El Economista

La unidad del taxi se resquebraj­a, mientras el tráfico mejora en la capital por la huelga

- EE MADRID.

marzo la modificaci­ón del Decreto 74/2005 por el que se desarrolló el reglamento autonómico del taxi y que está dentro de un capítulo de la ley 20/1998. El texto, que tiene que ser aprobado por el Consejo de Gobierno, lleva meses atascado después de que haya recibido el visto bueno del consejo jurídico de la Comunidad de Madrid. La fecha tope de para devolver el decreto, que ha tenido alguna salvedad, era el 9 de febrero, y a partir de ahí, el plan del Ejecutivo es aprobarlo antes de las elecciones.

Tal y como se ha apuntado, el decreto busca habilitar a los taxis a ofrecer un precio máximo cerrado a los usuarios que soliciten el servicio a través de una aplicación como MyTaxi. Con esta medida se busca que el gremio pueda tener más capacidad para competir con Uber y Cabify en el sector de la precontrat­ación, ya que uno de los servicios que más valoran los usuarios de las plataforma­s es conocer el precio del trayecto antes de contratarl­o y así poder comparar con otras opciones de movilidad. Actualment­e, las app del taxi, que no están para nada muy extendidas, solo ofrecen tarifas orientativ­as. La otra medida estrella es el taxi compartido, es decir, la posibilida­d de que cada usuario del vehículo pueda pagar por su plaza o coger el vehículo ya ocupado a mitad de trayecto. El taxi busca que este tipo de servicio sea prohibido por ley para las VTC.

El decreto también incluye que las Sociedades Limitadas (SL) puedan ser propietari­as de licencias de taxi, tal y como ha quedado establecid­o en varias sentencias judiciales. Actualment­e, las licencias Málaga Barcelona son propiedad de autónomos, que pueden tener varias y contratar a conductore­s para que las exploten.

División en el taxi La Comunidad de Madrid apuesta por acelerar la tramitació­n del Reglamento del Taxi y por ganar tiempo hasta que se clausure la Asamblea a finales de marzo por la convocator­ia de elecciones mientras el sector del taxi pierde el apoyo de la calle y rompe su unidad. Las cinco asociacion­es que conforman el Comité de Huelga llevan años tan Madrid enfrentada­s que no han conseguido ponerse de acuerdo ni para sacar una aplicación única para el sector que les permita competir con fuerza en la precontrat­ación con Uber y Cabify. Tampoco han conseguido aliarse para reclamar cambios legales ni para unificar la emisora de taxi, lo que implica que hay decenas con flotas de diverso tamaño.

Esta atomizació­n de las herramient­as de contrataci­ón telemática y telefónica del taxi resta competitiv­idad y eficiencia al sector, puesto que el riesgo de fracaso a la hora de solicitar un servicio o de que tarde mucho en llegar aumenta conforme menos oferta disponible hay. En el caso de las VTC esto no pasa porque solo hay dos aplicacion­es que concentran a las más de 10.500 licencias que operan en los territorio­s donde estaban presentes hasta ayer, cuando echaron el cierre en Barcelona. Para hacerse una idea, Mytaxi apenas tiene 5.000 taxis adscritos a su aplicación de los 40.000 que hay en España.

Las asociacion­es han tratado de dejar de lado sus odios históricos para presentar en la lucha con las VTC y la Comunidad de Madrid una unidad que es más aparente que otra cosa y ya se está empezando a resquebraj­ar. Por ejemplo, la semana pasada, ante el cerrazón del Ejecutivo de Garrido a negociar con el taxi, un asesor de Élite Taxi escribió un mensaje de Whatsapp en el que criticaba abiertamen­te la estrategia legal de las demás asociacion­es y censuraba la actuación e ideas de sus abogados. El mensaje, en el que echa la culpa al resto de las asociacion­es de haber entrado en un callejón sin salida en la negociació­n, aboga por dar al Ayuntamien­to la mayor peso y critica que sus compañeros van a las negociacio­nes sin haberse leído los textos de la Comunidad y el Ayuntamien­to. Por su parte, las asociacion­es se empiezan a quejar de la actitud de uno de los líderes, Julio Sanz, al que acusan de guardar en secreto las propuestas y presentarl­as sin haber consensuad­o las últimas versiones con todos los representa­ntes. Pero la tensión no solo se vive en la cúpula de las asociacion­es, donde la propuesta de que el límite temporal lo pudiera imponer el Gobierno en una ley estatal también generó tiranteces.

El decano de la radio del taxi, Pablo Soriano, que presenta Horas del Taxi, ayer fue un ejemplo del divorcio que se está viviendo entre los líderes y los taxistas de a pie. El periodista hizo un llamamient­o a las asociacion­es para que encontrara­n una salida al conflicto y les recordó que “la huelga no es el fin”, si no el medio para conseguir mejoras. En este punto, también abogó por la necesidad de ceder y asumir que no se va a conseguir todo lo que se pretende. Y es que, tras casi 15 días de huelga, el sector empieza a estar cansado de una situación que no tiene una salida clara.

A esta tensión interna se suma la desafecció­n de la calle. Los madrileños no están apoyando las protestas del gremio, mientras las críticas a la desaparici­ón de Uber y Cabify en Barcelona crecen tanto en la Ciudad Condal como en Madrid, donde no quieren vivir la misma suerte. Así, el comentario que más se escucha es que el tráfico en la capital es más fluido que nunca debido a que los taxis no están horas y horas circulando, muchas de ellas en vacío. Según datos del Ayuntamien­to, el tráfico en las horas valle ha caído hasta un 11,5 por ciento.

El decano de la radio del gremio reclama que las asociacion­es cedan y lleguen a acuerdos Golpe judicial al gremio: Cabify no es competenci­a desleal

La Audiencia Provincial de Madrid confirmó ayer el fallo de un juzgado mercantil que considera que Cabify –y en concreto su filial en España, Maxi Mobility– no ejerce competenci­a desleal frente al taxi, al entender que únicamente funciona como mediadora entre usuarios y conductore­s de VTC.

En este fallo, dictado el pasado 18 de enero, la Audiencia desestima el recurso interpuest­o por la Federación Profesiona­l del Taxi a una sentencia dictada por el juzgado de lo mercantil número 2 de Madrid en julio de 2017 y le condena a pagar las costas del proceso.

En su sentencia, la Audiencia alude a los argumentos esgrimidos por el juzgado mercantil para considerar que solo es competenci­a desleal el uso de la aplicación Cabify para contratar servicios de vehículos que se encuentren “circulando y ubicados en contra de lo dispuesto en la legislació­n del transporte”.

Aunque en esos casos, considera que es responsabi­lidad de quien “lleva a cabo materialme­nte el servicio” amparado en una licencia de vehículo de arrendamie­nto con conductor (VTC), es decir, el conductor, mientras que para la Audiencia Cabify y su filial en España solo son mediadores

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