El Supremo inhabilita a Torra por su “rebeldía contumaz”
El líder catalán pide que las próximas elecciones sean “un plebiscito” del 1-O
El Tribunal Supremo acordó ayer por unanimidad inhabilitar al presidente de la Generalitat Quim Torra por un periodo de 18 meses, por “la contundente, reiterada, contumaz y obstinada resistencia” a acatar a la Junta Electoral Central (JEC) cuando ésta le ordenó retirar los símbolos independentistas durante el periodo electoral de las elecciones del 28 de abril de 2019.
La decisión del Alto Tribunal ratificaba una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), órgano judicial que hizo efectiva la ejecución de la sentencia pocas horas después de conocerse. Declaró firme la sentencia y ordenó que se comunicara al vicepresidente Pere Aragonès, para que proceda a “la sustitución interina” de Torra.
El presidente Torra, en una declaración institucional, acusó a los tribunales “con la firma del Rey de España y del Gobierno español” de interrumpir el funcionamiento normal de las instituciones catalanas y de llevar a la administración en plena pandemia a una “situación provisional que Cataluña no se merece, porque les puede más la sed de venganza que el respeto por la salud y la vida de las personas”.
El líder catalán instó a las fuerzas políticas independentistas a sumar y recuperar “el espíritu y la convicción” que permitió la celebración del referéndum del 1-O y a avanzar hacia la independencia en las próximas elecciones que deberán ser, a su entender, “un punto de inflexión, un nuevo plebiscito del mandato que confirmó el referéndum del 1-O”.
Torra, el segundo presidente de la Generalitat inhabilitado en año y medio, insistió en la idea de que “la única manera de avanzar es a través de la ruptura democrática” con España, porque “la represión no tiene límites, pero la autonomía sí y es la gran lección de hoy”. Reconoció que no había “podido avanzar más” hacia la independencia, aunque él estaba dispuesto a asumir todas las consecuencias.
Los partidos independentistas y socios del Govern JuntsxCat y ERC trabajaban en una respuesta institucional conjunta ante lo que consideran un ataque a la democracia sin precedentes, a actuar con responsabilidad y a reducir al máximo la provisionalidad del Govern. Apuestan por conjurarse para asegurar “el Govern más fuerte posible” tras la inhabilitación, según la portavoz de ERC, Marta Vilalta, que insistió en que ERC pilotará este
“periodo de interinaje” en Cataluña, desde el consenso, solidaridad y unidad estratégica para hacer frente “al adversario común”, en alusión al Estado.
En este sentido, para las fuerzas soberanistas, las elecciones se plantean también como una oportunidad para refrendar el apoyo al independentismo y ampliar sus bases. De momento, la CUP estaría al margen del acuerdo entre los partidos del Govern e hizo un llamamiento a las movilizaciones para mostrar el rechazo a la sentencia.
Las primeras concentraciones se
Los partidos del Ejecutivo se “conjuran” para enfrentarse a un “adversario común”
iniciaron al mediodía y a se intensificaron con la salida de Torra del Palau de la Generalitat a media tarde, acompañado de su esposa y todos los miembros del Govern.
Ahora, la convocatoria de elecciones está en manos de la Ley de Presidencia catalana, de manera que se convocarían automáticamente 54 días después de que se cumplan dos meses sin nuevo candidato a la investidura. Así, los comicios se celebraría probablemente a principios de febrero.
Mientras, desde la oposición el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa -que no concretó si se presentaría como candidato para ser investido con los apoyos necesarios, celebró la sentencia como una victoria. Según Carrizosa, demuestra que “el separatismo en un Estado democrático no tiene impunidad, como no la tiene nadie que vulnere las leyes”. Por su parte, los comuns califican la sentencia de “desproporcionada” y creen que ha sido el peor final posible para esta legislatura”.
El PSC lamentó que Torra no hubiera convocado elecciones y que ahora Cataluña entre en un impás, a la espera de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, ponga en marcha la cuenta atrás para la convocatoria de elecciones.