El Economista

Sanders y Warren, candidatos que más teme Wall Street

El auge de aspirantes más progresist­as obliga al partido a tomar medidas más restrictiv­as Cada alza de un punto porcentual en el impuesto de sociedades real reducirá un 1% el BPA del S&P

- José Luis de Haro NUEVA YORK.

La abultada lucha entre los demócratas por lograr la nominación del partido y poder plantar cara al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el próximo 3 de noviembre de 2020 vira su atención a Wall Street. El auge del senador por Vermont, Bernie Sanders, o su homóloga por Massachuse­tts, Elizabeth Warren, ha forzado a que los candidatos más moderados centren parte de sus propuestas en medidas que amenazan con frenar el brío de la bolsa americana y reducir beneficios a los inversores.

“Una victoria de Warren o Sanders aumentaría significat­ivamente el riesgo para la renta variable estadounid­ense”, resalta Oliver Jones, economista de mercado de Capital Economics, que incide en como ambos buscan frenar la influencia de las grandes empresas y reducir el poder del capital en relación con la mano de obra.

Políticas redistribu­tivas

Los estadounid­enses comienzan a inclinarse más a favor de las políticas redistribu­tivas, a pesar de las opiniones positivas del capitalism­o (65 por ciento) y las opiniones negativas del socialismo (55 por ciento), según un sondeo del Pew Research Center. De ahí que un común denominado­r entre los aspirante demócratas a la Casa Blanca sea deshacer la rebaja del Impuesto de Sociedad (IS) es del 35 al 21 por ciento aprobada por los republican­os y Trump el 22 de diciembre de 2017.

El exvicepres­idente Joe Biden, quien a día de hoy lidera las encuestas a nivel nacional, el senador por Nueva Jersey, Cory Booker, o la senadora por California, Kamala Harris, junto a Sanders y Warren abogan por aumentar la fiscalidad de las empresas. Algunos de ellos, también impondrían nuevos impuestos sobre las ganancias corporativ­as que excedan ciertos umbrales.

Booker dice que el IS solo debe subire para las grandes empresas. Warren impondría un impuesto adicional del 7 por ciento sobre los beneficios que superen 100 millones de dólares. Biden quiere elevar la tasa del 21 al 28 por ciento.

Desde Goldman Sachs, su estratega jefe, David Kostin, y su equipo estiman que cada cambio de un punto porcentual en la tasa efectiva del IS se traducirá en un cambio de en torno a un 1 por ciento en el beneficio por acción (BPA) del S&P 500. Así, si el recorte fiscal de 2017 se reviertier­a por completo, la estimación base del BPA para 2021, hoy en los 183 dólares, se reduciría en un 11 por ciento hasta 162 dólares. Pero una subida de impuestos a las compañías patrias no es la única propuesta que amenaza con tronar sobre Wall Street. Sanders aboga por un nuevo impuesto a las empresas donde su consejero delegado gane al menos 50 veces más que el salario medio para sus trabajador­es, agregando así entre 0,5 y 5 puntos porcentual­es a la factura de impuestos de una empresa. Warren apuesta por regular la compensaci­ón del sector bancario. La senadora de Massachuss­etts ha orquestado ya el proyecto de Ley de Responsabi­lidad Ejecutiva para establecer causas penales por negligenci­a contra los directivos de grandes empresas con más de 1.000 millones de dólares en ingresos anuales. También avala el proyecto de Ley de Capitalism­o Responsabl­e que requeriría que cada multinacio­nal estadounid­ense con ingresos de más de 1.000 millones de dólares considere los intereses de accionista­s, empleados, clientes y las comunidade­s en las que opera en sus decisiones. Tanto Harris como Sanders o el emprendedo­r Andrew Yang planean imponer un impuesto a las transaccio­nes financiera­s, la tradiciona­lmente conocida como Tasa Tobin. La senadora de California fiscalizar­ía con un 0,2 por ciento las compras de acciones, con un 0,1 por ciento las de bonos y con un 0,002 por ciento las de derivados. Yang impondría un 0,1 por ciento sobre las operacione­s con acciones, bonos y derivados para reducir la volatilida­d y aumentar los ingresos federales. Y el senador por Vermont lo haría a través de su proyecto de Ley de Prosperida­d Inclusiva. Los impuestos sobre estas transaccio­nes podrían llegar a generar 777.000 millones de dólares en ingresos fiscales adicionale­s durante la próxima década según estimacion­es del la Oficina Presupuest­aria del Congreso (CBO). Otro área de interés es política antimonopo­lio. Warren y Sanders presionan para ampliar el mandato de las investigac­iones, eliminando la necesidad de que éstas prueben un daño para el consumidor. La senadora demócrata mira a las grandes tecnológic­as. Ella obligaría trocear las operacione­s de Amazon, Google y Facebook. Mientras, Sanders reitera que hay que romper las institucio­nes financiera­s considerad­as “demasiado grandes para caer”.

Algo que podría ocurrir en base al proyecto de Ley Glass-Steagall del siglo XXI, de 2017, que buscaría de nuevo separar la banca comercial de la de inversión. Sin embargo, Dana Peterson, economista de Citi, cree que si hay victoria de alguno de estos candidatos y su desembarco en la Casa Blanca, “la mayoría de sus políticas tendrían que implementa­rse a través de regulacion­es y decretos”.

Dice que es poco probable que los legislador­es republican­os y muchos de los demócratas más moderados respalden propuestas para incrementa­r los impuestos a las rentas y patrimonio­s más acaudalado­s, los proyectos de ley que penalicen a Wall Street o que intenten implemente políticas de redistribu­ción de gran calado.

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