LA TRAGEDIA DEL ‘BLOQUISMO’ EN LA PARODIA DE LA INVESTIDURA
Respeto pedía Pablo Casado para el Partido Popular aludiendo a las presiones que desde dentro y fuera del partido están recibiendo para que facilite la investidura de Pedro Sánchez y evitar así ese gobierno Frankestein con Podemos y el apoyo de los independentistas, mientras insistía en que la responsabilidad del desbloqueo es “exclusiva” de Pedro Sánchez.
Respeto sí. Pero ese mismo respeto, o más incluso, deberían tenerlo ambos líderes políticos y los del resto de las formaciones con los ciudadanos españoles que en su inmensa mayoría y desde todos los ámbitos están exigiendo la formación de un gobierno de los constitucionalistas, moderado y que garantice la estabilidad que necesita este país para afrontar la situación económica y el problema territorial.
Primero fueron los empresarios desde la CEOE y el Círculo. Luego el manifiesto España reúne con 300 personalidades y ex lideres políticos socialistas encabezados por Nicolás Redondo Terreros, Joaquín Leguina y César Antonio Molina. Luego el manifiesto de los constituyentes con Alfonso Guerra al frente y secundado por Juan José Laborda, Enrique Múgica, Virgilio Zapatero, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Manuel García-Margallo, Landelino Lavilla y Rodolfo Matín Villa, entre otros.
Pero como dice acertadamente el refranero que no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír,
Tanto el PP como el PSOE deberían tener respeto por los ciudadanos y evitar el bloqueo
desde Moncloa y desde Génova siguen empecinados en ese bloquismo trágico que está agrietando España en palabras del expresidente Felipe González y anteponiendo sus intereses personales -ni siquiera de partidoa los de España y de los españoles, con un presidente en funciones que sin programa, sin proyecto y sin principios al que ciega la ambición; y con un líder de la oposición aparentemente errático, inmaduro, y mal aconsejado por su núcleo duro.
“Al PP de Casado le interesaba la repetición de las elecciones en abril. Ahora le interesa un gobierno de dos años de Sánchez con los comunistas y los independentistas”, aseguran voces próximas a la dirección popular, en una posición que recuerda ese “dejad que caiga España que ya la levantaremos nosotros” que dirigió Cristóbal Montoro a la portavoz de Coalición Canaria Ana Oramas durante la votación en el Congreso de la reforma financiera de Zapatero en 2012.
La táctica del cuanto peor mejor que se mantiene como una constante entre la clase política de este país, y que avala el porqué la política y los políticos son hoy el segundo gran problema en las preocupaciones de los españoles y el líder más fiable apenas si lo es para un 20 por ciento de los ciudadanos, tal y como refleja el CIS.
Unos ciudadanos que toman nota y una actitud esta de los dos grandes partidos que es el principal motor de Vox, la formación de Santiago Abascal que de celebrarse hoy elecciones superaría el 16 por ciento de los votos, a solo 2,5 puntos del sorpasso al PP y rozaría los 60 diputados, mientras socialistas y populares perderían ocho y siete escaños, respectivamente, hasta quedar en 112 y 83, con datos del Electopanel del 28 de noviembre. Y los números, como el algodón, no engañan.