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Así será el marketing de cuarta generación
Alguien podría pensar que la telefonía de cuarta generación (4G) acaba de llegar al mercado español, a la vista de la intensa campaña de comunicación de algunos operadores. Pero tras un breve análisis comprobamos que lo que ha llegado en realidad es el marketing de cuarta generación: crear grandes expectativas, ofreciendo muy poco, al menos por ahora. El patrón de comunicaciones móviles 4G o LTE, que va a permitir un volumen mayor de tráfico de datos a velocidades muy superiores a las actuales, lleva un considerable retraso de instalación en España, limitando las posibilidades de desarrollo de una actividad cada vez más pujante. Países como Suecia, a finales de 2012, ya cubrían prácticamente todo su territorio con tecnología 4G. Otros países europeos que están también más avanzados en la implantación de esta tecnología son Dinamarca, Portugal, Inglaterra, Alemania yAustria. Lo cierto es que, en parte por dar alguna satisfacción a una demanda expectante y en parte por pura estrategia comercial, aquí en España algunos operadores de telefonía móvil han decidido presentarse como los líderes de esta avanzada tecnología y proveedores de la gran solución de la navegación a través de la telefonía móvil. Puro marketing.
La realidad es que los servicios 4G que pueden ofrecer son todavía muy limitados. La actual cobertura de la red 4G es mínima. Para hacerla universal hay que modificar y actualizar toda la red, lo que no ocurrirá antes de dos años. La inmensa mayoría de teléfonos inteligentes en uso no se adaptan a la red 4G, pues de todo el catálogo de smartphones existente, muy pocos están adaptados al nuevo patrón. Millones de usuarios tendrán que comprar nuevo móvil si quieren disponer de este servicio. Será necesario cambiar la gran mayoría de tarjetas SIM por las denominadas Usim, ya que las tarjetas SIM con una capacidad de almacenaje menor a 88Kno soportan esta tecnología. Además, todavía está por ver que se consigan alcanzar los 150 mb por segundo de velocidad de descarga que en teoría permite el sistema, aunque ya algunos de los que se han lanzado al mercado 4G confiesan que apenas llegarán a la mitad de ese óptimo. Falta también por resolver la cuestión técnica de las frecuencias de la red 4G, pendientes de lo que pase con las que ahora ocupa la TDT y que se espera que queden libres en breve. Demasiados interrogantes en el aire para resolver de inmediato. Nos espera una borrachera de promociones que no harán sino aumentar la confusión existente en el mercado. Ojo a los consumidores: las mediciones iniciales muestran que el consumo de datos con esta tecnología asciende casi al doble que utilizando 3G, lo que puede suponer al usuario un sobrecoste en relación a lo que venía gastando en su factura. De nuevo es necesario releer todas las letras pequeñas.
Como se puede apreciar, por ahora tenemos una telefonía 4G en pañales, que dudo mucho pueda satisfacer tantas expectativas. Sin duda, la tecnología 4G llegará a ser una vía que solucione la necesidad de conexión a alta velocidad y necesitamos esta tecnología 4G, claro que sí, pero la de verdad. Ypara eso, en lugar de tanta compaña de comunicación sin beneficio real, debería existir un consenso para su implantación universal en el más breve plazo y en las condiciones más óptimas para los usuarios. La tecnología 4G será una solución para las conexiones de alta velocidad, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de que sean comunes en nuestra vida diaria.