Alerta: la banca afronta un déficit de 220.000 millones
El organismo asegura que las inyecciones de capital al sector privado evitaron una “ola” de quiebras empresariales
El Informe Global de Estabilidad Financiera (GFSR) del Fondo Monetario Internacional avisó el martes cómo algunas vulnerabilidades financieras preexistentes antes de la pandemia “se están intensificando, representando posibles vientos en contra para la recuperación”. En este sentido el Departamento Monetario y de Mercados de Capital del Fondo, liderado por Tobias Adrian, dio la bienvenida a las medidas que han permitido a las empresas hacer frente a la escasez de efectivo generalmente asumiendo más deuda. Este apalancamiento adicional ha ayudado a evitar una ola de quiebras en las primeras etapas de la crisis, pero también ha generado un mayor aumento de la carga de la deuda empresarial.
“Muchas empresas ya tenían niveles muy altos de deuda antes de la crisis y ahora el endeudamiento en algunos sectores está alcanzando nuevos máximos. Esto significa que los riesgos de solvencia pueden haberse trasladado al futuro. Las presiones de liquidez podrían fácilmente transformarse en insolvencias, especialmente si la recuperación se retrasa”, recalcó el principal consejero financiero del FMI.
Esta situación también pondrá a prueba la resistencia del sector bancario, que entró en la crisis del Covid-19 con colchones de capital y liquidez más fuertes que al comienzo de la crisis financiera de 2008. De hecho, el éxito de las reformas emprendidas durante la última década “ha permitido a los bancos ser parte de la solución, en lugar de ser parte del problema”, aclaró Adrian, quien durante su rueda de prensa mencionó, sin ser específico, cómo “algunos de los sistemas bancarios europeos son más vulnerables”.
A ojos del Fondo, en un escenario macroeconómico adverso, algunos sistemas bancarios a nivel global “pueden sufrir importantes déficits de capital”. Al respecto se incidió en que un gran número de empresas y hogares no podrán reembolsar sus préstamos, incluso después de tener en cuenta las medidas de política actualmente implementadas, por lo que su rentabilidad se tambaleará.
De esta forma, según el análisis de la institución, las insuficiencias generales de capital de la banca con relación a los amplios requi
Los hogares podrán sufrir ‘shocks’ en sus finanzas una vez se replieguen las ayudas fiscales
sitos regulatorios, que incluyen las reservas de capital contracíclicas, las reservas de conservación de capital y las reservas sistémicas, podrían alcanzar los 220.000 millones de dólares, incluso después de tener en cuenta las políticas de mitigación orientadas a los bancos y los prestatarios. Esto implica que el déficit de capital medio en un escenario adverso se acerca al 1% del PIB.
Por su parte, la fragilidad de las instituciones financieras no bancarias sigue siendo alta. Este tipo de entidades desempeñan un papel creciente en los mercados de crédito, inclusive en los segmentos de mayor riesgo, por lo que el aumento de los vínculos entre este tipo de firmas y los bancos implica que las fragilidades podrían propagarse por el sistema financiero.
Por último, el GFSR también manifestó cómo las vulnerabilidades soberanas han aumentado debido a que los países han ampliado el apoyo fiscal, por lo que podrían afrontar un drástico aumento de los pasivos contingentes ante su retirada. Según el Fondo, las vulnerabilidades se han recrudecido en múltiples sectores. Además, seis de las 29 jurisdicciones con sectores financieros de elevada importancia sistémica muestran ahora un nivel elevado de vulnerabilidad en los sectores empresarial, bancario y soberano.