El expresidente de Pescanova acusa a la banca de su caída
El fiscal defiende a las entidades porque la empresa “les engañó”
El fiscal anticorrupción Juan Pavía ha rechazado de plano la petición de la defensa del expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa de suspender el juicio e imputar a los bancos que concedieron créditos a la compañía a partir de 2010 para sanear sus cuentas, ya que considera que se les “engañó" sobre la situación financiera real. Durante la fase de cuestiones previas en el inicio de la vista oral en la Audiencia Nacional sobre la supuesta falsedad en las cuentas de Pescanova, el abogado de Fernández de Sousa ha planteado la posibilidad de que la causa vuelva a la fase de instrucción para que los bancos sean citados como posibles responsables a título lucrativo debido a los intereses que cobraron por la concesión de créditos.
En los años 2010 y 2011, el volumen de la deuda de la empresa era entre tres y cuatro veces superior a lo que declaraba, según el escrito de acusación de la Fiscalía, una situación que la compañía decidió combatir recurriendo a la financiación bancaria, principalmente. Por ello, el letrado considera que las entidades bancarias a las que acudió Pescanova “se han lucrado” de esta situación y han de “devolver” los intereses que percibieron como consecuencia de las “prácticas comerciales irregulares” que, según el Ministerio Público, puso en marcha la empresa con el objetivo de esconder el verdadero estado de las cuentas. Es más, ha llegado a manifestar que si los bancos devolviesen la totalidad de los intereses cobrados, “habría dinero para pagar a todos los perjudicados en este juicio” y los hoy acusados ya no tendrían que hacer frente al pago de una responsabilidad civil. Sin embargo, en la sesión de la tarde de esta primera jornada del juicio, el fiscal ha replicado que decir que la banca ha resultado beneficiaria de los hechos por los que Pescanova está investigada y que ha de reembolsar la cantidad correspondiente a los intereses cobrados es "desconocer" los hechos y el engaño.