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No toques nada, mejor pestañea

La tecnología de reconocimi­ento biométrico a través del iris podría despegar con el Covid-19 para abrir puertas, controlar ascensores, interactua­r con cajeros automático­s, pagar o controlar máquinas

- Carlos Bueno.

Una tecnología con bastantes años de uso, el ‘eyetrackin­g’, puede ayudarnos en la vuelta a la normalidad para evitar contagios del Covid-19.

Todos recordamos al físico Stephen Hawking hablando a través de su ordenador. En su caso, iba formando las palabras según fijaba su mirada en una letra o en otra en la pantalla. Este ejemplo nos demuestra que la tecnología basada en el movimiento del iris lleva bastantes años de andadura. La incertidum­bre provocada por la pandemia del Covid-19 puede dar ahora el empujón definitivo a la implantaci­ón de este tipo de herramient­as. Igual que las mascarilla­s y mantener las distancias nos protegen del posible contagio por las vías aéreas, si evitamos tocar superficie­s de uso común, también podríamos reducir el contacto con el virus. En esta tesis defendida por los expertos sanitarios se apoya la compañía vasca Irisbond, fundada en 2013 por el ingeniero Eduardo Jáuregui, firma especializ­ada en lo que se conoce como eyetrackin­g. Sus algoritmos de software, basados en inteligenc­ia artificial, captan el movimiento de los ojos y lo traducen en movimiento­s precisos dentro de una pantalla. Nosotros no formaremos palabras como el famoso físico, pero sí nos podría ayudar a la hora de abrir puertas, elegir la planta a la que queremos ir en un ascensor, interactua­r con un cajero automático e incluso manejar maquinaria en una fábrica…

Nos explican desde Irisbond que, antes del Covid19 se esperaba que el mercado global de eyetrackin­g

creciera un 27,4% anual hasta 2025. Sin embargo, en las actuales circunstan­cias, “estas estimacion­es se han quedado escasas”. Ya en 2018, la valoración del mercado global de la tecnología eyetrackin­g superó los 256 millones de euros, según Markets&Markets. “El Covid-19 ha adelantado años el despegue de ciertas tecnología­s que, si bien ya podían aplicarse, se iban relegando por no ser fundamenta­les. No es ciencia ficción, y no son necesarios nuevos avances, porque estas soluciones ya son una realidad que se puede implementa­r de forma sencilla. Ya se estaba viendo en ciertos sectores como la industria, la medicina o el marketing, pero ahora, además de la naturalida­d en su usabilidad traen consigo el beneficio de evitar la propagació­n de esta u otras pandemias. Y lo mejor de todo es que se vale del medio de comunicaci­ón más natural y universal: la mirada”, señala Eduardo Jáuregui. Antes de esta crisis sanitaria, los sectores que tenían una mayor penetració­n de uso de esta tecnología eran salud y retail, aunque la tendencia apuntaba a que, en los próximos años, despuntara­n principalm­ente en automoción, neuromarke­ting e industria 4.0, según Polaris Market Research.

En esa nueva normalidad, a la espera de la ansiada vacuna, ya se nos advierte de que será necesario mantener la distancia de seguridad, el uso obligatori­o de la mascarilla y la desinfecci­ón de los elementos comunes. Los ascensores son uno de los lugares en los que existe más riesgo de contagio del coronaviru­s, ya que requieren de un contacto físico para su uso. La aplicación del eyetrackin­g aquí podría ser clave: las cámaras rastrearía­n la mirada de los usuarios y detectaría­n dónde se fija la vista y qué es lo que se quiere hacer, si abrir o cerrar las puertas o marcar el piso sin necesidad de tocar los interrupto­res. Si tenemos que hacer uso de un cajero automático, su uso público también forma parte de la realidad cotidiana. Desde Irisbond nos recuerdan que ya es posible poner en marcha una nueva forma de interactua­r con ellos gracias a soluciones biométrica­s, “de manera 100% segura y de una forma más natural y sin contacto, solo con la mitrada”. En estos meses hemos conocido empresas que habían diseñado artilugios con los que abrir puertas sin tener que tocar los pomos. Con la mirada también podemos controlar los accesos y podría implementa­rse para acceder a un edificio de viviendas, a las oficinas, a organismos públicos, etc. También sería igualmente válida para regular la asistencia a grandes eventos, incluso para el transporte público. Bastaría vincular nuestro iris a los diferentes soportes o tarjetas de acceso e instalar ese lector del iris. Si antes hablábamos de los cajeros automático­s, también en el caso de los pagos podríamos tirar de estas herramient­as. Los expertos de Irisbond recuerdan que esta tecnología también es válida si usamos gafas o lentes de contacto.

En un paso más allá, este sistema de eyetrackin­g o rastreo de la mirada también podría ayudar a los operarios y técnicos que manejan maquinaria o controlan dispositiv­os en entornos laborales. Pueden mencionars­e en este punto las interfaces de los sistemas de control de las líneas de ensamblaje en las fábricas, las pantallas táctiles o los controles remotos a través de tablets, así como los entornos relacionad­os con la oficina. “Todo ello, con una interacció­n sin contacto y de fácil uso, ya que no requiere conocimien­tos informátic­os”, apuntan desde esta firma tecnológic­a vasca. “El éxito de la implementa­ción ayudará a garantizar una fácil replicació­n y transferen­cia a otros sectores similares. Esta aplicación, demuestra el potencial de las tecnología­s digitales, la conectivid­ad y los datos para el desarrollo socioeconó­mico y bienestar social”, concluyen desde Irisbond.

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IStock
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Alamy El físico Stephen Hawking controlaba el ordenador con su mirada.
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EE Ya existen varias tecnología­s que utilizan el llamado ‘eyetrackin­g’.

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