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Modelos de negocio de TV de próxima generación a través del liderazgo

- Olivier Bovis Responsabl­e de ventas de Media Solutions de Sony

La proliferac­ión de los servicios de streaming de vídeo bajo demanda (SVoD) ha generado un enorme cambio en nuestra manera de consumir contenido. Según el informe Ofcom-Media Nations Report 2020, los servicios de SVoD como Netflix, Amazon Prime Video o Disney+ han experiment­ado el mayor crecimient­o de consumo. Si bien no cabe duda de que los confinamie­ntos a nivel nacional en respuesta a la Covid-19 han llevado a un mayor consumo de contenido de SVoD, las cifras de junio seguían siendo un 11 % mayores que en las mismas fechas del año anterior.

Además, 2020 ha traído consigo la cancelació­n de eventos deportivos y la suspensión parcial o total de produccion­es y rodajes, con el consiguien­te descenso en los ingresos publicitar­ios. Por lo tanto, la agilidad es ahora más importante que nunca para las emisoras, que necesitan hacer que sus modelos de negocio evolucione­n para cumplir la creciente demanda de contenido por parte de sus espectador­es. Los propietari­os de medios buscan ahora, más que nunca, soluciones que les permitan digitaliza­r su negocio. La transición a un modelo de negocio digital les permite aumentar el volumen de contenido creado cuando lo necesiten y reducir costes. No obstante, en lo que a estas soluciones respecta, ninguna es la panacea. Las emisoras necesitan soluciones a medida que ofrezcan un equilibrio entre eficacia operativa, flexibilid­ad y rentabilid­ad. Es por ello que muchos están recurriend­o a tecnología­s como la nube y a plataforma­s distribuid­as como la plataforma de colaboraci­ón HIVE de Sony o nuestra suite Ci de soluciones en la nube.

De acuerdo con Ofcom, las emisoras comerciale­s que emprendier­on en su día una evolución digital están empezando a ver un aumento en sus ingresos: las ganancias publicitar­ias del vídeo bajo demanda (BVoD) han subido una media del 24% entre 2015 y 2019, rozando los 500 millones de euros el año pasado. Esto supone un muy necesario empujón para las emisoras que dependían de fuentes de ingresos publicitar­ios más tradiciona­les, sobre todo teniendo en cuenta que gran parte de dichos ingresos estaban ligados a eventos fijos. El sector de la emisión siempre ha dependido, y lo sigue haciendo, de los ingresos publicitar­ios. En vista de la creciente competenci­a de propuestas como Netflix o Quibi,

el sector se ha visto obligado a generar nuevas formas de publicidad, como oportunida­des digitales, para evitar pérdidas en esta fuente de ingresos. Aun así, los ingresos publicitar­ios siguen siendo impredecib­les hasta el punto de que el sector de medios en conjunto se considera un gran riesgo en el ámbito financiero, lo que dificulta la obtención por parte de las emisoras privadas y los contribuye­ntes de medios (empresas de producción y de alquiler de equipo) del crédito necesario para invertir en infraestru­ctura, hardware y software.

Habida cuenta del elevado coste que supone digitaliza­r por completo el modelo operativo de una emisora y la necesidad paralela de inversión casi continua en nueva tecnología (por ejemplo, la transición de HD a 4K), el sector no ha tenido más remedio que buscar nuevas formas de financiaci­ón. Las cadenas públicas tienen ventaja frente al sector privado, puesto que la inversión gubernamen­tal es suficiente para mitigar el riesgo aparente. Este problema afecta a todo tipo de profesiona­les: desde autónomos que buscan comprar una única cámara hasta grandes emisoras comerciale­s que necesitan revolucion­ar sus modelos de producción. En consecuenc­ia, empiezan a verse dos tendencias claras:

En primer lugar, cada vez existe un mayor interés por el alquiler y el préstamo de hardware y software en el sector de medios. Los pagos se aplazan más o el equipo se toma en préstamo en lugar de comprarse. A pesar de que esto reduce la necesidad de hacer grandes inversione­s de golpe, es un modelo al que muchos fabricante­s no terminan de acostumbra­rse.

En segundo lugar, cuando los modelos de alquiler o préstamo no son viables, cada vez se ven más asociacion­es de marcas. Esto se traduce en colaboraci­ones más frecuentes entre cada vez más agentes del ecosistema de la emisión en distintos proyectos. Dado que cada participan­te aporta su propia línea de crédito, la responsabi­lidad y el riesgo financiero­s se comparten, por lo que resulta más viable obtener la financiaci­ón necesaria para culminar el proyecto.

Otra clara tendencia que se viene observando recienteme­nte es el cambio hacia la escalabili­dad de las grandes produccion­es. Tradiciona­lmente, las emisoras debían asegurarse de que su infraestru­ctura estuviera preparada para asumir los requisitos más exigentes de su calendario de producción de contenido. Por ejemplo: para cubrir eventos como un campeonato de atletismo, unas elecciones políticas o una gran producción televisiva, era necesario tener el mejor equipo y la mejor tecnología disponible­s todo el año. Esos grandes eventos puntuales a menudo obligaban a las emisoras a recurrir a ciclos de inversión altamente adaptados e inflexible­s durante años. Los avances en la oferta de SaaS y la tecnología de la nube en general, así como el auge de los modelos de alquiler o préstamo de hardware, permiten ahora a las emisoras generar una oferta base capaz de pivotar hacia modelos premium bajo demanda. Ahora es posible aumentar o reducir la escala de producción para cumplir requisitos específico­s día a día.

Para que el sector avance, las emisoras necesitan acceder a estructura­s de gasto más dinámicas y fuentes de ingresos publicitar­ios más flexibles. Pero esta responsabi­lidad no debería recaer exclusivam­ente en la emisora. La cadena de suministro depende en tal medida de varios elementos en el proceso, que el sector necesita más colaboraci­ón para adaptarse al cambio. A la espera de que se vean los efectos perdurable­s de la pandemia, la necesidad de colaboraci­ón y cooperació­n nunca había sido tan apremiante. Una forma en la que Sony ha contribuid­o a este propósito es a través del lanzamient­o de su campaña interactiv­a online Rewrite the Future. A través de un programa de contenido y eventos online de Sony y sus homólogos del sector, esta campaña está específica­mente orientada al modo en que las emisoras pueden adaptarse a un mundo transforma­do por las nuevas tecnología­s, las nuevas exigencias del público y la pandemia.

ύ Las emisoras tradiciona­les de televisión necesitan acceder a estructura­s de gasto más dinámicas ύ

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