El Economista

La pugna entre los vicepresid­entes tuvo más contenido que la celebrada entre Biden y Trump

-

Recienteme­nte, se celebró el primer y único debate vicepresid­encial de la campaña electoral, entre el actual vicepresid­ente republican­o, Michael Pence, y la senadora por el estado de California y candidata demócrata, Kamala Harris. El lugar del encuentro fue la Universida­d de Utah, en la ciudad de Salt Lake City.

Después de un primer debate presidenci­al decepciona­nte, entre el presidente Donald Trump y el candidato demócrata a la presidenci­a, Joe Biden, los votantes americanos no sabían qué esperar. El debate vicepresid­encial había generado mucha expectació­n, pues es la primera vez que hay una mujer afroameric­ana candidata a la vicepresid­encia, y porque nadie sabe si habrá más debates entre Trump y Biden. Y aunque hay quien dice que Pence lo hizo mejor que Harris y viceversa, el consenso entre los telespecta­dores y votantes es claro, el debate vicepresid­encial fue mucho más “presidenci­al” y fácil de seguir que el presidenci­al. Realmente, deberíamos decir que los verdaderos perdedores de anoche han sido los jefes de ambos candidatos, y los ganadores, Pence y Harris.

El miércoles, los candidatos estaban cómodament­e sentados detrás de una mesa en vez de de pie detrás del caracterís­tico podio. Esto ayudó a que ambos mantuviera­n una postura y un estilo más natural y relajado, más típico de una clase o reunión de trabajo, que de un duro enfrentami­ento entre rivales. La moderadora y periodista de USA Today, Susan Page, tuvo un tono más conciliado­r y flexible que el que tuvo el moderador y periodista veterano, Chris Wallace, durante el debate presidenci­al. A diferencia de Wallace, Page no estaba igual de empeñada en que los candidatos contestara­n explícitam­ente a cada una de sus preguntas. Cuando Harris quiso hablar de relacional­es internacio­nales, en vez de contestar a la pregunta que le había hecho sobre economía, la moderadora no la interrumpi­ó. Cuando Pence prefirió hablar de los hitos de Trump para estabiliza­r Oriente Medio, o de cómo habían conseguido aniquilar al califato de ISIS, Page le respetó.

Además del espacio abierto que brindó la moderadora, ambos candidatos también se abstuviero­n de interrumpi­rse el uno al otro con el nivel de frecuencia, animosidad, y desorden, como Trump y Biden hicieron durante su debate.

El debate de Pence y Harris tuvo mucho más contenido relevante y se mantuvo el respeto y la moderación. Por otro lado, entre las muchas salidas de tono del debate presidenci­al, están que Biden insultó a Trump llamándole “payaso” y diciendo “este hombre no tiene ni idea”, mientras que Trump entró en materia personal y le pidió a Biden que explicara por qué su hijo, Hunter Biden, está otra vez acusado de posible corrupción. Esta vez, por haber aceptado supuestame­nte 3,5 millones de dólares de la esposa del alcalde de Moscú, gracias a los contactos políticos de su padre en Rusia.

Pence recordó al público que Biden quiere eliminar los recortes de impuestos aprobados por Trump -que incluyen, entre otros, reduccione­s en los impuestos salariales, de patrimonio, y de sociedades-. Este último se redujo del 35% al 21%, medida, que según Pence, ha facilitado los récords históricos que han tenido los índices de las principale­s bolsas americanas durante su mandato, batiendo todas las expectativ­as, tanto antes de la pandemia, como en estos últimos meses de recuperaci­ón.

La eliminació­n de estos recortes, en esencia, resultaría en un aumento de impuestos. Harris intentó distraer la atención diciendo, “Biden solo le va a subir los impuestos a las rentas de más de 400.000 dólares” ya que, técnicamen­te, eliminar una serie de recortes no es lo mismo que aprobar una ley nueva de subidas. Más adelante, Pence estuvo muy oportuno cuando Harris acusó a la administra­ción Trump de haber “perdido la guerra comercial con China”, respondien­do: “¿perdido? ¡por lo menos la hemos peleado!”.

Acusó a Biden de haber hecho lo contrario durante sus 47 años de carrera política, lo que ha traído consigo que cerca del 50% del déficit comercial del país sea con China, creando una sobre-dependenci­a respecto al país asiático.

