Implantar buenas prácticas en la empresa ayuda a prevenir sanciones en competencia
La Autoridad Vasca de la Competencia edita una guía que identifica los principales riesgos
“Las prácticas ilícitas afectan a la reputación y a la competitividad de las organizaciones, que empiezan a ser más sensibles para cumplir normas y procedimientos de buenas prácticas y buena gobernanza”, afirmó José Ángel Corres, presidente de la Cámara de Bilbao, en el encuentro Los Viernes de la Cámara, que organiza la corporación.
De esta manera introdujo Corres la conferencia, ‘La importancia del Compliance (cumplimiento) de Competencia para implantar buenas prácticas en las empresas y prevenir sanciones’, impartida por la presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC), Alba Urresola.
El objetivo de este foro era identificar riesgos operativos y legales, prevenir conflictos y evitar sanciones administrativas o penales.
“La competencia beneficia a consumidores, empresas y administraciones públicas; en consecuencia, a la sociedad”, afirmó Alba Urresola, “y todos los operadores económicos -continuó- están sujetos a la normativa de competencia: cualquier persona o entidad que ejerza una actividad económica, independientemente de su forma jurídica y de su financiación”.
Urresola explicó, asimismo, que la consecuencia legal del falseamiento de la competencia por actos desleales es la imposición de multas, de hasta un 10 por ciento del volumen anual total de negocios de la empresa, sanciones a directivos (hasta 60.000 euros), prohibición para contratar, daños y perjuicios en las compras, etc. “sin olvidar el coste reputacional”, apuntó.
Seguridad jurídica Para evitar estar medidas en las organizaciones, la AVC ha publicado la ‘Guía de Compliance en materia de competencia’, y aportar mayor seguridad jurídica a la aplicación de este entramado normativo.
Entre los objetivos de la guía, la primera que se edita sobre la materia en el Estado, poner de manifiesto las actuaciones contrarias a la libre competencia, con especial atención a las más frecuentes en la realidad empresarial. Además, se identifican los riesgos que las prácticas contrarias a la libre competencia suponen para las propias empresas y se dan pautas para que las organizaciones prevengan la comisión de infracciones, mediante la elaboración de programas de cumplimiento que incluyan protocolos internos, aplicados y supervisados por la figura del Compliance Officer (responsable de cumplimiento).
La Autoridad Vasca de la Competencia trabajó en 100 expedientes durante 2018, un 10 por ciento más que en el año anterior, en los que ejerció sus funciones de defensa, promoción de la competencia e impugnación. El organismo analizó 37 supuestas conductas anticompetitivas, que en nueve casos culminaron con una resolución del Consejo Vasco de la Competencia que impuso sanciones por un total de 4,8 millones de euros.
Los actos contra la competencia tienen, además del coste económico, el reputacional