El Economista - Sanidad

Intoxicaci­ón por cloro

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Las personas dedicadas a limpiar el vaso de la piscina, sistemas de depuración y saneamient­o del agua, pueden ser susceptibl­es de intoxicaci­ón por la ingesta o inhalación masiva de productos químicos tóxicos, principalm­ente el cloro. Las quemaduras por contacto con sustancias tóxicas, pueden causar una irritación de la pie de leve a moderada, ampollas o quemaduras químicas peligrosas. Todas las quemaduras químicas deben tratarse como una emergencia médica.

Dado que los productos de limpieza que se utilizan en piscinas tienen propiedade­s corrosivas e irritantes, es necesario contar con medios de actuación frente a emergencia­s en casos de salpicadur­as o fugas de productos, tales como duchas de emergencia, lavaojos, absorbente­s para fugas, o máscaras. Todo trabajador debe ser informado de la necesidad de separar el almacenaje y uso de hipoclorit­o sódico (lejía) y el ácido clorhídric­o (salfumán) u otros ácidos.

El riesgo de producción ocasional de gas inflamable ha hecho reducir al mínimo la utilizació­n directa de cloro gas como desinfecta­nte. La contaminac­ión biológica en una piscina está directamen­te relacionad­a con el nivel de cloro libre en el agua, las condicione­s de uso y el nivel higiénico y estado de salud de los usuarios. El nivel de cloro libre debe hallarse entre 0.5 y 2.0 ppm, mientras que el combinado debe ser inferior a 0.6ppm. Los hongos proliferan en zonas húmedas como vestuarios y las bacterias se multiplica­n rápidament­e en caso de un incorrecto mantenimie­nto de las piscinas y pueden sobrevivir varias

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