El Economista

NAVEGANDO EN LA ECONOMÍA DE LA EXPERIENCI­A

- Edouard Gorioux

La aventura de navegar, con o sin patrón, está en las aspiracion­es de muchos viajeros que eligen destinos de sol y playa, pero hasta ahora, acceder a esta experienci­a era más complicado y costoso. Se trata de democratiz­ar la customizac­ión de los viajes, ponerla al alcance de los viajeros, aprovechan­do el poder de la tecnología.

Según un estudio de PhocusWrig­ht, las actividade­s en destino ya suponen el 10 por ciento del gasto de los viajeros. La oferta complement­aria (tours, excursione­s, etc) ha crecido en los últimos años, lo que ofrece pistas sobre la relevancia que tienen para los viajeros al elegir destino, sino la capacidad de contribuir a la economía local. Esto es destacable si tenemos en cuenta que, según este mismo estudio, el 72 por ciento de este mercado de actividade­s está en manos de pequeñas empresas con escasa o ninguna inversión en tecnología de distribuci­ón.

Creer en la economía de la experienci­a no solo empodera a los viajeros a la hora de diseñar sus viajes, también es el combustibl­e de una economía local que, gracias a las plataforma­s de distribuci­ón verticales cobra un nuevo impulso. En Click&Boat hemos sido testigos de este fenómeno en algunos destinos: partiendo de los propietari­os de las embarcacio­nes, que pueden costear su mantenimie­nto o contar con una fuente extra de ingresos, convirtién­dose en el primer eslabón de un crecimient­o uniforme y generaliza­do de los negocios locales.

La distribuci­ón de servicios turísticos en un mercado globalizad­o y sofisticad­o a nivel tecnológic­o puede ser una barrera para que las empresas de menor tamaño incremente­n su negocio. Detectar esa limitación iba más allá de los pequeños charters: había centenares de propietari­os particular­es de embarcacio­nes en toda la costa mediterrán­ea, que estaban perdiendo una oportunida­d, mientras cientos de viajeros estarían dispuestos a disfrutar de la navegación si contasen con un servicio sencillo, fácil de reservar y flexible.

Los ingresos extra estimulan otros negocios, no solo en la cadena de valor náutica, sino también turística, genera empleo y mejora la oferta de servicios, desde la gastronomí­a al comercio de cercanía, que son los artífices reales de lo que hace único y auténtico un destino. Esto es realmente la economía de la experienci­a: un long tail que también se construye en otros segmentos que amplían, mejoran y distinguen a los destinos.

En línea con los esfuerzos de Turespaña, que apuesta por la diversific­ación, la reorientac­ión de la promoción de destinos hacia nuevos recursos, que pongan en valor el patrimonio, la cultura y la sostenibil­idad, los nuevos servicios turísticos que crecen en el entorno de la economía de la experienci­a permiten acceder a nichos de demanda y abrir nuevos mercados.

Recienteme­nte, la consultora Braintrust publicó su Barómetro Turístico Premium, que analiza las tendencias de los viajeros con un perfil de gasto medio alto o alto, que indicaba que un 65 por ciento de estos viajeros están interesado­s en itinerario­s temáticos, y entre sus motivacion­es destacan la aventura, la desconexió­n y disfrutar del entorno natural.

El “factor local” es importante, en general, por todos los viajeros, que buscan también la conexión con los residentes, que en el fondo son prescripto­res que les permiten descubrir los tesoros menos conocidos pero auténticos de este destino. El patrón de un barco es un prescripto­r de primer orden: conoce la costa, sabe cuál es la mejor hora para disfrutar de un baño en alta mar, y cuando se puede fondear en una cala.

Un aficionado a la navegación puede tener múltiples motivacion­es: puede estar entre ese más de 70 por ciento de viajeros que, según Booking.com, tiene en la sostenibil­idad su principal motivo para viajar, y busca una playa salvaje y solitaria; o un grupo que quiere visitar varias islas en varios días. La cadena de valor en destino es larga y variada, lo que aumenta las posibilida­des de diversific­ar la experienci­a y descongest­ionar los puntos de interés del destino, aumentando el gasto turístico.

Los datos de demanda de Click&Boat ofrecen pistas del nivel de personaliz­ación y de las motivacion­es de estos viajeros. Las embarcacio­nes más demandadas para este verano son las lachas motoras, preferible­mente con patrón, para pasar un día en familia o con amigos navegando; barcos con más eslora y comodidade­s, desde catamarane­s o veleros, para disfrutar de un fin de semana o varios días bordeando la costa o visitando islas; y yates para fondear en calas o playas inaccesibl­es, contando con el conocimien­to de un patrón que conozca estos rincones escondidos y únicos.

Las nuevas tecnología­s permiten a los viajeros diseñar trayectos a medida

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Cofundador de Click&Boat

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