El bono español, en máximos de rentabilidad desde julio
La recuperación de la ‘macro’ y la posibilidad de que haya estímulos fiscales, los catalizadores Deja pérdidas para el inversor de casi un punto
La renta fija ha sido quizás el activo que más ha sorprendido a propios y extraños este año, con ascensos que en muchos casos han conllevado ganancias de doble dígito para unos inversores cuya naturaleza conservadora les hacía firmar a principios de año la mínima rentabilidad que les permitiera preservar el capital, y poco más.
No obstante, parece que el rally en el precio de los bonos, especialmente los de deuda pública, se ha frenado y desde hace semanas estos bonistas están perdiendo parte de los rendimientos cosechados.
Esta tendencia es general, pero dentro del Viejo Continente se está viendo especialmente en el papel español a 10 años, el cual vuelve a acercase a una rentabilidad del 0,5 por ciento, algo que no ofrecía desde el mes de julio. También se están imponiendo las ventas en el Bund alemán y en la deuda gala, cuya referencia a una década ha vuelto al terreno positivo más de un mes después.
Al otro lado del Atlántico la situación es pareja, y el T-Note, de nuevo, ofrece un cupón a vencimiento del 1,83 por ciento –a media sesión–, aunque en este caso los altos son solo de dos semanas ya que a comienzos de noviembre llegó a
La derivada de esta subida de rentabilidad es la caída del precio y, en consecuencia, las pérdidas que esto supone para el inversor. Desde que el bono español a 10 años tocase mínimos de rendimiento el pasado mes de agosto, en el 0,035 por ciento, el bonista se ha dejado casi un punto de lo ganado por precio. En concreto, las pérdidas para el que comprase en ese momento ascenderían al 0,9 por ciento. situarse en la zona del 1,95 por ciento. En todo caso, está lejos de los mínimos, a los que se llegó en septiembre y que se situaban en el 1,45 por ciento.
Por qué huye el inversor Entre las causas que están llevando a los inversores a deshacer posiciones en este tipo de activos hay un telón de fondo que responde a la ligera mejoría de la situación macro de los últimos días. El PIB alemán del tercer trimestre canceló la temida recesión técnica, el paro descendió frente a un pronóstico mucho más pesimista y los indicadores de Estados Unidos también están resistiendo mejor de lo esperado. Todo esto, unido a la mejora de las perspectivas en torno a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ha alejado la posibilidad de que los bancos centrales continúen, más si cabe, aplicando políticas acomodaticias.
En la sesión de ayer se conoció otro dato importante: el registro de la actividad manufacturera tanto en China como la eurozona fue mejor de lo que vaticinaban los analistas.
A la vez, el ala izquierda de los socialdemócratas alemanes se han impuesto en su particular congreso, con lo que el mercado ha comprado que de esta forma presionarán con más fuerza dentro de su coalición con la derecha cristiana de Angela Merkel para que ésta permita que no se cumpla la norma que rige su balance y que complica los estímulos fiscales por parte del Gobierno alemán.