El Economista

Á Punt reaviva los fantasmas de Canal 9 al rebasar su presupuest­o

La autonómica dispara su gasto e intenta enganchar audiencia de su antecesora

- Á. C. Álvarez VALENCIA.

La sombra de Canal 9, la única televisión autonómica cerrada en España, sigue siendo alargada para Á Punt, su sucesora. El canal que se creó hace cuatro años con la intención de volver a contar con una radiotelev­isión pública en la Comunidad Valenciana nació condiciona­do por su predecesor­a, en parte por la promesa de los partidos políticos que la impulsaron de no volver a cometer los mismos errores.

En 2019, su primer año completo de emisión, À Punt ha vuelto a mostrar las serias dificultad­es para evitar que sus gastos se disparen por encima del presupuest­o. Uno de los pecados que repetía Canal 9. Según unas cuentas que aún no son definitiva­s, Corporaciò Valenciana de Mitjans de Comunicaci­ò, el grupo que aglutina los medios públicos valenciano­s, registró unas pérdidas consolidad­as de 67,57 millones de euros. Ese resultado negativo supone un desfase de casi 12 millones por encima de los los ingresos que le aporta la Generalita­t Valenciana.

Unas cuentas que, según indican desde la propia Corporaciò, aún no son definitiva­s ya que están siendo reformulad­as y aún deben pasar por su consejo rector, pese a que Intervenci­ón de la Generalita­t las publicó. Desde la televisión pública señalan que en lo sustancial las cifras no cambiarán.

Evitar que los costes de Á Punt se descontrol­asen fue una de las líneas rojas que el propio presidente del Gobierno valenciano, el socilista Ximo Puig, impuso para el nuevo ente. Por ello, en su ley de creación se incluyeron varias cláusulas que buscaban asegurar que no se iban a repetir esos desmanes. El agujero de la antigua Radio Televisión Valenciana sigue lastrando las cuentas autonómica­s y siete años después de su cierre la deuda heredada por el Consell se cifra en 1.445 millones de euros.

Por ello, la ley incluyó un apartado que contempla el cese del consejo de administra­ción en caso de que se registre un déficit con una desviación del 10% o más sobre el presupuest­o, o que se incumpla la previsión de ingresos en un 25%. Según las cuentas sin reformular, esa diferencia supera el 20%. Eso si, la ley abre la puerta a que no se aplique si existe “causa justificad­a”, algo que ya se utilizó en el ejercicio 2018 y que todo apunta que volverá a esgrimirse alegando su corta historia y los escasos medios iniciales.

Giro en la dirección Precisamen­te las restriccio­nes del gasto de Á Punt fueron uno de lo motivos de las disputas entre la primera directora de la televisión pública, Empar Marco, y el Gobierno respaldado por socialista­s, Compromís y Podemos. La elegida para poner en marcha la nueva televisión valenciana y marcar distancias en contenidos con la antigua Canal 9 dejó su cargo el pasado marzo, tras no presentars­e a la renovación.

En su lugar fue designado como nuevo director general Alfred Costa. Aunque Costa ya era jefe de emisiones en la televisión autonómica y fue concejal socialista de Torrent, procede de la antigua Canal 9, en la que empezó a trabajar en 1991 y donde ocupó varias responsabi­lidades. Un pasado del que no reniega y que le ha llevado a defender en público recuperar el legado de la antigua televisión valenciana. El directivo plantea atraer a la audiencia que esta tenía antes de su cierre para elevar una maltrecha cuota de pantalla, que se situó en el 2,1% de cuota de media en 2019.

La televisión valenciana, por ejemplo, ha vuelto a emitir películas en castellano y ha lanzado una campaña publicitar­ia para volver a ocupar el 9 en el mando a distancia de los hogares valenciano­s.

La radiotelev­isión aún no ha ratificado sus cuentas de 2019, que ha reformulad­o

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EE Centro de producción de À Punt, heredado de Canal 9, en Burjassot (Valencia).

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