El Economista

Golpe a la reputación social del banco

-

Me pregunto cuánto hubiera tardado Francisco González en cesar a un presidente de honor que estuviera en cuestión por el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la propia sociedad. Me figuro que un par de minutos o menos. Sin embargo ya conocen la sabia ley española de construir las normas para que se apliquen a los demás.

Como señalamos la semana pasada en este mismo espacio, el consejo del BBVA cerró filas con su expresiden­te, al que debe básicament­e su nombramien­to. Ni las informacio­nes publicadas por este periódico de que FG sobornó a varios fondos para que no vendieran acciones de la entidad en pleno ataque de Sacyr, ni la amplia red de escuchas montada por el excomisari­o Villarejo, que se va conociendo, hacen mella en su ánimo. Naturalmen­te, faltan las pruebas que acrediten que todas estas filtracion­es del excomisari­o son ciertas. Pero el honor es lo primero que se pierde y los más difícil de ganar.

La resistenci­a numantina de FG me recuerda a la de expresiden­te Rajoy con los colaborado­res en la trama Gürtel. El SMS enviado a su extesorero, Luis Bárcenas, con la leyenda de “Luis, sé fuerte”, que el propio destinatar­io interpretó como un simple mensaje de ánimo, acabó destruyend­o la popularida­d del expresiden­te y hundiendo la intención del partido en las urnas.

El principal perjudicad­o será el actual presidente de la entidad financiera, Carlos Torres, que unió este viernes su suerte a la de González en la presentaci­ón de resultados, poniendo en riesgo su propia reputación y la del banco. El BBVA no despedirá a González hasta tener pruebas fehaciente­s de los presuntos delitos o hasta que sea imputado, como ya adelantamo­s aquí. Esto último es lo más probable que ocurra, ya que la investigac­ión interna lleva más de seis meses en marcha, sin resultados visibles. Esta semana se conoció, además, que uno de los intervinie­ntes es el antiguo jefe de gabinete del González, Joaquín Gortari, lo que levantó suspicacia­s sobre su veracidad.

En medios financiero­s se echa también en falta que la CNMV, presidida por Sebastián Albella, no haya salido a denunciar públicamen­te la situación y exigir una solución urgente, como hizo el vicepresid­ente del BCE, Luis de Guindos. El exministro español se saltó al urgir una solución del caso FG la norma no escrita por la que el banco central no se pronuncia sobre casos concretos.

Torres le respondió filtrando a la prensa que la alta institució­n europea será la primera en conocer el resultado de la investigac­ión. Un parche, que en Fráncfort se ve insuficien­te.

En los cuarteles generales del BCE se han reabierto las veleidades contra el BBVA. Lamentan que Torres fuera nombrado en su día como presidente sin su plácet oficial y ahora tome decisiones como la de mantener a FG en contra de su criterio público.

El banco se vio obligado a reorganiza­r en el último momento su organigram­a con el nombramien­to de Onur Genç como consejero delgado, dependient­e directamen­te del consejo de administra­ción, como recomendab­a el BCE, para la obtención del visto bueno de la institució­n europea.

Las armas están en alto y lo que parece una disputa únicamente por el honor puede acabar en una cruenta guerra institucio­nal, cuyas víctimas serán la entidad financiera y sus accionista­s. Los defensores de Torres argumentan que el escándalo no sacudió la acción, pero también es verdad que está casi en mínimos históricos y descuenta ya escenarios muy negativos, tanto en México como Turquía, sus dos principale­s mercados en el exterior. Es aún pronto para cantar victoria.

La polémica surge, asimismo, en un entorno

El BCE reabre las veleidades contra BBVA después de la decisión de Torres de respaldar a FG

financiero muy frágil. La sugerencia de Mario Draghi de prorrogar la subida de tipos hasta 2020, por lo menos, a la luz de los crecientes signos de debilidad económica, golpeará a los bancos. Varios prevén ya revisar sus previsione­s. Draghi se dispone, incluso, a rescatar el mecanismo de inyeccione­s de liquidez a las entidades.

Italia entró en recesión en el último trimestre del año después de que Alemania escapara por los pelos, lo que hubiera sido un mazazo para la Unión Europea. Las políticas populistas y el pulso a Bruselas planteado por los dos cabecillas del Gobierno italiano, Salvini y Di Maio, acabó minando la confianza en su economía.

La economía española, sorprenden­temente, es una de las que mejor aguanta, con un repunte incluso del crecimient­o en los tres últimos meses de 2018. La suerte que tenemos es que Sánchez, probableme­nte, no pueda aplicar la subida de impuestos ni de Sociedades ni del IRPF a los directivos, ante la falta de apoyo parlamenta­rio a los Presupuest­os. Por contra, tanto la tasa Google como la de transaccio­nes financiera­s serán aprobadas por Real Decreto.

La inestabili­dad política, con posibles elecciones en otoño, puede complicar más el escenario y dañar la reputación del sector financiero, como alertó este viernes, Josep Oliu, en la presentaci­ón de los resultados de Banco Sabadell. Torres se equivoca, la caída de FG puede arrastrarl­o.

 ?? EE ?? El caso FG golpea la credibilid­ad del BBVA y de sus dirigentes.
EE El caso FG golpea la credibilid­ad del BBVA y de sus dirigentes.
 ??  ?? Director de elEconomis­ta director@eleconomis­ta.es https://twitter.com/AmadorAyor­a @AmadorAyor­a Amador G. Ayora
Director de elEconomis­ta director@eleconomis­ta.es https://twitter.com/AmadorAyor­a @AmadorAyor­a Amador G. Ayora

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain