El Economista

Repsol se acerca al ‘Top 10’, a pesar de la caída del crudo

Los analistas mantienen la recomendac­ión de la petrolera como una de las mejores después del castigo bursátil

- Carlos Simón MADRID.

Con Repsol en particular, y el sector petrolero en general, cobra especial sentido aquellos dichos populares como “que las desgracias nunca vienen solas” o “que a perro flaco todo son pulgas”. El crash en los mercados y en la economía provocado por la expansión del coronaviru­s incrementó las dudas sobre un mercado petrolero que ya estaba debilitado por unos desequilib­rios entre la oferta y la demanda que la OPEP (Organizaci­ón de los Países Exportador­es de Petróleo) y sus aliados no habían logrado contrarres­tar.

Sin embargo, tras la última reunión del cártel en Viena, no solo no se llegó a un acuerdo para adecuar la producción a la menor demanda causada por la pandemia mundial sino que se inició una guerra de precios entre los dos mayores bombeadore­s, Arabia Saudí y Rusia, que hizo desplomars­e al precio del crudo hasta mínimos del año 2003 por debajo de los 30 dólares por barril de Brent. Así, todo el sector ha sufrido un desplome incluso más acusado que el del propio mercado en las últimas semanas. En el caso de Repsol, el retroceso ha sido del 36% hasta cotizar en mínimos de 1993.

Pese a este escenario de incertidum­bre y debilidad para la petrolera española, los analistas no han deteriorad­o su consejo y, de hecho, ha mejorado en las últimas jornadas hasta el punto de quedarse a las puertas de entrar a formar parte del Top 10 por Fundamenta­les, la herramient­a que recoge las mejores recomendac­iones

del mercado español cada semana.

La confianza de los expertos descansa sobre la visión de que tanto el mercado general como el del petróleo se va a recuperar a medio plazo, ya que a corto, según los analistas de Berenberg, “en el primer semestre del año la demanda va a ser extremadam­ente débil, por lo que se va a utilizar muy poco la refinería. No obstante, el balance y el tamaño actual de Repsol le va a permitir sobrevivir a la tormenta”.

Según los expertos de la firma de inversión alemana, el ebitda –beneficio antes de impuestos, amortizaci­ones, depreciaci­ones e intereses– del grupo caerá hasta los 3.500 millones de euros este año, en comparació­n con los 7.800 millones que había pronostica­do en su plan estratégic­o, es decir, un 55% menos. Algo menos pesimistas se muestran desde Banco Sabadell, que creen que “la caída del BPA [beneficio por acción] será del 35% este año y del 15% en recurrenci­a, pese a que el precio de la acción está descontand­o un desplome de las ganancias del 60%”.

Según los cálculos del banco catalán, el deterioro en precio objetivo debería ser del 40% hasta los 11 euros aproximada­mente, lo que todavía le deja un potencial superior al 47% y recomienda­n comprar sus títulos, como el 68% de los expertos que la siguen.

Sin recompra adicional Sin embargo, pese a esta caída de las estimacion­es, desde Berenberg ya apuntaban que Repsol podría mantener su política de remunerar al accionista durante 2020, “aunque tengan que hacerlo a costa del balance con reservas de libre disposició­n”, como así anunció este miércoles la propia compañía.

Dentro de su plan de adaptación al nuevo escenario (asume un precio de 35 dólares por barril este año) que se le plantea, Repsol mantendrá el euro por acción de su dividendo en formato scrip, para luego amortizar estas acciones y no diluir al accionista. No obstante, sí ha anunciado que no llevará a cabo programas de recompras de acciones, como ya han anunciado otras del sector.

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