15 años de andadura
en pacientes con EM. “Tener a los pacientes perfilados desde el punto de vista neuropsicológico es muy importante. La neuropsicología también nos va a servir para el pronóstico, junto a otras pruebas complementarias como la OCT y la atrofia como la aplicación de nuevas tecnologías, como la RM en la atrofia”, explica el director de la Unidad.
Otro de los avances en el diagnóstico y tratamiento de la EM está siendo trabajar con bases de datos de pacientes de varios países, lo que les permitirá, cruzando los datos, establecer tratamientos personalizados. El equipo del doctor Izquierdo ha sido el impulsor de un proyecto internacional que cuenta con una base de datos de más de 40.000 pacientes diagnosticados de EM de todo el mundo, de los cuales su equipo aportó unos 2.000. No obstante, el doctor explica que “con la aplicación de ciertos parámetros de inteligencia artificial, basados en el big data, y el conocimiento de los neurólogos, se pueden establecer tratamientos personalizados en función de unos patrones de comportamiento de la enfermedad”.
Asimismo, haciendo honor a una de las líneas más potentes de la Fundación, la Unidad de EM contará con un servicio de formación, que desarrollará proyectos de colaboración con otros centros españoles para la formación en EM de Médicos Internos Residentes en Neurología. No obstante, esta formación no solo incluye al personal sanitario, sino que también estará enfocada a las asociaciones de pacientes para compartir las experiencias y los avances que están fraguando. La Fundación Vithas Nisa celebra este año su decimoquinto aniversario. Desde su inicio en 2003, donde tenía presencia en las comunidades de Valencia, Madrid y Andalucía, ha ido sumando capacidad de actuación hasta asentarse actualmente en 19 hospitales y 28 centros médicos repartidos por siete comunidades españolas.
La directora de la Fundación detalla que el fomento, la promoción, la gestión y el apoyo a la investigación, la formación y la docencia en el ámbito médico, sanitario y en relación a las ciencias de la salud y la asistencia social, sanitaria y médica fueron los fines fundacionales con los que arrancaron y, a día de hoy, han conseguido posicionarse como referentes nacionales en áreas como la formación. “Más de 600 alumnos al año completan su formación en nuestros centros gracias a acuerdos de colaboración con más de 40 entidades”, aclara Álvarez.
Por lo tanto, la investigación ocupa más del 50 por ciento de los esfuerzos económicos y profesionales de la Fundación, pues, en palabras de Álvarez: “Sin investigación no puede haber desarrollo”. La actividad social es, por tanto, otra de sus grandes aliadas. El 90 por ciento de las actuaciones que llevan a cabo son jornadas abiertas dirigidas tanto a profesionales del sector como a pacientes o familiares que precisen de información. “Queremos ser un referente en el campo de la investigación, como lo somos ya en el campo docente. Somos un punto de inflexión al cual miran los profesionales de la medicina cuando, más allá de su línea asistencial, quieren dedicarse a estudiar o a investigar”, remata la directora.
Álvarez cree que la medicina se enfrenta al reto de la personalización y de la prevención, y anima a la Fundaciones, tanto públicas como privadas, a que trabajen de la mano y no en competición. “La enfermedad es transversal y los profesionales tenemos que ser generosos en compartir nuestros esfuerzos, para que el éxito de los hallazgos llegue lo antes posible a los pacientes”, sostiene.