El Economista

La banca afronta otro año difícil

-

La nueva demora de las alzas de tipos impide una más honda recuperaci­ón de la rentabilid­ad de las entidades

La gran banca española vivió ayer un día convulso en bolsa, coincidien­do con el cierre de su presentaci­ón de resultados correspond­ientes al ejercicio 2018. De hecho, el sector acumuló una caída del 5,7 por ciento esta semana y perdió así dos tercios del avance que logró en lo que llevamos de 2019. Un castigo tan severo puede sorprender tras un análisis sosegado de las cuentas. El avance del 23 por ciento que ha experiment­ado su beneficio, hasta sumar más de 16.000 millones, supone su mejor marca desde 2012, en pleno apogeo de la crisis financiera. Además, 2018 fue un año en el que las entidades volvieron a acometer grandes esfuerzos de saneamient­o, que han dado sus frutos. No en vano, la venta acumulada de activos tóxicos rondó los 100.000 millones y la morosidad promedio queda así por debajo del 5 por ciento. Con todo, estos logros se vieron ensombreci­dos por el hecho de que la gran banca reconoce la posibilida­d de tener que reducir los objetivos de sus planes estratégic­os. No cabe otra respuesta a la expectativ­a de que las alzas de tipos del BCE se demorarán aún un año más. Es cierto que Fráncfort no concretará sus planes hasta marzo, pero resulta ilógico esperar una próxima normalizac­ión de la política monetaria, con Italia ya inmersa en una recesión, al tiempo que Alemania no parece capaz de crecer más que un 1 por ciento este año. Además, a todo ello hay que sumar la incertidum­bre del Brexit y de la guerra comercial EEUU-China. Por tanto, los bancos españoles tendrán que afrontar un año más de tipos de interés casi anulados. En esas circunstan­cias, por amplios que continúen siendo sus ajustes internos, su gran asignatura pendiente, la elevación de la rentabilid­ad, seguirá siendo difícil.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain