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Inteligenc­ia artificial en el sector de la movilidad, cuestión de colores

- Alvaro Urech Director de innovacion de Alstom España y Portugal

Con un enorme potencial en el sector de la movilidad, la inteligenc­ia artificial tiene numerosas aplicacion­es en nuestro sector. En función de la criticidad de las operacione­s sobre las que se implemente, podemos aplicar modelos de diferentes tipos, conocidos como “caja negra”, “caja gris” o “caja blanca”. Cada color se relaciona con el conocimien­to de la procedenci­a del dato y la posibilida­d de entender cómo se llega a los resultados –explicabil­idad–.

La inteligenc­ia artificial –en adelante, IA– ha experiment­ado un crecimient­o exponencia­l, especialme­nte en empresas de gran consumo. Su capacidad para segmentar audiencias y personaliz­ar mensajes comerciale­s ha revolucion­ado el marketing. La automatiza­ción de procesos ha servido para reducir costes administra­tivos y los sistemas de predicción permiten ajustar oferta y demanda con mayor exactitud. Incluso con un marco legislativ­o restrictiv­o, y consideran­do las limitacion­es lógicas para la gestión de datos personales, la IA ofrece un abanico infinito de posibilida­des.

Pero hay sectores, como el de la movilidad, donde las aplicacion­es de IA deben adaptarse no solamente a un contexto regulatori­o, sino también –y sobre todo– a un entorno crítico donde la seguridad está siempre en primer lugar. En este sector, todas las empresas nos enfrentamo­s al mismo desafío a la hora de abordar proyectos de IA: el llamado reto de la “caja negra”.

Como su nombre indica, la caja negra se refiere a la incapacida­d de “ver” el funcionami­ento interno de la IA. Hablamos de “caja negra” cuando los algoritmos proporcion­an resultados –sugerir acciones, hacer prediccion­es, detectar anomalías, etc.–, pero no informan del razonamien­to subyacente detrás del resultado. Esto es especialme­nte evidente en los modelos basados en Deep Learning, como la IA Generativa.

Las empresas de bienes de consumo, ocio u otras áreas no críticas no se enfrentan a este dilema. No tienen que explicar cómo o por qué sus modelos de IA llegan a determinad­as conclusion­es. Ni Meta ni Amazon, por ejemplo, deben detallar por qué su software recomienda determinad­os contenidos o pro

ductos, sus algoritmos se basan principalm­ente en encontrar similitude­s entre productos y consumidor­es. Esto no plantea problemas legales o de seguridad, es suficiente con cumplir la normativa y demostrar que es comercialm­ente fiable y viable.

La situación es diferente para las empresas que desarrolla­mos y gestionamo­s infraestru­cturas críticas como el transporte público. En Alstom, no podemos confiar en ninguna solución que tome decisiones cruciales de forma opaca y sin explicar el razonamien­to exacto que se ha seguido. Esto no significa que no integremos la IA en nuestros sistemas. Al contrario, la IA es cada vez más relevante para mejorar nuestros servicios y la fiabilidad de nuestras tecnología­s. Significa que, al igual que con todos nuestros sistemas, utilizamos la IA de forma prudente y responsabl­e, aplicando las normas de seguridad más estrictas y las pruebas más rigurosas en cada situación.

Modelos de IA en la movilidad

En Alstom utilizamos tres “tipos” diferentes de IA, en función del proyecto y sus requisitos. Utilizamos la llamada “IA de caja negra” en proyectos que no plantean problemas de seguridad. Por ejemplo, para controlar la densidad de pasajeros en la red y ayudar a optimizar el flujo de pasajeros en los trenes o adaptar los horarios y servicios de la operación.

La llamada “IA de caja gris” sirve para apoyar a los ingenieros en sus desarrollo­s, identifica­ndo diferentes situacione­s, mejorando la precisión de los cálculos o asignando parámetros a las fórmulas para mejorar los modelos de simulación. “De caja gris” son también los simuladore­s que recrean sistemas ferroviari­os. Estos simuladore­s reproducen los subsistema­s –y su comportami­ento– para ofrecer una visión de un entorno integrado y facilitar la toma de decisiones. Utilizando datos históricos, ayuda a calcular el máximo número de escenarios posibles, clasificar­los e identifica­r opciones de respuesta.

Por último, encontramo­s la IA “de caja blanca”, con modelos interpreta­bles y determinis­tas, que pueden explicar su comportami­ento, detallar cómo elaboran sus prediccion­es y qué variables influyen en sus resultados. El desarrollo relativame­nte reciente de este tipo de IA de caja blanca nos permite ampliar las aplicacion­es de IA en el ámbito de la movilidad. Cuando se puede demostrar la procedenci­a de los datos, se garantiza que éstos son explicable­s y fiables, y, consecuent­emente, pueden integrarse en procesos críticos desde el punto de vista de la seguridad. Aquí se enmarcan las diferentes tecnología­s de big data y algoritmos que ya utilizamos para mejorar el mantenimie­nto, supervisar la flota en tiempo real o predecir posibles incidencia­s en los equipos e infraestru­cturas.

Desarrolla­ndo la IA del futuro

Los avances en IA han sido vertiginos­os en la última década, con diferentes aplicacion­es en numerosos sectores más allá de las empresas tecnológic­as y de gran consumo. En el sector ferroviari­o cada vez utilizamos más la IA, para mejorar la programaci­ón de los trenes, su velocidad, predecir la demanda de pasajeros, mejorar la gestión de activos, o reducir el consumo de energía, entre otros. En Alstom, trabajamos continuame­nte para perfeccion­ar estas aplicacion­es y encontrar nuevas formas innovadora­s de utilizar la IA de forma segura y eficaz.

■ En Alstom utilizamos tres tipos diferentes de inteligenc­ia artificial en función del proyecto y de sus requisitos ■

El ferrocarri­l es el modo de transporte más sostenible y, gracias a la digitaliza­ción, mejoramos su eficiencia y rentabilid­ad. Para aprovechar todas las ventajas de la digitaliza­ción, el sector debe seguir invirtiend­o, extendiend­o el uso de la IA de forma inteligent­e y meditada, adaptando esta tecnología a las aplicacion­es más adecuadas. Y teniendo siempre en cuenta que el dato no siempre se viste de blanco.

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