España salva la cara medioambiental gracias a los híbridos y coches de gas
Los alternativos suponen el 11,33% de las matriculaciones, frente al 9,71% de la media de la UE
El próximo año marcará una línea roja en la industria del automóvil europeo. En enero arranca la norma impuesta por Bruselas que exige que el conjunto de los coches matriculados en ese año por cada grupo de automoción –sumando todas sus marcas– no debe dar una media superior a 95 gramos de C02 por cada turismo vendido. Todo un desafío pues la media de emisiones de los turismos matriculados en la UE el pasado año fue de 120,6 gramos de CO2. Una rebaja, pues, de más de 15 gramos, pues en lo que va de 2019 las emisiones crecen.
España está mejor que la media comunitaria, con 118,1 gramos de CO2 por km. Igualmente, parte con ventaja para cumplir los nuevos topes. Así, el 11,33 por ciento de los turismos matriculados entre enero y septiembre están movidos por motores alternativos, es decir, 109.403 unidades sobre un total de 965.339 matriculados, cuando la media europea es del 9,71 por ciento, según los datos de la patronal de fabricantes de automóviles europea, ACEA.
Un ‘mix’ poco afortunado Sin embargo, analizando el peso de los distintos tipos de modelos alternativos, el mix no es favorable para España, pues la mayor parte son híbridos (un motor de combustión y otro eléctrico que se recarga con el movimiento del coche) y coches de gas, sobre todo de GLP (Gas Licuado de Petróleo). En el segmento de los electrificados (híbridos enchufables y eléctricos puros), pierde muchos enteros y se queda lejos de la media comunitaria.
Sobre estos últimos, la media de los eléctricos matriculados en la UE entre enero y septiembre se coloca en el 1,69 por ciento del total de los turismos vendidos, mientras que España se queda muy lejos, en el 0,77 por ciento, a mucha distancia del 10,36 por ciento de Holanda. En híbridos enchufables sale incluso peor en la radiografía, pues tan solo el 0,52 por ciento de los coches comprados en España este año son de esta modalidad, frente al 0,93 por ciento de la medida de la UE. Sumando ambos, el porcentaje de coches electrificados en España es del 1,29 por ciento, la mitad del 2,62 por ciento del conjunto UE.
De lo que se induce que el alto porcentaje de alternativos en Espase obtiene por la compra de los híbridos no enchufables, cuya autonomía en eléctrico no supera los cinco kilómetros seguidos. Entre enero y septiembre, según los datos de ACEA, se han matriculado en España 75.703 híbridos, el 7,84 por ciento del total, casi dos puntos y medio por encima del conjunto comunitario. Sólo cuatro países se colocan por encima de España en este segmento: Finlandia, Estonia, Irlanda y Letonia.
En los turismos movidos por gas –especialmente los de GLP, aunque empiezan a entrar con fuerza los de Gas Natural (GNC)–, España tiene una cuota del 2,2 por ciento, por encima de la media comunitaria, el 1,68 por ciento. Italia, gracias al fuerte impulso realizado por el grupo Fiat en este tipo de combustible, es el mercado donde el gas sobresale con diferencia, hasta el 9 por ciento de las matriculaciones de coches. También está presente en vehículos comerciales e industriales.
La batalla que las empresas de automoción iniciarán el 1 de enero por rebajar las emisiones medias de sus matriculaciones puede tener un final dramático, pues aquellos grupos que no cumplan serán sancionados con multas que el sector prevé multimillonarias.
Emisiones por países Sin embargo, pagarán justos por pecadores, pues el resultado de cada grupo automovilístico se calculará con la media de todos los países comunitarios y no, mercado por mercado. Y hay serias diferencias desde los 105,5 g de CO2 de todos los turismos que se matricularon el año pasado en Holanda o los 105,9 de Malta a los 132,3 g de Estonia, los 131,4 g de Luxemburgo o los 129,9 de Alemania.
Unas diferencias que se repiten en las medias de vehículos alternativos de cada país. Una vez más, acudiendo a las cifras de ACEA, de los 11,77 millones de turismos que se han comprado en la UE entre enero y septiembre, últimos datos disponibles, 1,14 millones estaban dentro del grupo de alternativos.
El ranking verde lo encabeza Finlandia, que sobre el total de sus compras hasta septiembre el 21,41 por ciento eran coches eficientes desde el punto de vista ambiental, seguido de otro nórdico, Suecia, con un 20,02 por ciento; Holanda con 16,92 por ciento, Italia al 15,14 por ciento de motorizaciones alternativas, Bulgaria, 12,61 por ciento, Estonia 12,58 por ciento –dato que sorprende si se tiene en cuenta que en 2018 registró la media de emisiones más alta de la UE– e Irlanda, con un 12,46 por ciento.
A la cola del mercado verde del automóvil, países como Eslovenia, con tan sólo un 3,78 por ciento de turismos alternativos, la República Checa en un 4,24 por ciento y
Eslovaquia, un 4,28 por ciento. Alemania, el 8,16 por ciento.
Diferencia de emisiones Pero este porcentaje de unidades alternativas no vale siempre igual, pues no todas las motorizaciones consideradas alternativas tienen el mismo valor. En el ranking de menos a más, el oro absoluto se lo queda el motor eléctrico cien por cien puro, con cero emisiones; seguido de los híbridos enchufables o plug-in, que combinan un motor de combustión, generalmente de gasolina, con uno eléctrico que se mueve con baterías que se recargan a la red. Este tipo de híbridos enchufables suelen dar autonomías que rondan los 50 kilómetros movidos exclusivamente por electricidad, lo que les hace acreedores de la etiqueta Cero emisiones de la DGT, la misma que los eléctricos puros. Por este motivo, desde la UE se les mete en el mismo paquete bajo la denominación de coches “electrificados”.
Como curiosidad, este tipo de híbridos enchufables suele tener un motor de gasolina muy potente, en la mayoría de los casos superior a los 150 CV, lo que eleva su consumo cuando sale a carretera y el motor eléctrico aporta poco. Aunque sus emisiones de CO2 homoña
El peso nacional de las ventas de coches electrificados está muy por debajo de la media comunitaria
Las ventas de diésel sufren este año en España un 30%, la segunda mayor caída de la UE