El Economista

La limpieza del ‘ladrillo’ provoca una caída generaliza­da de la morosidad

Las entidades se sacuden 90.000 millones de activos improducti­vos en 2018

- E. Díaz / C. Triana MADRID.

presionar la hoja de ruta recogida en sus planes estratégic­os. Así, Josep Oliu, presidente de Sabadell, señaló que una mala evolución del euribor -su plan estratégic­o se ha construido sobre la expectativ­a de que este índice alcance el 0,94 por ciento en 2020- le podría obligar a revisar estimacion­es en España.

Por el momento, Sabadell ajustará sus previsione­s para TSB con un nuevo plan estratégic­o, pero no lo presentará hasta que se incorpore la nueva consejera delegada del británico (véase página 12), lo que abre un periodo de incertidum­bre para la entidad, que, además, tendrá que vivir en primera persona el Brexit. Oliu, en su conferenci­a con analistas, insistió en que siendo TSB una entidad británica, el riesgo será el impacto que la ruptura genere en la economía del Reino Unido.

En el caso de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, su consejero delegado, también recordó que, con los tipos de interés en cero el objetivo de ROTE (rentabilid­ad sobre el capital tangible) a 2021 se reduciría del 12 al 10 por ciento. Respecto a la caída en bolsa de ayer, Jordi Gual, presidente del banco lo relacionó con el guidance adelantado para 2019, donde habían sido muy prudente. “Hacemos, un ejercicio de responsabi­lidad al decir que la situación actual todavía es complicada, que hay fuerte inercia de crecimient­o de gastos, que los volúmenes todavía crecen muy moderadame­nte...”, señaló. Espera mejorar sus ingresos core entorno a un 3 por ciento, con un aumento de gastos del 5. El acelerado ritmo con el que la banca española se ha sacudido los activos improducti­vos (adjudicado­s más dudosos) de su balance a lo largo de 2018, ha supuesto un descenso generaliza­do de la morosidad en las principale­s entidades. El sector financiero español soltó 90.000 millones de euros en ladrillo el año pasado, según el informe de la consultora Prime Yield, una desinversi­ón que supera en un 73 por ciento la registrada en el ejercicio anterior.

Así, a excepción de Bankia, la gran banca -que ha presentado los resultados anuales entre esta semana y la anterior- ya ha colocado su ratio de morosidad por debajo del 5 por ciento. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, aseguró el pasado lunes que la entidad tiene como objetivo para este año reducirla por debajo de dicho nivel. El banco cerró 2018 con un ratio del 6,5 por ciento. En el lado contrario destaca Bankinter, con el menor ratio de morosidad de todo el sector financiero español, al situarlo en el 2,9 por ciento. Por otro lado, Sabadell cumplió en 2018 su objetivo de recortarlo por debajo de la línea psicológic­a marcada por el sector del 5 por ciento.

El Banco Santander, con una tasa de morosidad del 3,73 por ciento, dio el pistoletaz­o de salida a la última oleada de desinversi­ón de activos improducti­vos a través de grandes ventas de carteras. La entidad anunció en junio de 2017 el traspa-

Sabadell ajustará sus estimacion­es para TSB, con una nueva estrategia para el británico La gran banca española, excepto Bankia, sitúa la tasa de mora por debajo del 5%

so del 51 por ciento del ladrillo del Popular a Blackstone (15.800 millones de euros brutos), aunque la operación se materializ­ó a mediados de este año.

BBVA y CaixaBank subieron, junto al grupo cántabro, al podio de las tres grandes ventas del año. La entidad azul traspasó a Cerberus 10.400 millones de euros de activos tóxicos, mientras que el banco de origen catalán vendió a Lone Star otros 10.240 millones.

Sabadell, por su parte, cogió ritmo en la venta de carteras este verano al colocar cuatro carteras (por un valor bruto conjunto de 12.500 millones) a Deutsche Bank, Cerberus y Axactor. El banco cumplió tan solo en 2018 el objetivo de desinversi­ón de activos improducti­vos que se había marcado de cara a 2020. El balance del ladrillo del grupo se redujo un 51 por ciento durante el ejercicio anterior. Finalmente, Bankia vendió a finales de año un portafolio valorado en 3.000 millones de euros, y dos carteras de otros 700 millones cada una. Esto, junto a la reducción orgánica de los activos, permitió al banco sacudirse del balance unos 6.000 millones de improducti­vos, duplicando el objetivo de 2.900 millones marcado para este año.

Además de las próximas operacione­s que están por llegar, la banca española, y siguiendo sus planes estratégic­os, prevé desinverti­r como mínimo otros 12.500 millones de euros en dos años.

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