euros- se invertirá en gastos de personal, un 3,3 por ciento más que este año. Incluso se permitirá el lujo de seguir financiando las ayudas para hacer frente al copago farmacéutico en una de las comunidades que tienen mayor renta per cápita de España. Murcia también prevé seguir trabajando en su plan de choque lanzado en 2015 para reducir las listas de espera con medidas de gestión, como la aplicación con la que el paciente podrá anular o modificar una cita con el médico especialista con el fin de evitar inasistencias a las consultas. Al 12 por ciento de las citas programadas no acude el paciente, lo que se traduce en 300.000 citas vacantes, según datos de la Consejería. Otra de las dificultades que tendrán que superar los gobiernos autonómicos que se encuentran en minoría es pactar los presupuestos con sus socios de Gobierno, atendiendo sus reclamaciones sin incumplir la regla de gasto.