“El ‘cisne negro’ es sin duda el coronavirus, no el ‘Brexit’ o la guerra arancelaria de Trump”
Ramón Casilda departe con elEconomista sobre el horizonte económico mundial, y resume con afinada precisión las tesis de su libro El capitalismo. Crisis y Reinvención (Tirant Humanidades, Valencia, 2019).
¿Está en crisis el capitalismo?
Existe una crisis del capitalismo, tal como lo hemos conocido hasta ahora. Pero el capitalismo basa su fortaleza en su poder de adaptación. Un ejemplo lo constituye la organización estadounidense Bussines Round Table, que preside Jamie Dimon. Esa Mesa Redonda de los Negocio ha propuesto las bases de una nueva visión empresarial. Décadas atrás, se ponía como primer principio para las empresas a los accionistas. Ahora, en el documento de la Mesa, de solo 300 palabras, los accionistas no se mencionan hasta la 250. Antes se refiere a la creación de valor para los clientes; invertir en los empleados; fomentar la diversidad e inclusión; tratar de manera justa y ética con los proveedores; apoyar a las comunidades en las que trabajan; y proteger el medio ambiente. Esta propuesta es ampliamente compleja de llevar a cabo.
¿En qué medida el cambio de paradigma afecta a la empresa?
El cambio de paradigma, por su complejidad, impacta en el tejido productivo, que necesitará décadas para adaptarse a la reinvención del capitalismo. Piénsese en el impacto que conllevan las recomendaciones de Bussines Round Table. Además, en el nuevo paradigma se encuentran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, Agenda 2030) adoptados por 193 países en 2015 bajo el auspicio de Naciones Unidas. Estos ODS se basan en que el progreso económico ya no se puede evaluar sin referencia a la inclusión social y la sostenibilidad ambiental. Implícita se encuentra la noción de que los mercados por sí solos no pueden resolver estos problemas, que requieren la cooperación entre las naciones a nivel mundial y los interlocutores sociales a nivel nacional
¿Qué papel deben tener en este contexto instituciones como la OCDE?
La OCDE tiene un papel activo, crítico y constructivo que se manifiesta más allá de sus informes y recomendaciones, mediante diferentes acciones en programas como los Nuevos Enfoques a los Desafíos Económicos (NAEC), la Plataforma Empresas por un Crecimiento Influyente (B4IG), el liderazgo de la Conducta Empresarial responsable (RBC), así como el Marco incluyente sobre erosión de la base imponible y traslado de beneficios (BEPS) y el Marco de Acción para la Inversión. Todo ello representa algunas de las prioridades de la OCDE relacionadas con el ámbito económico y empresarial, un organismo al que me encuentro muy unido y agradecido por los sendos prólogos a mis libros de su secretario general, Ángel Gurría, y la colaboración de su directora general y sherpa para el G-20, Gabriela Ramos.
El ‘Brexit’, los aranceles y el proteccionismo: ¿son exponentes del cambio o sucesos independientes?
Son exponentes independientes, pero no cisnes negros. El cisne negro ha sido, sin duda, el coronavirus. La nueva agenda económica mundial pone énfasis en nuevos escenarios como el Brexit. Michael Gove, ministro de la Oficina del Gabinete, ha reconocido que el comercio entre el Reino Unido y la UE a partir de 2021, estará lejos de ser sin fricción un hito en el proceso. La afirmación de que el Brexit no afectaría significativamente el comercio británico con la UE fue fundamental para la campaña de 2016. Y los aranceles de EEUU son la apuesta de Donald Trump por el final de una era, basada en el libre comercio, como eje de la globalización. Desenredar la inmensa maraña de intereses del Brexit, los aranceles y el proteccionismo es el más claro exponente del cambio de modelo.
Hong Kong, Chile, los ‘chalecos amarillos’, etc. ¿Son movilizaciones que muestran el desapego a las instituciones? ¿Cómo combatirlo?
Hay dos palabras clave: cómo y por qué. Cómo, con los medios disponibles, tanto analíticos, morales y materiales. Por qué, por pura supervivencia. Permítame que aluda al lúcido prólogo a la segunda edición de El Capitalismo. Crisis y Reinvención, de Ángel Gurría, donde explica como la Gran Recesión explotó como una crisis financiera en 2008, que se transformó en una crisis económica y luego en una crisis social, que trasciende al ámbito político y ha dejado como legado una severa crisis de confianza en muchas instituciones: gobiernos, partidos políticos, parlamentos, corporaciones, bancos, agencias de calificación, la economía de mercado, la globalización y el capitalismo. A partir de ello, concluye que estamos en un momento fundacional, de replantearnos muchos de nuestros esquemas, teorías, modelos y conceptos para crear algo mejor. En conclusión, es hora de construir juntos ese nuevo capitalismo incluyente, consciente, competitivo, vibrante, respetuoso del medio ambiente, innovador, enfocado en el bienestar, no en la acumulación y el exceso. Solo así preservaremos al capitalismo mismo y solo así será viable nuestra civilización y nuestra existencia.
¿Es necesaria una suerte de auditoría a Gobiernos y bancos centrales con criterios de buen gobierno o RS?
No esencialmente. La RS para nada deber ser impuesta, sino aceptada e incorporada voluntariamente por empresas y bancos de la misma manera que lo hacen con otras funciones directivas. La adopción de la RS es algo más que una moda de filantropía, marketing o imagen pública, significa una clara muestra de responsabilidad social. En consecuencia, se puede comprobar cómo durante los últimos años, debido a la proliferación de estrategias en materia de RS, se han desarrollado una serie de indicadores internacionales, con el objetivo de poner orden y medida, siendo aceptados por las grandes empresas multinacionales, como las pequeñas y medianas.
Personal: Analista y consultor de economía y negocios iberoamericanos. Profesor y autor de diferentes obras sobre banca e internacionalización de empresas. Es economista y MBA por Icade. Trayectoria: Le une una gran amistad con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quien prologó su obra Capitalismo. Crisis y Reinvención. (Tirant, 2019).
“Por la complejidad del cambio de paradigma, el tejido productivo necesitará décadas para adaptarse a la reinvención del capitalismo”