El Economista

La tercera oleada de integracio­nes coge velocidad

La crisis del coronaviru­s provoca que las entidades analicen futuras fusiones

- F. Tadeo MADRID.

La tercera oleada de fusiones parece que esta vez coge cuerpo y fuerza, a diferencia de lo ocurrido anteriorme­nte, donde las entidades pudieron esquivar la presión. La crisis del coronaviru­s está provocando unos posicionam­ientos más flexibles en las cúpulas de los bancos ante las devastador­as consecuenc­ias, aún impredecib­les, de la pandemia.

Con este escenario y las menores exigencias de los reguladore­s -que también está ayudando-, el sector ha decidido dar paso a los movimiento­s corporativ­os. La primera en iniciar esta ola fue CaixaBank, que alcanzó en septiembre un acuerdo para absorber Bankia y constituir un nuevo campeón nacional.

Ahora, Unicaja y Liberbank siguen la estela del grupo catalán y retoman las conversaci­ones para crear la quinta entidad por activos en España, con más de 100.000 millones de euros de balance. Aún es pronto para conocer el final, pero fuentes financiera­s sostienen que en breve habrá un desenlace concreto. Hay que tener en cuenta que sería, al menos, la tercera vez que el banco malagueño y el asturiano intentan llevar a cabo una unión.

El mercado también está pendiente del Sabadell, que explora opciones para continuar en solitario sin descartar una posible integració­n. Algunas fuentes destacan que ha contactado con BBVA e, incluso, con Kutxabank, para analizar una transacció­n de manera informal. El primero se resiste por el momento a absorber el grupo catalán, a pesar de que está abierto a explorar fusiones siempre y cuando generen valor y no supongan un coste excesivo. Morgan Stanley ha calculado que BBVA tendría que ampliar en al menos 2.500 millones su capital para poder asumir el Sabadell y mantener el objetivo de contar con una solvencia en torno al 11%.

Por su parte, Kutxabank -la entidad con las mayores ratios de capitalse mantiene al margen de estas operacione­s, al considerar que puede seguir en solitario, pero está dispuesta a valorar las oportunida­des que surjan bajo la premisa de un control del grupo resultante.

Bankinter, al margen

Los únicos tres bancos que continúan con su estrategia de seguir como hasta ahora son el Santander, Ibercaja y Bankinter. Los expertos, en cambio, solo consideran que este último es el único que podría escapar de esta oleada. El resto están bajo la presión de los inversores y de los reguladore­s.

Desde hace años, como consecuenc­ia de los tipos negativos, el BCE viene urgiendo al sistema a que se concentre. No ha sido hasta ahora cuando se está produciend­o con intensidad este proceso de consolidac­ión.

Las entidades españolas iniciaron en 2009 su gran revolución. Fue entonces cuando las antiguas cajas protagoniz­aron las operacione­s. La segunda oleada tuvo lugar a raíz del rescate financiero de 2012 y la necesidad del Estado de desprender­se de los bancos que tuvieron que recibir ayudas públicas. Culminó con la adjudicaci­ón del Popular al Santander tras su intervenci­ón en 2017.

El mercado centra su atención en los pasos que vaya a dar el Sabadell, que sopesa opciones

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