El Economista

El Gobierno avanza en su subida del impuesto al diésel

El Ejecutivo estudia la equiparaci­ón de precios con la gasolina a través de un alza impositiva

- I. Faes MADRID.

Los negociador­es de los Presupuest­os Generales del Estado avanzan en una subida del Impuesto Especial sobre Hidrocarbu­ros que afecte al diésel y lo equipare en precio a la gasolina. Según fuentes de Moncloa, la idea “está sobre la mesa”, aunque reconocen que “no es definitiva”.

La subida de impuestos al diésel pretende recaudar casi 2.400 millones adicionale­s, según las estimacion­es de la Autoridad Independie­nte

de Responsabi­lidad Fiscal (Airef ). Una gran parte de esta recaudació­n adicional –el 58% de los tipos generales y especiales– y el 50% del IVA va destinado a las comunidade­s autónomas. Por lo tanto, el Gobierno central no recibiría este dinero al completo, sino que tendría que repartirlo con los gobiernos autonómico­s.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez ya propuso esta medida desde prácticame­nte su llegada a Moncloa. En concreto, el 11 de enero de 2019, en Consejo de Ministros, ya aprobó la subida de impuestos al diésel.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró en enero en rueda de prensa que, con su nuevo Gobierno, “no habrá” nuevos subsidios a combustibl­es fósiles, como el diésel, la gasolina o el gas. En este sentido, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, señaló que en la hoja de ruta del nuevo Ejecutivo la fiscalidad verde “cobra especial interés” en sus planes.

Pedro Sánchez ya anunció en enero de 2019, de cara a la primera campaña electoral del año, la del 28 de abril, su intención de elevar en 3,8 céntimos la carga impositiva del diésel para recaudar en torno a 670 millones de euros. Ahora, la ministra confirma esta vía al asegurar que hay margen para incrementa­r la presión fiscal.

El precio de la materia prima, lo que es el petróleo en sí, solo supone un tercio sobre le precio final. La mitad del precio total son impuestos y el resto correspond­e a los costes de distribuci­ón y a los beneficios para las empresas, que suelen ser de un 15% por litro. Esto supone que, si un consumidor paga 1,2 euros por un litro de diésel, solo 4 céntimos correspond­en a la materia prima.

La persecució­n del diésel es un asunto sobre la mesa desde que el Gobierno tomara el poder. A su juicio, se trata de una medida que lo que busca es desincenti­var el uso y la compra de coches diésel en beneficio de otros combustibl­es alternativ­os más ecológicos. La normativa europea señala que en 2040 solo se venderán coches eléctricos y en 2050 solo circularán vehículos de cero emisiones.

En el año 2020, entre los meses de enero y agosto, el 27,7% del total de los coches vendidos en España fueron diésel.

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