“El dinero en efectivo no va a desaparecer, es el medio de pago más seguro y barato”
Isidoro Alanís Presidente de Global Exchange
Isidoro Alanís es uno de los artífices de que una pequeña oficina de cambio de moneda en la frontera de Fuentes de Oñoro se haya convertido en el segundo operador mundial en este tipo de servicios en aeropuertos internacionales, con presencia en 21 países de cinco continentes.
En un mundo que se digitaliza a pasos agigantados, con el avance de las tarjetas o la aparición de monedas virtuales ¿cuál es el futuro del efectivo?
A pesar de todo sigue siendo boyante. Una cosa son los datos que dan empresas interesadas en decir que el dinero va a dejar de existir y otra los datos reales, objetivos y numéricos de la emisión de efectivo de los bancos centrales y las reservas federales, en los que existe un crecimiento continuo en los últimos 10 años. En el 98 por ciento de los viajes internacionales el turista viaja con efectivo. También con otros medios de pago, indudablemente, porque no son incompatibles. Pero cuando tú viajas al extranjero, por comodidad, porque sabes que es la forma más aceptada y sin ningún coste, llevas efectivo. Te sientes además más seguro. Una tarjeta te la puede tragar el cajero, se te puede borrar la banda magnética o no haber las infraestructuras que hay en los países desarrollados. Y también en estos te puede pasar. Yo el otro día estaba en Hong Kong y como tenía poco efectivo pregunté si los taxis cobraban en tarjetas de crédito y me dijeron que no.
¿Es paradójico que el ‘rey de las divisas’ se quede sin efectivo?
(Risas) Significa que gasto mucho en efectivo, pero la próxima vez voy a cambiar más. Pero volviendo a lo de antes, tenemos un estudio realizado en nueve países con 9.000 encuestas. Casi un 50 por ciento dice que el efectivo no va a desaparecer nunca, mientras solo un 15 por ciento cree que va a hacerlo en 15 años. Es decir, va a convivir perfectamente con otras formas de pago. No hay ninguno que sea más seguro, aceptado en cualquier parte y más barato. Y que te proporciones más libertad, porque a través de las tarjetas tienen de ti toda la información, no solo tu banco, sino cualquiera que compre esa información. No nos damos cuenta del grado de conocimiento que tienen sobre nosotros y la manipulación que nos hacen con la información que manejan porque una de las más importantes es saber en qué nos gastamos el dinero.
¿Cómo está siendo 2019 para la compañía?
Está siendo un año bueno porque recogemos los frutos de la gran apuesta que hicimos invirtiendo en nuevas aperturas. Las últimas han sido en Estambul, que ha supuesto 40 millones de euros, pero era un riesgo que merecía la pena correr, porque tenemos 41 oficinas en el aeropuerto más grande del mundo, con 400 empleados. Abrimos en abril y el resultado está siendo positivo. En los demás está todo yendo bien .
¿En facturación?
Este año prevemos cerrar con incrementos importantes. Vamos a andar por los 1.400 millones de euros en cambio de moneda y unos 8,5 millones de clientes, lo que nos va a llevar probablemente a unos resultados récord.
Hablaba de nubarrones. La desaceleración económica mundial por las guerras comerciales y el proteccionismo ¿pueden afectar al turismo?
No cabe duda de que la desaceleración afecta al turismo, porque es una de las primeras cosas que los ciudadanos quitan. Pero creo, primero, que es temporal y, segundo, geográficamente son distintos los nubarrones que podamos tener en Europa que en Estados Unidos. A nivel mundial no se espera un decrecimiento del turismo sino aumentos del 4-5 por ciento. Igual pasa con los movimientos aeroportuarios mundiales, con crecimientos del 3-4 por ciento. Afortunadamente, estamos en un sector que lleva durante los últimos 20 años con crecimientos sostenibles y va a seguir subiendo.