Más allá del aporte nutricional en calcio de los lácteos
Las evidencias científicas más actuales destacan la importancia nutricional de la leche y de algunos otros lácteos como el yogur o leches fermentadas y refuerzan el posible papel de su consumo en la prevención de varias enfermedades crónicas
Últimamente se habla mucho sobre la leche y los lácteos en general aseverando que no protegen la salud ósea, o que la leche no es un alimento imprescindible porque el calcio se puede cubrir con otros alimentos y que tampoco previene la osteoporosis en mujeres menopáusicas. Lamentablemente tantas medias verdades sin sustento científico contribuyen a un empeoramiento de su alimentación conduciendo a la realización de una alimentación incompleta o bien a adoptar un patrón alimentario alejado de nuestra cultura y tradiciones.
¿Y qué hay de cierto en todo ello? A pesar de estas controversias, las evidencias científicas más actuales contradicen esas falsas afirmaciones destacando la importancia nutricional de la leche y de algunos otros lácteos como el yogur o leches fermentadas y reforzando el posible papel de su consumo en la prevención de varias enfermedades crónicas tales como la obesidad, la diabetes y algunos tipos de cáncer.
¿Los lácteos son importantes por su aporte en calcio para la salud ósea? La leche, leche fermentada y el yogur principalmente constituyen una opción adecuada, desempeñando un papel crucial en la cobertura de la Ingesta Diaria Recomendada de calcio y de otros nutrientes. El calcio está principalmente vinculado a la formación y el metabolismo del hueso a lo largo de las diferentes etapas de la vida. Junto al ejercicio, la vitamina D y de otros nutrientes, es necesario asegurar una ingesta adecuada de calcio para mantener la salud ósea. La leche y los productos lácteos contienen una serie de nutrientes que son necesarios para construir huesos fuertes en la infancia y para su mantenimiento durante la edad adulta con el objetivo de reducir la osteoporosis y las fracturas óseas en edades mayores, pero más allá de su contenido en calcio.
La Comisión Europea ha concluido que las proteínas, el calcio, fósforo, magnesio, manganeso, zinc, vitamina D y vitamina K son también necesarios para el mantenimiento óseo. Estos nutrientes están todos presentes en la leche y en el resto de productos lácteos. Por tanto, ¡los lácteos tienen más que calcio! Pero si bien los últimos estudios sostienen que la ingesta de leche en la adultez no previene el riesgo de osteoporosis y las fracturas, lo que sí aseveran es que sí son importantes contribuidores de la salud ósea en esa etapa de la vida. Recordemos que la osteoporosis es una enfermedad
pediátrica con repercusiones geriátricas. Es decir que debo cuidar la ingesta de esos nutrientes en las etapas pediátricas para asegurarme una salud ósea en las edades avanzadas.
Si no se relaciona a menor prevalencia de fracturas y osteoporosis, ¿es lícito decir que no sirve para la salud ósea? Muy equivocadamente sería afirmar eso, unos resultados no significativos no significan que su consumo tenga que ser perjudicial. Lo único que dicen los estudios es que no encuentran relación estadísticamente significativa. En ciencia no se puede inferir que si no hay relación significa que sea perjudicial. Aunque, una reciente revisión del tema sugiere beneficio de la ingesta de lácteos sobre la salud ósea en la infancia y adolescencia, y apoya que su ingesta contribuye a cubrir las recomendaciones de muchos nutrientes y a prevenir las enfermedades crónicas más prevalentes.
Por tanto, más allá de la salud ósea en edades avanzadas, sus beneficios sobre la diabetes, la hipertensión, la obesidad entre otros factores de riesgo cardiovascular, apoyan a que son alimentos sumamente importantes en la alimentación de niños y adultos.
Es importante destacar que los lácteos también contienen otros nutrientes esenciales para la salud. Los lácteos son fuentes de proteínas de alta calidad y de múltiples micronutrientes, incluyendo calcio, magnesio, fósforo, zinc, yodo, potasio, vitamina A, vitamina D, vitamina B12, y riboflavina -vitamina B2-.
¿Son perjudiciales los lácteos para los niños por el contenido de azúcares añadidos? Hay mucha confusión también al respecto. La cantidad de azúcar añadido que contiene la leche, el queso y el yogur natural es cero. Los yogures o leches fermentadas azucaradas, si miramos su etiquetado, declaran tener entre el 10 y el 18 por ciento de hidratos de carbono totales por porción comercial. Pero, se debe tener en cuenta que no todos los hidratos de carbono que contiene son azúcares añadidos. Alrededor de un 5 por ciento corresponde al azúcar de la propia leche y que no son azúcares añadidos -sacarosa-. No obstante, vale la pena aclarar que las más recientes recomendaciones de azúcares añadidos en niños nos dicen que no se debería superar la ingesta de 25 gramos al día -unas 6 cucharaditas aproximadamente- y se debería evitar dar azúcar a menores de 2 años.
En ese mismo estudio se dice que el consumo de azúcares añadidos sería seguro dentro del contexto de una alimentación saludable y recomienda que seamos sensatos a la hora de incluir esos azúcares añadidos en la alimentación de los niños. Ese importante estudio insta a que en el caso de consumirlos, se haga a través de alimentos que contengan alta cantidad de nutrientes como pueden ser las leches aromatizadas azucaradas, el yogur, leches fermentadas. Por tanto, no demonicemos a los alimentos ricos en importantes nutrientes por contener una mínima cantidad de azúcar.
Privilegiemos realizar una alimentación saludable, rica en frutas, verduras, panes, arroz y pasta integral, frutos secos, carnes blancas, pescado, aceite de oliva y lácteos. Si el niño realiza una alimentación saludable no le afectará que se coma un lácteo azucarado. No debemos ser extremistas. La moderación es la clave.