MADRID: BOMBA VÍRICA
Como en la película de Roberto Rossellini Roma, ciudad abierta (1945) la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quiere mantener Madrid abierta cueste lo que cueste. Aún no le ha entrado en la cabeza que sin salud no hay economía y se resiste como gato panza arriba ante lo inevitable: Madrid tiene que ser confinada para controlar la pandemia en España.
Las medidas adoptadas hasta el momento no han servido prácticamente para nada. Siempre ha ido por detrás del Covid-19, hasta el extremo que Madrid se ha convertido en una auténtica bomba vírica para el resto de las comunidades autónomas limítrofes. Cuanto más tiempo se pierda, peor, está repitiendo el error de Pedro Sánchez el pasado mes de marzo. Cada hora que pasa muere gente y el sistema sanitario da muestras de agotamiento.
El 42% de las camas UCI ya están ocupadas por enfermos contagiados. Falta personal sanitario, hay pocos y están cansados y desanimados. La intervención del Ejército y de la policía llega tarde y no va a resolver el problema. Cuando hay un incendio, hay que aislarlo para que no se propague al bosque colindante.
Como dice mi amigo y compañero José
Sánchez y Casado se tienen que poner de acuerdo aunque solo sea por patriotismo
Antonio Zarzalejos, “España está en el desgobierno de Sánchez, y Madrid, en manos de una presidenta inepta”. No es una casualidad que nuestro país sea quien peor ha gestionado la pandemia y la recesión económica. La razón es la politización que se ha hecho de una situación de emergencia. El peor gobierno en la peor situación y con la peor oposición. De la primera oleada no hemos aprendido absolutamente nada y seguimos sin aprender, para gran cabreo de la población que ha denostado a su clase politica y a este paso terminará denostando al propio sistema democrático. Vamos camino a pasos agigantados de convertirnos en un Estado fallido, como ocurrió con la II
República. Solución hay, aún estamos a tiempo, pero estos irresponsables del Gobierno central y del autonómico no la quieren tomar por cálculos partidistas y rencores personales.
Si el origen de nuestros males ha sido la politización de la pandemia, hagamos lo contrario. Sánchez y Casado se tienen que poner de acuerdo, aunque solo sea por patriotismo.
Hasta que se controle la pandemia tienen que unirse para hacer frente al virus; aprobar los Presupuestos; y gestionar los proyectos de inversión con los 140.000 millones que tienen que venir de Europa.
Esto se llama Con-sen-so como el que se alcanzó tras la muerte de Franco para hacer la Constitución y sacar a España de la crisis (Pactos de la Moncloa). Si no lo hacen, España dejará de estar entre los países más avanzados.