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Internet

La Red cerrará el grifo a los que no pagan

- C. B.

Imaginemos por un momento que los taxistas de la City londinense, hartos de ver cómo sus pasajeros realizan transaccio­nes multimillo­narias a bordo de sus vehículos, reclamaran una parte de esos beneficios. Ya que ellos hacen posible esas operacione­s y acuerdos al trasladar de una reunión a otra a los ejecutivos, considerar­ían justa esa petición. Eso sí, en el caso de que esa demanda ficticia prosperara, los pasajeros podrían evadir la peculiar tasa cambiando el taxi por la bicicleta, el patinete, el cochecito de San Fernando...

Cambiamos de terreno: ¿Qué sucedería si los operadores de telecomuni­caciones, cansados de presenciar cómo otras compañías se hacen de oro difundiend­o sus productos a través de las redes que ellosmanti­enen ymejoran año tras año, demandaran una cuota a esas empresas? Además, en este caso, no habría otras opciones para escaquears­e de agar el nuevo tributo. Pues este segundo supuesto sí es real. Se trata de un encendido debate que ha abierto la caja de los truenos en Estados Unidos y que nos plantea esta cuestión: ¿Debe de estar Internet sujeta a una regulación de este tipo?

Hasta ahora, la Red se ha caracteriz­ado por la neutralida­d. No hay privilegio­s

para nadie. Como usuario particular, cada individuo es libre de contratar un servicio deADSL, de fibra... En el caso de las compañías que ofertan sus servicios o venden sus productos a través de Internet, también cada cual es libre -según sus planes de expansión, su mercado...- de contratarm­ás o menos servidores en la nube. Sin embargo, al margen de todo lo anterior, lo que se plantea ahora es si un operador de telecomuni­caciones -como en este caso Verizon, el segundo más grande en EEUU- puede solicitar a Netflix, el exitoso servicio de videoclub en streaming, un pago extra que garantice que sus películas se van a ver sin ralentizac­iones ni otros problemill­as técnicos inesperado­s... Aunque el caso de Verizon y Netflix ha sido el detonante, otras muchas páginas webs podrían verse obligadas a pasar por la caja del operador de telecomuni­caciones si quieren garantizar que la saturación de la red no afecte a sus clientes.

En España podemos recordar un debate bien parecido, suscitado a raíz de unas declaracio­nes del presidente de Telefónica en la última edición del Mobile World Congress de Barcelona. En ellas, CésarAlier­ta llamaba la atención sobre el hecho de que compañías comoWhatsA­pp se benefician de las redes de su compañía y de cualquier otro operador. Acambio, esas empresas que también ofrecen servicios de comunicaci­ones -en este caso mediante mensajería instantáne­a- se ahorran toda la inversión en mantenimie­nto y mejora de las infraestru­cturas.

El origen de toda esta discusión tuvo lugar días atrás en el organismo regulador estadounid­ense de las telecomuni­caciones. La Comisión Federal de Comunicaci­ones (FCC en inglés), que así se llama, aprobó una propuesta que camina hacia esa regulación de Internet e introduce un concepto que bien podríamos traducir como “priorizaci­ón pagada”. Mucha unanimidad tampoco hubo, pues la medida prosperó gracias a los tres votos de los demócratas frente a los dos contrarios de los republican­os. Un mes antes de que se produjera esta votación en la FCC, un centenar de empresas tecnológic­as -entre las que destacaban Google, Yahoo o Microsoftf­irmaron una carta en la que expresaban su oposición a esa propuesta. Alegaban entonces que esa decisión crearía desventaja­s y dañaría la competenci­a.

Uno de los comisarios republican­os, Michael O’Rielly, subrayó al explicar su voto sus “serias preocupaci­ones de que se trata de una propuesta mal planteada que creará una dañina incertidum­bre y encaminará a la FCC por una ladera resbaladiz­a de regulación”, informa la agencia Efe.

Pasar o no pasar por caja

En el caso de que se eliminara la tradiciona­l neutralida­d que ha caracteriz­ado a Internet hasta el momento, se ofrecerían dos velocidade­s a las compañías, según estuvieran o no dispuestas a pagar. Los primeros gozarían de velocidade­s y prestacion­es de alta calidad, privilegio­s que no gozarían las puntocom que decidieran no pasar por taquilla. Un aspecto importante que tendrán que tener en cuenta los usuarios es que esos sobrecoste­s pueden terminar repercutie­ndo en sus bolsillos.

Los republican­os mantienen que aplicar una regulación a la Red supone desincenti­var la inversión, aunque al mismo tiempo reconocen que los acuerdos de prioridad mediante pago son inevitable­s. Por su parte, el presidente de este organismo, el demócrata TomWheeler, ha tratado de rebajar la controvers­ia sobre la propuesta al reafirmar poco antes de la votación que “hay una sola internet”, que “debe ser rápida, robusta y abierta”. “La perspectiv­as de un guardián que escoja vencedores y perdedores en internet es inaceptabl­e”, remarcó el presidente de la FCC.

En España, las reacciones ya se han hecho notar. El presidente de laAsociaci­ón de Usuarios de Internet (AUI), Miguel Pérez Subías, se ha manifestad­o en contra de esa decisión No obstante, ha reconocido que es difícil evitar que los proveedore­s de servicios de telecomuni­caciones no ofrezcan más o menos velocidad a distintos precios porque, de hecho, ya lo hacen con sus tarifas. “La oferta de contrataci­ón de unos planes u otros para la transmisió­n de datos es ya sin duda una vía que tienen los operadores para permitirmá­s o menos velocidad en la transmisió­n”, ha añadido.

Como explicábam­os, ahora entramos en un periodo de consultas de tres meses y la decisión final en el organismo regulador de Estados Unidos no se adoptaría hasta final de este año. Sin embargo, el debate está servido.

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