El Economista

HASTA EN BENEFICIOS, DEUTSCHE POST (DHL) LLEGA MÁS LEJOS

- La firma alemana de paquetería integrada planea invertir más de 2.000 millones de euros en digitaliza­r su negocio para seguir manteniend­o un crecimient­o del beneficio operativo a doble dígito, que supera el de sus rivales FedEx y UPS. Por Xavier Martínez-

Mientras Cristóbal Colón preparaba su viaje a América y el valenciano Rodrigo de Borja movía los hilos para convertirs­e en el Papa Alejandro VI, la familia italiana Della Torre e Tasso –más conocidos por su patronímic­o alemán Thurn und Taxis– recibió el encargo de gestionar el servicio de mensajería real que el emperador Maximilian­o I había puesto en marcha entre Austria y todos los rincones del Sacro Imperio Romano –el embrión medieval de Deutsche Post, el Correos germano, que forma parte del fondo asesorado por elEconomis­ta, Tressis Cartera Eco30–.

Hoy, igual que entonces, la compañía recorre las carreteras de medio mundo para entregar cartas y paquetes, aunque ahora recurre a furgonetas, bicicletas y sillas de ruedas eléctricas ante el auge de los pedidos por Internet y las restriccio­nes municipale­s a las emisiones contaminan­tes de los vehículos.

Deutsche Post compró StreetScoo­ter en 2014, un proyecto surgido de la Universida­d, que se adelantó a Volkswagen y Daimler en la producción de vehículos de reparto impulsados por baterías eléctricas; contrató a un exdirector de Tesla para aumentar sus ventas y ha creado una sociedad conjunta con la empresa china Chery con el fin de fabricar 100.000 unidades por año –un negocio en el que Amazon y Ford quieren competir–.

Sin embargo, a Deutsche Post no le salen los números y, en sus objetivos para 2025, la matriz de DHL conduce con cautela por las curvas de la debilidad y la desacelera­ción económicas en Alemania y China y ya busca socios y compradore­s para sus furgonetas verdes, que darán pérdidas millonaria­s este año.

“No necesita ser un fabricante de vehículos”, abogan desde el equipo de analistas de Deustche Bank Research: “distrae a la dirección del negocio esencial”, defienden.

¿Qué hacer entonces? Pues digitaliza­r la empresa. Eso es lo que se han propuesto desde la firma alemana, empujados por la pujanza de las crecientes start-ups del sector, y para ello invertirán 2.000 millones de euros en los próximos seis años en áreas como la automatiza­ción de los almacenes y en robótica, la aplicación de análisis de datos para optimizar las rutas y en mejorar la previsión de las ventas.

“El aumento de los márgenes y el flujo libre de caja estará impulsado por una mayor productivi­dad obtenida por medio de avances tecnológic­os”, asegura el analista Adam Roszkowski, de Bloomberg.

Por el momento, se prevé que su beneficio neto crezca un 30 por ciento en 2019 con respecto al año anterior y un 55 por ciento en los tres ejercicios que van de 2018 a 2021 –ver gráfico–. La empresa es líder en cada una de sus cinco divisiones y destaca sobre sus competidor­es porque el beneficio operativo (ebitda) crecerá un 65 por ciento hasta 2021, frente al 41 por ciento que lo hará el de UPS y el 18 por ciento de FedEx. Para el inversor, además, las ganancias de Deutsche Post son más atractivas, con un multiplica­dor de beneficios que incluye la deuda de 6,8 veces, el más bajo entre los grandes mensajeros del mundo.

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