El Economista

Madrid ofrece aprobar el taxi compartido y la tarifa máxima

La unidad se requebraja tras doce días de huelga

- África Semprún MADRID.

La Comunidad de Madrid ha planteado a los taxistas aprobar una normativa que permita compartir los trayectos y ofrecer una tarifa máxima para algunos recorridos. La unidad del taxi comienza a romperse.

La Comunidad de Madrid ha reactivado el plan para uberizar el taxi en plena guerra por el futuro del sector. La huelga indefinida, que ya suma 13 días, las protestas en la Puerta del Sol y la imposibili­dad de llegar a un acuerdo para modificar la ley 20/1998 sin propiciar el “exterminio” de las VTC, ha llevado al Ejecutivo que preside Ángel Garrido a cerrar la puerta a regular la actividad de Uber y Cabify en la capital o, lo que es lo mismo, a desarrolla­r el decreto Ábalos, y a apostar por dotar de nuevas herramient­as al gremio para competir en la precontrat­ación con la aprobación de medidas como el taxi compartido o la tarifa fija, que llevan negociándo­se años y se han guardado varias veces en los cajones.

“En este momento estamos absolutame­nte abocados a que esto se legisle en el Parlamento. Lo que quedó claro de la comparecen­cia del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, es que esto es de alcance nacional, por lo que se necesita una normativa única para toda España”, defendió ayer Garrido tras rechazar la segunda propuesta pre- sentada por los taxistas para modificar la ley de transporte terrestre de la Comunidad de Madrid.

Y es que, pese a que el texto presentado por las cinco asociacion­es del gremio (Élite, Caracol, Antaxi, Gremial y AMT) elimina parcialmen­te una de las líneas rojas marcadas por el Gobierno de la Comunidad, la precontrat­ación temporal, recoge que ésta sea definida y fijada por el Ayuntamien­to de Madrid. Así, Garrido ha aseverado que tampoco le sirve “la vía Carmena” para solucionar el conflicto. “Si el sector pretende conseguir la contrataci­ón previa de las VTC por la vía Colau o por la vía Carmena, la Comunidad no lo va a aceptar”, sentenció antes de recordar que no aprobará nada que no reciba el visto bueno de los dos sectores o que suponga la salida de Uber y Cabify de Madrid. “Lo de Cataluña ha sido un desastre y Madrid no va a contribuir ni al desastre ni a la confusión”, sentenció Garrido. Una condición que hace pensar que la posibilida­d de llegar a un acuerdo está más lejos que nunca.

Así, mientras se plantea algún encuentro institucio­nal para la semana que viene, el Ejecutivo regional ha contraatac­ado a la guerra del taxi con la reactivaci­ón de los planes para aprobar el decreto que Fedetaxi lleva tramitando toda la legislatur­a y que se quedó paralizado cuando Cristina Cifuentes dimitió en abril de 2018 como presidenta por el escándalo del máster de la Juan Carlos I y el hurto de las cremas antiarruga­s en un Eroski. No en vano, Cifuentes se comprometi­ó a que estuviera aprobado antes de 2019. Un compromiso que quedó en el aire tras el cambio de presidente y el enfrentami­ento abierto por parte del taxi.

Así, el plan de la Comunidad para contentar a una parte del taxi mientras se niega a desarrolla­r un decreto que su partido político rechazó en el Congreso es aprobar antes de

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ELECONOMIS­TA 1. El portavoz de la Federación Profesiona­l del Taxi de Madrid, Julio Sanz, junto a otros representa­ntes sindicales 2. Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid. 3. Taxistas gallegos se suman a la concentrac­ión de Madrid.
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