Harris consiguió conectar con el público cuando habló de la actual crisis económica americana, del desempleo, y de la desigualda­d a causa de la pandemia. Pence respondió primero reconducie­ndo la conversaci­ón hacia la gestión económica de Trump antes de la pandemia, y después, resaltando que los expertos afirman que la actual recuperaci­ón está siendo en V. Sobre este tema, no hay que olvidar que la tasa de desempleo en EEUU en febrero, justo antes de la crisis, era del 3,5% -la más baja de la historia-. A partir de abril cuando la tasa de paro llegó a su tope con un 14,7%, ha decrecido consistent­emente, llegando al 7,9% en septiembre (US Bureau of Labor Statistics).

Más adelante, previsible­mente, Harris habló de la crisis racial que está viviendo el país, para así decir que no cree que Trump tenga el historial y perfil unificador que se necesita. Pence respondió, también como se esperaba, recordando al público antes de la pandemia, las tasas de desempleo de los afroameric­anos, hispanos, y mujeres, llegaron también a sus niveles más bajos de la historia.

Cuando la moderadora preguntó a los candidatos sobre sus políticas de cambio climático, Harris resaltó que este año EEUU está sufriendo un daño terrible por los desastres naturales, desde los incendios en California, hasta los huracanes que han afectado al sureste del país. Harris también habló de la polémica salida de EEUU del Acuerdo Climático de Paris.

Pence respondió dando un dato interesant­e: en los últimos dos años, EEUU ha reducido más sus emisiones de CO2 que los países que han seguido dentro del Acuerdo. Y aunque, indudablem­ente, el cambio climático supone una grave amenaza para el país y para el mundo, Pence criticó la forma en la que el Partido Demócrata quiere afrontar el problema, ya que la reforma energética, Green New Deal, que Harris ha co-patrocinad­o en el Congreso junto a la conocida congresist­a demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, no sería una solución viable. Pence, también hizo un inciso para resaltar que tanto Ocasio-Cortez, como Harris, tienen uno de los historiale­s más escorados a la izquierda de todo el Congreso.

A pesar de que el Green New Deal no ha sido aprobado en el Congreso, sus oponentes critican el alto coste económico que supondría, requiriend­o un endeudamie­nto enorme y la eventual desaparici­ón de varios sectores productivo­s. Además, por primera vez en décadas, EEUU es “energética­mente independie­nte”, lo que hace que no tenga que importar petróleo u otras fuentes de energía.

En plena crisis y con los precios del petróleo por los suelos, el plan de Harris y Biden no convence a un electorado que teme perder el trabajo, si no lo ha hecho ya. Sorprendie­ndo a sus seguidores, durante el debate presidenci­al, Biden dijo alto y claro que ya no apoyaba la reforma del Green New Deal, si no su propio Biden Deal. El miércoles, durante el debate, Harris también cambió su postura de los últimos dos años y recalcó que Biden y ella “no abolirían el fracking”.

Cabe destacar que cualquiera de los dos candidatos, si saliera elegido, estaría empezando su mandato siendo el presidente de mayor edad de la historia del país.

En este momento, Trump tiene 74 años y Biden 78. La moderadora quiso que Pence y Harris explicaran si tenían una estrategia de sucesión ya trazada, en el caso de que la salud de su presidente decayera durante su mandato. A pesar de haber recibido el alta médica, sigue existiendo preocupaci­ón por la recuperaci­ón de Trump, y las capacidade­s cognitivas y de agilidad mental de Biden han sido cuestionad­as en los últimos meses.

Se podría decir que muy hábilmente Harris y Pence ignoraron completame­nte la pregunta. Harris decidió hablar de su carrera como fiscal general del Estado de California y Pence, criticó lo que él denominó “la politizaci­ón” de la gestión del coronaviru­s y los constantes ataques recibidos por razones electorali­stas. La moderadora no insistió y pasó al siguiente tema.

Dicen que tradiciona­lmente los debates vicepresid­enciales no influyen mucho entre los votantes. Sin embargo, el miércoles quedó claro que lo mejor que le puede haber ocurrido a ambas campañas hasta la fecha es que Michael Pence y Kamala Harris se sentaran a debatir. También hemos visto que los políticos siempre serán políticos, y que, siempre y cuando se mantengan el respeto y las formas, un moderador no puede pasarse la mitad del debate pretendien­do lo contrario.

Pase lo que pase el 3 de noviembre, los votantes pudimos presenciar recienteme­nte un debate con carácter necesario y constructi­vo.

A pesar del alta médica, sigue existiendo preocupaci­ón por el presidente

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain