José Bogas
La Cumbre del Clima tiene que ser un importante paso adelante en el camino de la transición energética. No digo que pueda serlo, sino que tiene que serlo. Hemos de aprovechar esta ocasión para avanzar hacia una transición ecológica justa, que haga posible que la descarbonización de la sociedad sea compatible con un mayor crecimiento económico y, por consiguiente, con un mayor bienestar para los ciudadanos. Es un reto formidable. Pero, en mi opinión, es también un objetivo posible. Ciertamente, un desafío de esta magnitud exige un cambio en la manera de pensar y actuar de todos, como individuos y como sociedad, y un compromiso firme con la descarbonización y con el crecimiento sostenible por parte del conjunto de los agentes políticos, sociales y económicos. En el caso de España, este camino se encuentra diseñado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, con cuyos objetivos Endesa está plenamente comprometida. En definitiva, para que la Cumbre de Madrid sea un éxito, deberá estar marcada por dos palabras: ambición y compromiso.
Los mismos que, con toda seguridad, está adoptando un número muy elevado y creciente de ciudadanos españoles. En casa, contribuimos a reciclar los residuos domésticos, evitamos el uso de plásticos, tenemos un coche eléctrico… Además, dispongo de la ventaja de que Endesa aplica un amplísimo abanico de medidas para fomentar hábitos sostenibles entre todos los empleados, por lo que tengo al alcance de la mano muchas oportunidades para asumir esos hábitos en el lugar en el que paso la mayor parte de las horas del día.