Diferencias en el uso de las inmunoterapias
El uso de las nuevas inmunoterapias contra el cáncer también es muy desigual incluso entre los países europeos. España se encuentra, por ejemplo, a la cola en la utilización de los inhibidores PD-1 y PD-L1 de las terapias dirigidas con un consumo de 738 unidades por millón de población, frente a las 1.825 unidades de Alemania, las 1.799 de Francia o 1.232 de Italia. Estas diferencias en el acceso a tratamientos que han demostrado su efectividad pueden deberse a restricciones clínicas o de reembolso público.
Facilitar el acceso de los pacientes a las nuevas terapias sin comprometer la sostenibilidad de las cuentas públicas se ha convertido en una de las políticas prioritarias para cualquier Gobierno. Razón por la que el Ejecutivo de Mariano Rajoy selló el acuerdo anual con Farmaindustria que hoy sigue vigente, y que liga el ritmo de crecimiento del gasto en medicamentos innovadores a la evolución de la economía y obliga a la industria a retornar el valor económico correspondiente al exceso de crecimiento sobre el alza del PIB real. A falta de datos globales que confirmen este balance, un fruto de este pacto podría ser que las aprobaciones de terapias oncológicas de alto precio se agilizaron hasta acercarse al nivel de Italia o Francia. En cualquier caso, “los productos disponibles en el mercado y el tiempo de aprobación de los nuevos medicamentos se han alineado con nuestro entorno europeo”, según señalan fuentes de Farmaindustria.