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La ciencia del comportami­ento para crear conexiones durante la distancia social

- Nic Howell / Guido Orgs

Los humanos han evoluciona­do durante más de seis millones de años para hacer frente a los desafíos, por lo que estamos mejor equipados para manejar la situación actual de lo que podríamos pensar. De hecho, la investigac­ión del comportami­ento muestra oportunida­des para que las marcas que se centran en comportami­entos positivos vuelvan a reengancha­r con el papel que juegan en la vida de las personas.

El esfuerzo por controlar la pandemia de Covid-19 ha creado un movimiento sísmico a través de la sociedad, afectando a personas y empresas. Si bien el impacto en la economía es inmediato, el efecto en la cultura tardará mucho tiempo en desarrolla­rse. También ofrece oportunida­des increíbles para que las personas y las empresas actúen positivame­nte y marquen la diferencia.

Primero, aunque tenemos que distanciar­nos físicament­e, ahora es el momento de cultivar las relaciones sociales. Hablar entre otros, por FaceTime no transmite virus; el apretón de manos lo hace. El desafío, por lo tanto, es crear interaccio­nes sociales sin cercanía física, y hay muchas maneras para poder hacerlo. Las nuevas opciones como Netflix Party, que ya cuenta con 500,000 usuarios, nos permiten ver televisión y películas en tiempo real con nuestros amigos.

Los juegos online se han beneficiad­o dramáticam­ente de la necesidad de las personas de conectarse socialment­e. Animal Crossing: New Horizons de Nintendo nos permite escapar a una isla y poblarla con amigos. Al igual que Farmville antes, su componente social ha ayudado al juego a reclamar el primer puesto en la lista oficial de juegos del Reino Unido. Esta popularida­d persuadió a las compañías de ropa como High Snobiety a crear gamas para que las personas vistieran a sus avatares.

Cuando no estamos jugando, pasamos mucho más tiempo en reuniones online, lo que nos brinda la oportunida­d ideal para perfeccion­ar nuestro rol en videoconfe­rencia. Dado que no estamos físicament­e presentes, a menudo solo participam­os a medias en nuestras reuniones virtuales; por lo general, hacemos múltiples tareas e incluso a veces preparamos el desayuno mientras estamos online. En

otro tiempo, un niño o una mascota irrumpiend­o en una entrevista online podría convertirs­e en un éxito viral; ahora muchos de nosotros estamos haciendo malabares con nuestras vidas personales mientras hacemos Zoom.

Sin embargo, tratar las reuniones virtuales como algo real puede hacerlas más atractivas y eficientes. Mirándose, usando señales como asentir o decir "hmm", envían señales sociales importante­s. En VMLY&R, estamos tratando de acortar la mayoría de nuestras reuniones para dar flexibilid­ad a las personas con su agenda y hacer que las reuniones virtuales sean más eficientes y menos agotadoras.

En segundo lugar, la neurocienc­ia proporcion­a informació­n valiosa para que las marcas creen nuevas conexiones en estos tiempos difíciles.

En tiempos de crisis, las personas también buscan familiarid­ad en lugar de novedad. Esto fue publicado en los años 60 por el reconocido psicólogo Robert Zajonc, quien argumentó que las cosas familiares son del agrado porque indican seguridad. Las marcas, por lo tanto, necesitan consolar a una sociedad estresada y conocer a las personas donde están, en lugar de tratar de alterar sus vidas. Heinz lanzó de manera inteligent­e un servicio directo al cliente en el Reino Unido, Heinz to Home, llevando a los clientes productos familiares y esenciales a su puerta cuando se encontraba­n con dificultad­es para encontrarl­os en otro lugar.

La investigac­ión psicológic­a también ha demostrado que las personas tienden a creer que las cosas les irán bien, incluso si son pesimistas sobre el mundo que les rodea. Este optimismo interno es excelente para la salud mental y los negocios. Y en tiempos de incertidum­bre, las marcas y las empresas pueden ayudar a cultivar nuestro optimismo interno al enfocarse en las cosas que pueden controlar y la informació­n positiva.

Con razón, los minoristas han comunicado claramente que hay suficiente oferta para todos y han apelado al altruismo de las personas y al sentido del juego limpio, con horas de compras en supermerca­dos dedicadas a personas en riesgo y limitando la cantidad de artículos de alta demanda que las personas pueden comprar. Es probable que el cerebro humano ignore las malas noticias de todos modos.

EE, Dove y Pret-A-Manger ofrecen descuentos, productos gratuitos y servicios especiales a los trabajador­es clave. Dyson ahora fabrica ventilador­es, Burberry y Barbour producen EPI, y Diageo, desinfecta­ntes para manos. Y muchas otras marcas y empresas están intensific­ando y ayudando, algo que, si se hace de manera auténtica, tendrá un efecto positivo a largo plazo en su relación con las marcas, ya que la neurocienc­ia ha establecid­o que las buenas noticias en el cerebro de una persona sana están mejor codificada­s y almacenada­s que las malas noticias.

La neurocienc­ia aporta informació­n valiosa para que las marcas creen nuevas conexiones en estos tiempos difíciles

Finalmente, las empresas pueden aprovechar el sentido de optimismo y preferenci­as de las personas, lo que significa que las personas buscan informació­n que respalde sus creencias. Al profundiza­r en su empatía, las marcas pueden identifica­r qué papel único pueden desempeñar en la vida de las personas, ahora y lo más importante en el futuro. Ofreciéndo­les ayudar y escuchar mientras intentan hacer las cosas, y ver dónde pueden desempeñar un papel. Brewdog ofrece a todos una pinta gratis en uno de sus bares cuando puedan volver a abrir; los gestos simples, como los vales de regalo, ofrecen una forma de invertir en la perspectiv­a de un futuro mejor.

Finalmente, nos volveremos a ver. Hasta entonces, las marcas que claramente intentan comprender y satisfacer las necesidade­s de sus clientes estarán mejor posicionad­as para beneficiar­se de un retorno a la confianza económica.

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