El Economista

Alemania y España se enzarzan por la avería del Airbus sevillano

Un alto ejecutivo ve un “problema de calidad” en la planta andaluza

- Carlos Pizá MADRID.

Las tensiones internas en Airbus entre la dirección española y la corporativ­a en torno al avión militar A400M han estallado tras el accidente de principios de mes en Sevilla. Marwan Lahoud, miembro del comité ejecutivo de Airbus y director de Marketing y Estrategia, afirmó ayer que, del análisis de la informació­n de las cajas negras, se deduce que “no hubo fallo estructura­l”, sino “un serio problema de calidad en el ensamblaje final” que se realiza en la planta de Airbus Defense&Space en Sevilla. Un portavoz de Airbus D&S en España rechazó la acusación y transmitió que lo único claro hasta ahora es el fallo en el software que controla los motores, fabricado por un proveedor alemán.

Las prolongada­s tensiones internas en Airbus entre la dirección española y la corporativ­a en torno a los problemas de desarrollo del avión militar A400M han aflorado ahora en torno al accidente de un modelo de esta aeronave a principios de mes en Sevilla. Marwan Lahoud, miembro del comité ejecutivo de Airbus y director de Márketing y Estrategia, desveló ayer al diario económico alemán Handelsbla­tt que del análisis de la informació­n de las cajas negras del avión siniestrad­o se deduce que “no hubo fallo estructura­l”, sino “un serio problema de calidad en el ensamblaje final” que se realiza en la planta de Airbus Defense&Space en Sevilla. En la factoría trabajan unos 1.600 empleados y en ella se ensambla no sólo ese modelo, sino también el C295 y CN235. Las acciones de Airbus se desplomaro­n ayer un 4,08 por ciento, hasta 62 euros.

En concreto, en el ensamblaje final se instaló mal el programa de control de los motores, y eso fue lo que los averió y condujo al siniestro, resumió el alto directivo. El modelo que cayó minutos después de su despegue de la planta de Sevilla por un fallo múltiple en tres de sus cuatro motores que se detuvieron era el número 23 que se producía, y estaba destinado el ejército turco.

Ayer, un portavoz de Airbus D&S en España (la cúpula de la filial está presidida por el alemán Bernhard Gerwert y tiene su sede en Munich) rechazó la explicacio­nes de Lahoud y transmitió dos mensajes claros: primero, que lo único claro hasta ahora es el fallo en el software que controla los motores, error para el cual ya se ha alertado a los cinco países que han recibido aviones con un protocolo para evitarlo. Reacción gubernamen­tal Y, segundo, que como parte de la investigac­ión oficial abierta por la Comisión para la Investigac­ión Técnica de Accidentes de Aviones militares (Citaam) se están analizando los procesos de fabricació­n del motor, de ensamblaje de la aeronave y el citado software sin que hasta ahora haya conclusion­es claras. Por todo ello, y como conclusión, es muy prematuro según este portavoz apuntar a una causa de forma tan clara como ha hecho Lahoud.

En medio de este cruce de versiones entre distintas áreas dentro de Airbus Group conviene recordar que el presidente, Tom Enders, reafirmó el mismo fin de semana del accidente que la compañía seguía comprometi­da con el desarrollo del avión.

Por parte del Gobierno español, silencio. Esta misma semana el Eje- cutivo ha visto cómo Airbus rechazaba a su candidata -Belén Romana, expresiden­ta de la Sareb- a ocupar el puesto en el consejo de Airbus que dejó libre el exministro y consejero delegado de OHL, Josep Piqué. Este último recomendó, tras encargar la empresa un proceso de selección a un cazatalent­os internacio­nal, a la expresiden­ta de IBM en España, Amparo Moraleda, que fue la finalmente elegida el miércoles pasado, pese al voto en contra de España, Francia y Alemania, que suman el 40 por ciento del capital.

Por su parte, la Junta de Andalucía respaldó ayer el trabajo que se realiza en la planta de ensamblaje del A400M en Sevilla y destacó la confianza de Airbus en esta factoría. En este sentido, el gobierno regional avanzó que trabajan para cerrar un acuerdo de colaboraci­ón, en el marco del traslado desde Toulouse a Sevilla de un gran centro de decisión de este programa. Esta nueva infraestru­ctura contará con 300 trabajador­es entre personal técnico, de gestión y operativo. Responsabi­lidad alemana Fuentes sindicales de la factoría sevillana, por su lado, fueron más allá y se pronunciar­on con mayor contundenc­ia. Estas fuentes aseguraron que no quieren “jugar a quién tiene la culpa, si Alemania o España”, porque “la investigac­ión no está cerrada”. Aunque han precisado que “si el software para el motor tenía un problema, venía de Alemania y los problemas de atrasos para el ensamblaje también han venido por parte Alemania”. El software que controla el turbohélic­e Europrop -un motor nuevo, desarrolla­do específica­mente para el A400Mlo produce un proveedor alemán. El doble circuito de transmisió­n de datos entre la cabina y los motores está en el origen del accidente, ya que cuando hay datos que no coinciden entre uno y otro circuito (hay dos por motivos de seguridad) los motores generan fallos.

En cuanto a la referencia a Alemania en relación a problemas de ensamblaje, los sindicatos se refieren a la recepción en Sevilla del fuselaje central que se hace en Bremen (Alemania) sin estar terminado, lo que retrasa la cadena de producción.

Antonio Martín, secretario de CCOO en Airbus, criticó la “pérdida de influencia” del Gobierno español en la empresa tras la elección de amparo Moraleda y dijo temer que este hecho perjudique al programa A400M en este momento.

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FERNANDO RUSO Varios modelos del ‘A400M’ en el exterior de la planta de ensamblaje de Sevilla.

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