La reforma dará más peso al sector privado en las pensiones
Pacto de Toledo y Gobierno, decididos a impulsar los planes de empleo en detrimento de los individuales
La reforma del sistema de pensiones traerá consigo un nuevo paradigama en el que le sector privado ganará cada vez más peso en el pago de las pensiones de jubilación, a través del impulso a los planes de pensiones de empleo que pretende dar el Gobierno, una vez que el Pacto de Toledo emita sus recomendaciones.
Varias son las líneas de actuación que los partidos recogerán en las recomendaciones que emanen de las negociaciones que se aceleran a marchas forzadas. Más aún con el horizonte de aprobación de los Presupuestos Generales, que deberán ser enviados a Bruselas a mediados del mes de octubre. Una de estas líneas que se prentende impulsar es la de la estrategia para aumentar la base de ahorro privado entre los ciudadanos españoles, muy por debajo de la media de los países vecinos de la Unión Europea. Este punto está recogido en el borrador de recomendaciones que cayó en saco roto en febrero de 2019 y que se mantendrá en el documento que elaboran ahora los partidos y busca impulsar en España la utilización de los planes de pensiones de empresa o de empleo, en el ámbito laboral, preponderándolos sobre los instrumentos financieros de previsión social complementaria individuales.
Y esta es precisamente la intención del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Un plan que, de sustanciarse en medidas concretas, supondría aumentar la participación del sector privado en la financiación de las jubilaciones a través de la gestión de los ahorros acumulados por los trabajadores en los planes de pensiones de empleo y que restaría presión para las Cuentas de la Seguridad Social, que soporta el pago de millones de pensiones de jubilación y de otros tipos.
“Resulta absolutamente necesario que los sistemas obligatorios de pensiones (primer pilar) se complementen con unos sistemas profesionales de pensiones colectivos (segundo pilar) y con los productos adicionales individuales del tercer pilar”, apunta al respecto la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos.
En este sentido, cabe señalar que en España solo el 26% de la población en edad de trabajar está cubierto por un instrumento de previsión social privado. “Desde el sector asegurador estamos totalmente de acuerdo en la necesidad de impulsar el segundo pilar, pero en nuestra opinión ello no debe hacerse a expensas del tercer pilar, reduciendo los incentivos a este último. Tanto el segundo como el tercer pilar deben ser impulsados, y el tratamiento fiscal de estos instrumentos es una variable relevante para el fomento de los mismos, como señala la Recomendación de la Comisión Europea de 29 de junio de 2017”, argumenta la presidenta de la patronal aseguradora.
Importar el modelo británico “El sector privado tiene un papel más que relevante en la provisión de servicios básicos en España, tales como educación, sanidad, seguridad, infraestructuras, ¿por qué no ha de tener esa relevancia también en la gestión de las pensiones? Esto ya sucede en dos de cada tres países de la OCDE en los que los fondos de pensiones pagan a los jubilados entre el 14% y el 72% del total de sus pensiones y el resto el sistema público de reparto”, apunta el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama.
Además, señala que “los planes de pensiones individuales son imprescindibles si queremos extender un complemento de pensión capitalizada a la pensión pública, especialmente a seis de cada diez trabajadores en España (autónomos, a tiempo parcial y temporales) que o nunca podrán tener un plan de pensiones de empresa o sectorial, o nunca tendrán una acumulación de capital mínima adecuada”, ante la dificultad de aplicar el modelo de ahorro en la empresa por la propia naturaleza del tejido productivo español, como sí ocurre en otros países con éxito probado como es el caso de Reino Unido.
Así, desde Inverco abogan por potenciar los incentivos al segundo pilar (planes de empleo), incorporando sistemas de autoafiliación de demostrado éxito internacional y recuperando para las empresas los incentivos que, a pesar de las recomendaciones del Pacto de Toledo, se han ido derogando, como la deducción del 10% en el impuesto
Inverco reclama la desgravación del 10% en Sociedades para las empresas con plan de ahorro
sobre Sociedades por aportaciones al plan de pensiones de sus empleados, con el límite salarial de 27.500 anuales o la no inclusión de las aportaciones realizadas por la empresa en la base de cotización a la Seguridad Social.
Así, explica Martínez-Aldama que hay muchos países donde el segundo pilar tiene un peso muy relevante porque tienen sistemas obligatorios o cuasi-obligatorios. “En particular, los países que han adoptado sistemas de auto afiliación en base a la economía conductual (Reino Unido, Nueva Zelanda, Irlanda, etc.) son casos de éxito”, apunta el presidente de Inverco.